1. Muchas preguntas y pocas respuestas

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— Con un carajo...

El muchacho de tez morena y ojos verde olivo maldice entre dientes al tiempo que hace unos extraños malabares con sus piernas y brazos, todo con tal de evitar que la caja de pizza que carga en su mano derecha se le caiga. Una vez logra salvarla suelta un bajo suspiro de alivio por la proeza realizada. La pizza es una de las cosas más sagradas en el mundo para él y su grupo de amigos, no podía permitir que nada le pasara.

— "Y todo porque nadie me abre".

Piensa mientras da un bufido. Definitivamente algo muy raro pasaba ese día. Debido a todo lo que ocurrió la noche anterior en la fiesta de aniversario de Editorial Daigo, ya se las veía venir.

Desde esa mañana que les había enviado varios mensajes por LINE a su hermana y su mejor amigo, y ninguno de los dos le respondieron, imaginaba que las cosas no estaban bien.

Era por esta razón y ese mal presentimiento que no dejó de perseguirlo desde temprano que apenas adelantó unas cosas de su trabajo y pudo apartar algo de tiempo libre, compró una pizza y se encaminó al departamento para saber cómo estaban las cosas. Definitivamente, el que ya llevara casi diez minutos tocando a la puerta del departamento y que nadie le abriera no era para nada una buena señal.

— "¿Debería usarla?" —Recuerda que tiene una copia de la llave del departamento guardada en el bolsillo de sus rasgados jeans negros— "Dororo me dio esta copia en caso de una emergencia... No me gustaría usarla, pero supongo que ¿a esto se le podría considerar una emergencia?"

Después de dar otros cuatro toques en la puerta y seguir sin recibir respuesta alguna, se da cuenta que no tendrá más remedio que usar la famosa llave.

— Me... cago... en... la... puta...

Vuelve a maldecir entre pausas, haciendo más movimientos extraños para sacar la llave del bolsillo con éxito, y lograr que la valiosa pizza salga ilesa. Si, las habilidades que Shiranui Aizawa tiene para proteger pizzas son asombrosas, pero sin duda es más increíble esa curiosa capacidad que posee para soltar un sinfín de groserías en menos de cinco minutos.

Cuando por fin abre la puerta del departamento se dirige jadeante y con pasos apresurados a la pequeña mesa azulada metálica que está cerca de la cocina para dejar ahí la pizza. Se limpia un poco de sudor que comenzaba a resbalar por su sien a causa del esfuerzo realizado antes de gritar con su voz fuerte y rasposa tan característica:

— ¡Dudu! ¡Hyakki! ¿¡Están en casa!?

Frunce una ceja extrañado al no obtener respuesta. Es una situación irregular. Sabe perfectamente lo importantes que son las rutinas para Hyakkimaru y como odia que no se lleven a cabo [1]. Casi desde que todos se mudaron a Tokio, acostumbraban juntarse los sábados en la noche para atiborrarse de comida chatarra, jugar videojuegos o juegos de mesa, ver alguna película o serie, o simplemente conversar.

Aun así, es sábado en la noche, y parece que nadie está en el departamento. Una rutina que tras ya dos años llevándose a cabo casi en un récord perfecto, finalmente ese día falló. Shiranui está casi seguro de las razones que originaron esa particular ruptura en su rutina, y está determinado a llegar al fondo del asunto.

— ¿Dororo?

La llama una vez más mientras se dirige a la habitación de la jovencita, y ve no se encuentra ahí, todo parece indicar que en verdad salió. Va hacia la puerta de al lado la cual es la habitación de Hyakkimaru, esa por el contrario está cerrada. La puerta normalmente siempre se encuentra abierta, por lo cual intuye que su peculiar amigo se ha encerrado dentro.

— ¡Hey, Hyakki! ¿Estás ahí? —No obtiene respuesta, pero si escucha ciertos movimientos adentro, lo que le reafirma que él está ahí. Al percatarse de esto añade con tranquilidad—: Sabes qué día es hoy ¿o no? Es sábado en la noche, "sábado de comida chatarra".

Blue Lullaby [Dororo AU]Where stories live. Discover now