C a p i t u l o 32

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Poco más de un año después

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Poco más de un año después.

Si alguien me hubiera dicho que tendría un grupo de amigos geniales, tendría un hijo, y me casaría, lo hubiera llamado loco, y me hubiera reído en su cara.

Había cambiado, demasiado en tan solo un año. Y, eso me hacia extrañamente feliz.

Los niños no son para mí, y nunca lo habían sido. Pero tener a Eric —y también a Jason— es de las pocas cosas buenas que me han pasado en la vida.

Muchas veces tuve que olvidar todo lo que sentía, para recordar lo que en verdad mereces.

—¿Te sientes bien? —pregunta mi ahora esposo. Llegando a mi lado.

La ceremonia había sido hace unas horas. Fue algo tradicional.

—Lo estoy.

—¿Lo estás?

—Si, Jason —lo miro— ¿sucede algo?

—¿Sabes dónde está Eric?

—Debe de estar con Elizabeth.

—¿Con Elizabeth?

—¿Podrías dejar de repetir lo mismo que yo? —pregunto, empezaba a sacarme de quicio.

—Lo siento, estoy nervioso.

—Deberías de dejar de estarlo —pongo ambos brazos alrededor de sus hombros— ya di el sí.

—No tenía miedo de eso.

—¿Por qué no? —mi ceño se frunce— suenas muy seguro, pude haberte dejado plantado en el altar.

Mentirosa. Jamás harías eso.

Y si lo hicieras, llegarías, y en medio de la boda te irías. Te conozco, mosco.

—Nunca me dejarías plantado, y claramente dirías que sí, es decir, ¿Por qué te negarías a pasar el resto de tu vida junto a mí?

Finjo pensar, mientras empiezo a enumerar con mis dedos, el me mira ofendido.

—¿De verdad quieres que haga una lista? Es nuestra boda, arruinaría el momento —rio, su mueca crece— pero te amo tanto que no podría decirte que no.

La mueca en su rostro cambia drásticamente por una gran sonrisa.

Sus ojos se achinan, mientras que los hoyuelos en sus mejillas aparecen.

—Todos me aman —se burla— ¿Quién no me amaría? ¡soy genial! Y yo me dejo amar por todos.

—Jason...

—¡Vale! —alza sus manos en señal de rendición— solo tú y mis hijos son los que tienen permiso de amarme.

—Exacto, aprendes rápido, cariño. —acaricio su mejilla— espera, ¿dijiste hijos? —el asiente— ¿recuerdas como estaba agonizando hace un año? —vuelve a asentir— ¿entonces por que crees que quiero otro hijo?

UACEN | Amarte es poco [En Proceso]Where stories live. Discover now