Rachel Black creyó tener una vida perfecta: un novio ejemplar y padres talentosos e importantes para la élite de Londres; sin embargo, los oscuros secretos que aquellos guardan la posicionan en un ambiente de mafia, corrupción y parafilias sexuales...
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Ya se habían terminado las vacaciones de fin de semestre, por lo que tenía más trabajo en el periódico escolar y con los nuevos cursos de este semestre.
Cómo ya era costumbre termine saliendo de mi última clase con varias carpetas y papeles, me costaba ver por dónde iba y me fastidiaba tener que pedir disculpas cada que chocaba con alguien, podía ver la oficina del periódico y suspiré, seguí mi camino y volví a chocar con alguien, maldije en mi interior.
—Perdón, no te… —asomé la cabeza y me quedé callada al ver que era Steve.
—Hola Rachel ¿Lista para el último semestre? —dijo mientras sostenía mi pirámide de carpetas.
—Digamos que estoy en el proceso ¿Tú ya estás listo?
—Digamos que en eso estoy ¿Vas para la oficina del periódico?
—Sí, pero con esta montaña de carpetas es difícil ver por dónde voy.
—Te acompañaré, esto está pesado para ti —dijo sonriente, siempre sonríe ¿Es un psicópata acaso? En fin, lo dejé sostener las carpetas.
—La próxima vez le diré a Wendy que me ayude o las dejaré en el salón, son demasiadas cosas para mí estatura —comente mientras caminábamos.
—Puedes pedir ayuda también, aún existimos los caballeros —caminábamos por el pasillo cuando llegamos a los casilleros, Corey y Michael estaban ahí con Harry, mi marido estaba sudoroso, seguro tuvo clase de box y sacó toda su furia ahí. Miró a Steve y Steve lo miró también, Corey elevó el mentón y la ceja, tragué saliva.
—Ese tipo está loco —susurró Steve para mí refiriéndose claramente a Corey.
—No lo conozco lo suficiente como para opinar —esto es bastante incómodo.
—Lo está, está muy loco, recomendable para ti y tú cabello que te alejes —miré por detrás de mi hombro, Corey se recargó en la pared mientras nos observaba, se metió a la boca una paleta color azul y jugueteó con ella con la lengua de forma erótica, tragué saliva y seguí caminando cuando, de pronto, Robbie estaba caminando hacia nosotros ¿Qué hace aquí?
—¿Qué haces cerca de mí promerida, demente? —refirió con desdén mientras miraba a Steve.
—Solo me está ayudando a llevar esas carpetas, son muchas para mí —respondí antes de que Steve hablara.
Robbie se acercó y le quitó las carpetas a Steve, se miraron como dos machos alfa, miré de reojo a Corey, sonreía mientras le daba unas probadas a la paleta como las que quería yo darle a sus labios, estaba disfrutando el momento.
—Aléjate de mi novia Rogers.
—Solo la estoy ayudando, no seas paranoico.
—Tranquilo Robbie, solo estaba siendo buena persona, como te dije son demasiadas carpetas y no podía ver, solo eso.
