3. Huyendo

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La blanca arena debajo de sus pies le hacía cosquillas. Una fuerte y cálida ventisca se dejó venir de pronto, la cual jugó con su largo cabello café oscuro, despeinándola.

Este viento juguetón trajo algo más: el olor inconfundible al agua salada de mar. El cuarto oscuro donde se encontraba, se fue iluminando poco a poco, revelando una playa solitaria. Ella estaba apenas a unos pasos de donde iniciaba un vasto mar con agua pura y cristalina.

Movió su confundida vista de un lado a otro. A su izquierda, se percató de la figura de un hombre, el cual, con movimientos lentos y tranquilos, se adentraba en el agua.

Apenas vio esto, una sensación asfixiante comenzó a apoderarse de ella. La angustia, mezclada con una profunda desolación, empezó a arremolinarse como una nebulosa negra en su pecho

¿Por qué verlo alejarse le ocasionaba tan inmenso pesar? ¿Por qué experimentaba como si terribles espinas se cerraran sobre su garganta? ¿Por qué le costaba respirar? ¿Por qué incluso sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas?

"No te vayas... ¡¡Por favor no me dejes!!" Esos gritos se pronunciaron en su cerebro, en tanto que ella trataba de avanzar lo más rápido que podía. Por desgracia, por más que corría no podía alcanzar al hombre, al cual, el agua ya le llegaba hasta la mitad del pecho.

Ella dio un alargado grito desesperado, pero extrañamente ningún sonido salió de su boca. En su lugar, solo se escuchó una simple frase pronunciada en un murmullo apacible: "Tal vez nunca entenderás, lo que realmente significas para mí".

 En su lugar, solo se escuchó una simple frase pronunciada en un murmullo apacible: "Tal vez nunca entenderás, lo que realmente significas para mí"

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Dororo abre los ojos de golpe. Se endereza en la cama de un rápido movimiento. Su respiración está descontrolada, le cuesta recobrar la calma. Completamente desorientada se toma unos segundos, esperando a que su respiración se estabilice.

En ese inter, su vista se pasea por la habitación en donde se encuentra. Es un cuarto amplio, con un diseño minimalista. A pesar de que tiene pocos muebles, estos, así como su decorado denotan su lujo y buen estilo.

"Oh no...". Dororo comienza a reconocer el lugar en donde está. No es la primera vez que se encuentra ahí. Cuando siente un poco de frío en su espalda, retrocede bruscamente. Este movimiento hace que se percate lo libres que se mueven "ciertos pares" de su cuerpo, más en específico, de su delantera.

Baja su vista lentamente para auto examinarse. Sí, es tal y como lo pensó: se encuentra desnuda. Solo una sábana gruesa de color gris la cubre de la cintura para abajo.

"No... No... No... Otra vez caíste en lo mismo, Dororo tonta". Piensa, experimentado una enorme auto decepción. Se muerde su labio inferior con vergüenza, a la par que se cubre por completo con la sabana.

— "¿Tal vez sigo soñando?"

Sabe que creer eso, es solo una forma de engañarse a sí misma. A pesar de esto, mueve su mano hacia su brazo y se da un pellizco. El leve dolor le confirma que por desgracia es la realidad. En efecto, es una estúpida que sigue recurriendo al sexo para olvidar sus problemas y su dolor. Y el hombre que está acostado en la cama a su lado... Si, lo más seguro es que sea ese imbécil.

Blue Lullaby [Dororo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora