Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Me había quedado bastante inquieta después de que fueran por Corey, no tiene buena relación con su papá y de la nada él pide su presencia, es raro. Llegué a su departamento y me quedé un rato viendo el reloj, pero después de unos largos minutos eso solo me ponía más nerviosa, así que preferí mirar las diferentes pinturas que tiene y así pasó el tiempo más rápido, cuando menos lo esperé Corey ya estaba aquí, muy pero muy molesto, ay mierda nada bueno salió de esa plática.
—¿Quieres hablar del tema? —no quería sonar entrometida o en el peor de los casos indiferente ante su enojo, pero la verdad es que todavía no sé cómo ayudarlo cuando está así, aún tengo mucho que aprender de él.
Me devolvió una mirada asesina, se quitó el cabestrillo y lo lanzó lo más lejos que pudo, pateó la columna del departamento, lo hizo cimbrar, respingué por el susto, si lo dejo continuar se hará daño.
—¡Voy a matar a ese hijo de puta! ¿Quién mierdas se cree? ¿Cree que puede hacer lo que le dé la gana y no voy a tener el pensamiento de clavarle una bala en la puta frente? ¡No debería sorprenderme nada de él, en serio creí que estaba preparado para todas sus mierdas pero estoy muy equivocado! —tomó una silla y rompió una elegante vitrina que tenía— ¡Carajo!
Sé que es muy mala idea meterse en medio de un hombre enojado y sus ganas de quebrar todo lo que está enfrente de él, pero si lo dejo continuar terminaremos en urgencias y su departamento destruido. Así que me puse enfrente de él y tomé su rostro entre mis manos, lo miré directo a los ojos.
—Tranquilo, respira profundo y suéltalo lentamente —respire junto con él—, necesito que te calmes por tu bien ¿Está bien? Sé que estás molesto y debes tener tus razones, pero no tienes que sacar tu enojo de esta manera, lo único que estás logrando es lastimarte y dejar que lo que haya sucedido con tu papá se te suba a la cabeza, no dejes que eso suceda.
Lo insté a sentarse, apoyó su espalda en la pared y ambos terminamos en el suelo, protegí su brazo para que tuviera el menor daño posible, Corey comenzó a calmarse, lo abracé hasta que su respiración fue regular, estaba cansado, pude sentirlo y verlo también.
—Perdóname Rachel —susurró.
—No tienes que pedirme disculpas Corey, sé que ha sucedido algo y no sé si me quieras contar pero quiero estar aquí en estos momentos, estoy aquí para ayudarte.
—El maldito Wolffer echó las cosas de mamá de la habitación, pero eso no es lo peor, es lo que mi mente me dice en cuanto a las razones, lo conozco tan bien, nunca la amó de verdad.
—Es algo con lo que él tendrá que vivir pero te puedo decir que si tú mamá estuviera aquí estaría más preocupada por ti a lo que tú papá haga con sus cosas. Tu papá no está haciendo bien y parece que nunca lo hará, pero eso lo pagará en su momento.
—Siento que quiere borrarla, que intenta deshacerse de algo que no debería querer intentar, se supone que la amaba, yo sé que no, pero el mundo cree que es el pobre viudo solo, y no el hijo de puta que realmente es —tragó saliva—, le dije que si no estaban las cosas de mamá en su lugar para mañana lo mataría —dijo eso con mucha tranquilidad, lo que no sé si debería alarmarme o no.
