En el pasado VI: ... Aun así puede repararse

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Después de unos cuantos meses de que tomara la decisión de no romper el contacto con su padre, a Dororo Ueno aún le faltaba una prueba difícil de superar. Una que demostraría lo que Hyakkimaru siempre le aseguraba a cualquier persona que llegara a preguntarle qué opinión tenía sobre su mejor amiga: "es la persona con el corazón más dulce y bondadoso que haya conocido nunca".

La imagen que nos acompaña ahora, es la de Dororo y Hyakkimaru caminando lentamente por una amplia calle, sujetados fuertemente de la mano. Esta acción se volvió un hábito para ellos ya después de tantos años de amistad. No hay verdad más cierta el asegurar que la linda Dororo era la única persona con la que Hyakkimaru resistía tener cualquier clase de contacto físico.

A unos metros delante de ellos, caminaba un muy nervioso Hibukuro Ueno. Sin detener sus pasos, movió su vista de un extremo al otro de la calle, percatándose que estaban a solo dos calles de llegar a su nuevo departamento.

Se detuvo. Posteriormente, se volvió hacia atrás para mirar a su hija y su mejor amigo. Al percatarse de esto, Dororo lo miró con ojos recelosos. Hyakkimaru por su parte, ladeó un poco el rostro para evitar el contacto visual con el alto hombre.

—Mi querida Dudu—comenzó a hablar Hibukuro de una manera cuidadosa—, de nuevo te agradezco de todo corazón por acceder a esta petición. También a ti, Hyakkimaru. Muchas gracias por acompañar a mi pequeña. Gracias a ambos por hacerme este enorme favor.

La voz del hombre flaqueó en la última sentencia. Dororo entrecerró sus enormes ojos, cambiando a un semblante un tanto más resentido. No pasó desapercibido para ella lo nervioso que estaba su padre, el fino sudor que recorría su frente lo delató.

La niña separó sus labios lentamente, analizando lo mejor por responder. No contaba con que su preciado amigo iba a impedírselo, al ser él quien contestara con una voz monótona:

—No tiene nada que agradecerme, Sr. Hibukuro. Al menos en mi caso no es necesario, ya que no lo hago por usted, esto es algo que hago por Dororo. Sigo creyendo que cometió un grave error al serle infiel a la Sra. Ojiya, y no apruebo que por culpa de esta acción Dororo se pusiera triste.

» Sin embargo, ella me pidió que la acompañara en este día. Me dijo que me necesitaba, y yo nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia le negaré mi ayuda. Es por eso que agradecerme es incorrecto. No es necesario que lo haga, Sr. Hibukuro.

La boca de Hibukuro formó una perfecta línea apenas el indiferente jovencito terminó de hablar. Tragó saliva pesadamente, como esperando que eso le ayudara a reducir sus nervios. Fue necesario que pasaran unos segundos para que el consternado hombre recobrara la seguridad, y pudiera seguir con la conversación, aunque claro, lo hizo con desgano:

—Claro Hyakkimaru, tienes toda la razón. Aun así, quiero darte las gracias.

—La honestidad de Hyakkimaru sí que es muy útil en momentos como estos. —Se unió Dororo a la conversación, mostrando una pequeña sonrisa pretenciosa. Cambió a una actitud reservada al cruzarse de brazos—. Papá, quiero que te quede bien claro que accedí a esto no solo por ti. Conocer a más personas también le hace bien a Hyakkimaru, su terapeuta siempre le dice que debe seguir practicando sus habilidades sociales. Además... —Su voz bajó hasta un débil susurro—: Perder a su madre debió ser sumamente difícil para él. Imagino lo triste que debe sentirse. Es por todo esto que yo accedí a conocer a mi medio hermano.

—Aun así, te lo agradezco. —Se apresuró Hibukuro a responder, esforzándose por sonreír, aunque fuera un poco—. Muchas gracias por aceptar conocer a Shiranui, a pesar de que no tienes la obligación de hacerlo.

Dororo no pudo evitar regresarle una triste mirada. Afirmó lentamente con la cabeza, dándole a entender a su padre que su decisión no había cambiado.

Blue Lullaby [Dororo AU]Where stories live. Discover now