Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Viernes por la mañana y puedo decir que para mañana ya tendré diecisiete años. Hoy es mi cumpleaños y por mucho que me hubiera gustado despertar al lado de Corey no pude, así que me mantenía de buenas que estaría en el salón esperándome.
En cuanto entré al campus las primeras en abrazarme y felicitarme fueron mis amigas.
—¡Feliz cumpleaños Rachel! —exclamó Andrea mientras me entregaba un regalo.
—Al fin dejas de ser la bebé entre nosotras —Gisella me entregó otro regalo.
—Ay cállate, solo nos llevamos por meses.
—¿Qué planes tienes? —preguntó Andrea.
—No sé, no he tenido tiempo para armar una fiesta o algo parecido.
Hablé un rato con ellas y después seguí con mi camino, en el transcurso recibí más felicitaciones de compañeros y algunos profesores. Una vez que llegué al salón sonreí al ver a mi esposo sentado.
—Buenos días cariño —me aseguré que no hubiera estudiantes antes de hablar.
—¿Acaso puedo ser más inútil? No debería poder dar clases con éste maldito brazo así, estoy harto, tiene dos opciones, o se compone ya o más le valdría no existir —siseó con molestia.
—Me queda claro que no despertaste de buenas y no te llames inútil, solo necesitas tiempo para recuperarte.
—Estoy muy mal posicionado hoy, carajo, es el último semestre, la doctora Ginzburg me respeta tanto que seguiré dando literatura para los otros idiotas ¿Sabes qué idiota está en esa clase? ¡Nicolás Murr! ¡Me quiero morir! Qué mala suerte, solo falta que mi papá sea el nuevo director para que pida mi mesa para veinte —bufó.
—Miralo del lado positivo, podrás dejar a Nicolás como estúpido si dice alguna tontería.
—¿Si sabes que de todos los Murr del mundo, Nico es el más listo, verdad? Será un dolor de cabeza, me dijo Ros… me dijeron que pregunta demasiado, le voy a terminar disparando en la cabeza y lo sabemos bien.
—Podrá ser inteligente pero dudo que sea más que tú, así que estoy segura que sabrás responder sus preguntas y ya habíamos hablado de matar a tus alumnos, no puedes hacerlo cariño.
—Ya lo sé, elegiste a un cerbero como tú marido, perdón y luego esta mierda —apretó los dientes, se puso rojo, vaya definitivamente está muy enojado, pero su enojo es diferente a antes ¿Lo recuerdan?
—Deja de enojarte tanto, te harás daño y sobre todo deja tu brazo malo en paz, se paciente es lo único que puedes hacer. Aparte hoy no es día para estar molesto con la vida.
—¡Estoy que me lleva Virgilio arrastrando por el quinto círculo del infierno! No puedo tener tan mala suerte ¿Por qué soy tan miserable?
—Oye tu vida no es miserable, solo estás enojado porque tu brazo está en proceso de recuperación y tendrás que tolerar a Nicolás —dejé mis cosas en mi lugar y me senté—, comienzo a creer que te faltaron horas de sueño y algo dulce para ponerte de buenas.
