Blue Lullaby [Dororo AU]

En el pasado III: Dororo Ueno

Veía todo borroso. No importaba que tanto entornara los ojos, era incapaz de observar con claridad, era como si una densa neblina la estuviera rodeando.

Sin importarle no saber en dónde se encontraba, se atrevió a avanzar unos pasos al frente con determinación. Conforme siguió caminando un olor peculiar empezó a inundar sus fosas nasales... Era... Sí, no podía equivocarse... Agua salada, el inconfundible aroma del mar. Junto a ese aroma, a sus oídos llegó el suave y apenas perceptible sonido del vaivén de las olas.

"¿Es que acaso me encuentro en una playa?" Pensó ella. Apenas un instante después, un nuevo sonido llegó a acompañar al de las olas. Era tan bajo, suave y apacible. Un murmullo apenas audible, casi como un arrullo, una cálida canción de cuna.

Tal vez nunca entenderás

Lo que realmente significas para mí

Esas palabras llegaron de improviso a ella. Las escuchó con una claridad abrumadora, y al instante todo a su alrededor fue visible. Pudo sentir la suave arena bajo sus pies. El cálido viento movió su largo cabello, acompañado todavía por el agradable aroma a sal de mar.

Movió su vista al frente con inseguridad. Le costó unos segundos que sus ojos se acostumbraran a la brillante luz de sol, pero apenas pudo hacerlo, el inmenso mar apareció a metros delante suyo. Sin embargo, eso no era lo más increíble. Lo más sorprendente fue distinguir la figura de un hombre entrando en el agua lentamente.

"No... no... por favor no te vayas... no me dejes sola". No supo explicar porque ese pensamiento apareció sin cesar en su cerebro. Ni porque conforme el hombre seguía avanzando, un angustiante dolor iba en aumento, lacerando su corazón. Era como si crueles manos lo abrieran por dentro, dejando que se desangrara en carne viva.

"Vuelve... ¡¡vuelve!!" Empezó a correr con desesperación para alcanzarlo, gruesas lagrimas brotaron de sus ojos, en verdad le ardían de una manera espantosa.

Era imposible. No importaba que tanto se esforzara por alcanzarlo, él se alejaba cada vez más, era como si ella corriera en cámara lenta. La lejanía era inevitable.

"¡¡Te necesito!! ¡¡No puedo vivir sin ti!!"

¡PUM! Se escuchó de pronto antes de que un intenso dolor en su costado derecho la atacara, acompañado de una sensación fría que iba recorriendo de a poco todo su cuerpo.

Dando unos bajos quejidos adoloridos, Dororo Ueno fue abriendo sus ojos lentamente. Se encontró con la nada agradable sorpresa que se había caído de la cama, dándose un fuerte golpe en el brazo.

Infló sus enormes mejillas con enfado. Un gesto muy común en su persona cada vez que ocurría algo que le molestara de sobremanera, justo como en ese momento en que no pudo evitar enojarse con ella misma por dejarse llevar por ese sueño y terminar viajando hasta el suelo.