El mejor poema de la vida

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El mejor poema de la vida

–Bien, niños –anunció la maestra a sus alumnos–, tenemos tiempo para uno más antes del recreo. Liam, ¿qué tal si pasas al frente y nos lees tu poema?

–Si, señorita Johnson –asintió el muchacho campirano acatando las indicaciones de su maestra.

Una vez estuvo frente a sus compañeros de clase, Liam se aclaró la garganta y se preparó para recitar aquello que había escrito con su puño y letra en una pulcra hoja de papel.

–Este poema va dedicado a una de las cosas que yo más amo en este mundo –anunció antes de empezar–, a mi amada polla. Aquí les va:

Nunca hablo de ella, pero les presento a mi hermosa y blanca polla.
Hay pocas cosas en este mundo más hermosas que mi polla.
Mi polla es activa, mi polla es sociable y mi polla es amistosa.
Mi polla no sólo me ama a mi, sino que también ama a todas mis amigas.
Y mis amigas son muy afortunadas por tener el cariño de mi polla.
Porque mi polla, aunque es pequeña, es muy juguetona, y las ama a todas por igual.
Pero algún día llegará alguien especial a mi vida. Esa persona no sólo tendrá mi corazón, sino que también será la guardiana de mi polla.
Y como la amaré y confiaré en ella, con mucho gusto le mandaré mi polla para que la abrace, la quiera y la proteja.
Porque sólo ella será digna de poseer a mi polla.

En cuanto terminó de recitar el poema, Liam dio por finalizada la presentación con una cordial reverencia, tras la cual observó las caras estupefactas de sus compañeros de clase, salvo por su grupo de amigos conformado por Lincoln, Clyde, Zach, Rusty y Stella quienes lo ovacionaron de pie.

–¡Bravo!

–¡Muy bien, Liam!

–¡Eres grande!

Por el contrario, al igual que su maestra, las otras niñas del aula quedaron en shock con sus rostros enrojecidos por el bochorno.

En cambio los niños procesaron detenidamente lo que acababan de oír en completo silencio, hasta que Chandler McCann se atrevió a exclamar en voz alta lo que todos estaban pensando.

–¡¿Qué mamada?! ¡Es el mejor poema de la vida!

Y junto con el resto de sus compañeros varones, se puso en pie para unirse a los vitoreos y aplausos para felicitar al chico granjero por su magnífica recitación.

–¡Bravo!

–¡Muy bien!

–Gracias, muchas gracias...

***

Al cabo de dos horas después de que finalizaran las clases, Liam salió por la puerta principal de la escuela a reunirse con su grupo de amigos.

–Lamento que te castigaran, amigo –lo consoló Clyde.

–Vaya que la maestra Johnson se puso furiosa –mencionó Rusty.

–Pero no entiendo que hiciste para que se enojara tanto –comentó Zach igual de confundido.

–Yo tampoco entiendo –dijo Lincoln que llevaba una caja de cartón con agujeros bajo el brazo–. Lo único que hiciste fue escribir un poema en el que expresas lo mucho que amas a Mildred.

–Supongo que no a todos les gustan las mascotas –dedujo Stella encogiéndose de hombros.

–Como sea –acabó diciendo Liam–. Veamos como está Mildred.

Y diciendo esto, el grupo se reunió en torno al peliblanco para mirar el interior de la caja agujereada que llevaba consigo.

–Hola, bebé –saludó Liam a la pollita recién nacida que se albergaba ahí adentro, en tanto sus amigos la miraban enternecidos y le hacían graciosas morisquetas–. Papi ya salió de su castigo. ¿Si extrañaste a papi? Si, si lo hiciste.

A lo que la pollita respondió con un cariñoso:

Pío pío...

FIN

Divertidos y Bochornosos Cortos de TLHWhere stories live. Discover now