"𝐏𝐢𝐝𝐞𝐦𝐞𝐥𝐨 𝐚𝐦𝐚𝐛𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞."

1.2K 198 137
                                    

Tengo un mal presentimiento... – confesó Izuku mirando al techo de la pequeña oficina.

Dos toques que oyeron el la puerta de madera y vidrio, haciéndo que Bakugou se moviera un paso al costado dejando al encargado entrar, y guardó su teléfono en su abrigo.

Hola, Hola. – habló un poco incómodo. – Mi nombre en Tenya Iida, y ustedes deben ser Bakugou y Midoriya, ¿No es así? – sonrió levemente a modo de confianza.

Si, Buenos días. – habló Bakugou por ambos.

Perfecto. Lamento la demora, es un  día pesado. – se disculpó el peliazul.

Lo entendemos, de echo le debería agradecerle por darnos una cita el mismo día que llegamos. – dijo Katsuki en el tono y de la forma más amable que todo su ser pudo gesticular.

Bien. – el de lentes se sentó en su escritorio, comenzando a ojear los documentos del escarlata. – Déjeme hacerles una pregunta. – avisó y ambos jóvenes miraron al contrario prestando atención. – ¿Estan cometiendo fraude para evitar que lo deporten a Japón y así quedarse con su puesto como editor en Jefe en una de las editoriales más famosas del país? – fué directo al punto, descolocado a ambos chicos.

Es ridículo. – comentó por primera vez Izuku intentando que sus nervios no se notarán.

Si, no tiene sentido. ¿De dónde escuchó eso? – preguntó rápidamente el ceniza sin perder tiempo.

Esta mañana nos llamó un hombre llamado... – volvió a mirar los documentos buscando el nombre.

¿Puede ser "Neito Monoma"? – respondió con una pregunta Bakugou.

Neito Monoma, si. – afirmó Iida con cierta intriga al notar que el ceniza sabía de quién hablaba.

Oh Neito, si pobre de él. – fingió compasión al decir aquel nombre. – Lo lamento, Monoma solo es un amargado exempleado recoroso. Me disculpó por él. – dijo con pesar, más para sus adentros se creía digno de alguna premio por actuación. – Se que está ocupado con una sala llena de repartidores y jardineros. Así que si nos da una cita para otro día, estaría exelente.

Midoriya cerró los ojos con fuerza frunciendo los labios, intentando que su moral no fuera afectada por aquel comentario despectivo y cruel sobre los inmigrantes a Estados Unidos, junto al detective el cual trago pesado al escuchar eso también.

Señor Katsuki, porfavor tome asiento. – Iida señaló la segunda silla en el escritorio al lado del pecoso amablemente, y el ceniza acató el pedido. – Miren, lo que haremos será sencillo. Pasó uno; Los separaré y les haré una serie de preguntas que solo una pareja debe saber del otro. Pasó dos; Indagó más, registros telefónicos, habló con sus vecinos, personas del trabajo. Si las respuestas no coinciden por cada parte. – miró a Katsuki señalandolo. – Usted será deportado, y tu jovencito.... – miró a Izuku seriamente. – Habras cometido un delito.

Izuku miró por la ventana de la Oficina, observando claramente como dos policías llevaban a la fuerza a una chica frente a sus ojos muestras esta se resistía en gritos, mientras que podía escuchar al peliazul de fondo.

Y una multa por 150.000 dólares, con una condena de cinco años en una prisión federal. – fué claro a lo cual Izuku tragó saliva. – ¿Si? – preguntó mirando a ambos, el ceniza tranquilo y el peliverde lo miró sin gesto alguno. – ¿Midoriya...?

𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚. | • 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐃𝐞𝐤𝐮 •Where stories live. Discover now