En el pasado IV: Hyakkimaru y Dororo

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A Nui Daigo le estaba costando un enorme esfuerzo mantener imperturbable su habitual imagen de mujer refinada. La razón de esto era muy simple: por dentro era un manojo de nervios.

Lanzó una discreta mirada a su alrededor. Su estúpido esposo seguía contándole sus pésimos chistes al padre de familia de los Ueno. Su hijo menor comía su filete mignon en aparente calma, aun así, le lanzaba miradas furtivas a la hija de los Ueno de cuando en cuando.

Ojiya le enviaba felicitaciones a su chef debido a lo deliciosa que le estaba pareciendo la comida. Nui solo la escuchaba a medias pues la mayor parte de su atención estaba centrada en dos personas: Hyakkimaru y Dororo.

Las cosas por fortuna, habían salido mejor de lo planeado en su primer encuentro en la biblioteca de la mansión, pero... ¿qué tal si todo se echaba a perder ahora que estaban comiendo?

Era imposible que Nui no se preguntara si acaso lo de la biblioteca fuera una cosa sin importancia, ya que en la casi media hora que llevaban en el comedor, degustando la comida, los dos infantes ni siquiera se dirigieron la palabra de nuevo.

Dororo parecía estar más interesada en saborear el delicioso puré de papas en su plato, mientras que su hijo mayor, como casi siempre, comía con la vista baja sin dirigirle la palabra ni vista a nadie. Sin embargo, algo inusual sí que pasaba ese día. Nui lo descubrió en más de una ocasión, observando discretamente con una profunda curiosidad a la simpática Dororo.

Era una buena señal sin duda. Esto considerando que las veces anteriores en que habían invitado a varios niños del vecindario en un intento porque Hyakkimaru lograra hacer amigos, él los había ignorado por completo. Pero con Dororo Ueno no parecía ser así.

Perdida en todas esas cavilaciones, apenas pudo percatarse cuando llegó la hora del postre. Los ojos de Dororo brillaron de alegría, cuando la mucama de la casa colocó delante suyo un cremoso choux que parecía salido de una revista de gastronomía.

La niña observó las diversas cucharas que estaban al lado de su plato más que confusa. Así duró algunos segundos cuando se encogió de hombros y optó por usar la más grande.

—No...

Se escuchó de pronto la robótica vocecita de Hyakkimaru, cosa que de inmediato llamó la atención de todos en la mesa pues era la primera vez que hablaba desde que habían empezado a comer. El niño prosiguió con voz baja y tímida:

—No puedes usar esa cuchara...

—¿Por qué no? —Indagó Dororo, ladeando su cabeza, confundida.

—Ibas a usar la cuchara para sopa. No puedes usar la cuchara para sopa para comer un postre.

—Pero... —La niña guardó silencio unos segundos, mirando dudosa las cucharas de nuevo —Esta me gusta más pues es más grande. —Concluyó con orgullo.

—Las cucharas para postre son para los postres, y las de sopa son para las sopas. —Insistió Hyakkimaru, frunciendo un poco el entrecejo.

—¿Y qué tiene de malo usar una cuchara para sopa para comer postres? —Cambió a un gesto despreocupado —A final de cuentas, todas son cucharas y sirven para lo mismo.

—Cada cuchara sirve para comer algo diferente. No puedes quitarles sus propósitos a las cucharas de esa manera. No puedes ignorar las reglas. —Hyakkimaru entrecerró sus ojos con desaprobación.

—¿Quién dice que no? —Continuó la niña, empleando una voz traviesa— Quiero usar la cuchara para sopas y eso haré.

—Dororo, estás siendo maleducada. —La reprendió Ojiya en voz baja, colocando suavemente su mano en su hombro —. Recuerda que somos sus invitados, por ende, debemos seguir sus costumbres.

Blue Lullaby [Dororo AU]Where stories live. Discover now