12-. Final

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Corrí hasta la casa de Boris, justo estaba atardeciendo así que teníamos la luz justa, estaba a pocos metros de la casa, pero ya podía escuchar gritos, podía escucharlo a él, rogándole a koktu que parara, pero los gritos empezaron a intensificarse cuando vi a los chicos en la azotea de la casa, la luz tenue de los focos de la azotea hacían contraluz, por lo que no era muy capaz de distinguir quien era quién, hasta que vi cómo alguien se ponía de pie en la corniza de aquella casa de dos pisos.

–¡Koktu, porfavor! – Rogaba Sam mientras intentaba detenerla – bájate de ahí – La chica aún seguía apuntándole con el trozo de cristal.

– No soporto el dolor que llevo dentro desde hace años – dijo con un rostro frío, veía como gotas de sangre caían desde la azotea. La chica se había hecho daño.

– Estás enferma – Habló Boris con las Palmas en alto – pero tiene solución, sólo tienes que bajarte de ahí, te ayudaremos.

– No puedo vivir sin ti, Boris.

– claro que puedes vivir sin mi, Kotku, tu vales mucho. Mucho más de lo que yo valgo.

– Si eso fuera así, no me Habrías engañado. – la chica siguió sollozando. Boris soltó un suspiro.

– Necesito que te bajes de ahí y me escuches, koktu.

– Desde aquí te escucho bien – la chica seguía con la mano estirada, con el cristal en la mano.

– ¿Me das el cristal por lo menos?

– Soy capaz de clavarte el cristal en el cuello, así que no te acerques.

– Nunca voy a dejar de quererte, jamás en la vida, pero nuestra relación es muy tóxica koktu.

– Por tu culpa – dijo mientras sollozaba – Yo siempre te quise, te amé y te apoyé. Tu solo me mentiste y me hiciste sentir cómo la última mierda.

– Lo siento mucho, pero ahora sé porque lo hacía, ya no siento nada por ti, pero eso no significa que no te quiera.

–¿Has querido a alguien alguna vez en tu vida? Que yo sepa solo hay tres cosas en tu vida por las que te mueres. El alcohol, las drogas, y tu amigo Theo. Nadie más entra en esa lista. No te importa nada más.

– Tienes razón – dijo tras un suspiro – no me merezco nada, no te merezo a ti, no merezco a Ari. Mucho menos me merezco a Theo. Pero tu te mereces vivir así que bajate de ese muro. Porfavor.

– Espero que esto quede en tu conciencia el resto de tu vida – dijo mientras se colocaba de frente a la altura.

– Koktu, porfavor – Sam ya estaba llorando. Me imagino lo que será ver así a la persona más importante de tu vida. Lo tiene que estar pasando muy mal.

vi cómo la puerta de la casa de Boris estaba abierta. Se que le prometí que no iba a participar pero se que se les está llendo mucho de las manos, así que no vi otra opción que intervenir.

–¿Que narices haces tu aquí? – se quejó boris mientras me agarraba el brazo, yo me solté de forma brusca, mandándole una mala mirada.

– No vuelvas a tocarme, Boris. – dije mirándole a la cara – No me mereces. – luego me giré a Kotku.

–¡Kylie! – le grité mientras me acercaba a ella.

Los chicos se miraron entre ellos mientras me insultaban, no les culpo, es una situación muy complicada y yo no podía quedarme en casa.

– no te acerques a mi – dijo ella mientras me apuntaba con el cuchillo – ¿Porqué no viniste Antes a dar la cara? – me gritó desde la cornisa, ni siquiera se bajó para recibirme. – te creí mi amiga y me fallaste.

Ładny - Boris Pavlikovsky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora