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-  ¡Que hermoso es!- exclamé.


- Posa para la foto - made río y me tomo la foto.


Habíamos optado por salir a caminar y disfrutar de este nuevo país, desde temprano salimos a caminar y explorar varias maravillas. Nuestro destino turístico esta vez fue Ronda, la cuidad mágica de España.

Mi emoción fue expresada en un chillido al ver semejante paisaje delante de nosotras. Varias murallas, plazas y hoteles de un estilo medieval dibujan el hermoso pico de esa montaña. Los interminables matorrales, arbustos y árboles que le daban ese toque de fantasía y magia al lugar. Cualquiera soñaría en poder estar en un lugar que transportará vida y paz.

Madeleine y yo nos habíamos tomado vacaciones por nuestros días agitados, además debíamos pasar varios días en España y ya que no teníamos ningún compromiso decidimos salir y pasar un momento para nosotras, necesitábamos despejarnos. Un amigo nos aconsejó este lugar y vaya que no se equivocó al decir que era salido de un cuento de hadas. Todo era hermoso. Esa mañana salimos con la ilusión de pasar un día genial. Made había optado por vestir una falda playera abierta por su pierna derecha y con un sombrero grande para refugiarse del sol, en cambio yo, solo me puse un short y unas sandalias cómodas para el día. Hacía calor en la ciudad y no quería sudar.

Varias fotos fueron depositadas en nuestra galería como recuerdo, queríamos atesorar este momento y en un futuro poder recordar está maravillosa experiencia. Llegamos a la plaza de toros y varias personas nos saludaron, afuera había varios puestos de comida así que antes de seguir caminando decidimos comprar algo mientras mirábamos el paisaje más hermoso.


- ¡Está de maravillas! Colócate ahí - dijo Made y me posicionó cerca de la barra del local donde nos estacionamos - Saldrá hermosa esta foto - chillo emocionada.


Solo sonreí al verla feliz y alegre. Un sentimiento de felicidad se apodero de mi al disfrutar de este momento, dándome cuenta de la amiga valiosa que tenía a mi lado, que siempre estuvo conmigo y que la mayoría de veces se preocupaba por mi bienestar. Era inevitable no poder quererla, aunque su actitud sea un poco arisca siempre sería una pequeña masita para mí, como aquellos días donde la conocí. Pasamos por mucho juntas. En las buenas y en las malas estuvimos, nos levantamos del sufrimiento, del dolor, de la injusticia y de la traición juntas; y aún así seguimos adelante brillando como nunca.

La amaba y ella lo sabía, aunque poco se lo dijera, lo hacía. Le agradecía todo lo que hizo por mí en el pasado y todo lo que hace ahora. Ella era un de esas personas que se había ganado mi corazón y sería difícil sacarla de ahí, porque nunca se olvida al amigo que te salvo de cometer un suicidio.


- !______! Te estoy hablando - la voz de Made me sacó de mis pensamientos - mira cómo quedó la foto.


Dirigí mi vista al retrato con curiosidad de ver cómo salió y una melancolía invadió mi ser cuando divisé este. Mis ojos estaban perdidos y mi cara mostraba tristeza y mi sonrisa era lastimera.
Una expresión completamente diferente a hace años, donde aquella chica de 16 años brillaba con su cara radiante y viva, con ganas de dar lo mejor de ella por disfrutar cada instante que tenía.


- ¿Estás bien morchis? - musitó con suavidad.


Mire a Made negando y sintiendo una lágrima traicionera recorrer por mi mejilla. Era tan difícil contener mis emociones ante aquella pregunta, porque sentía que todo dentro de mí rápidamente se desmoronaba y me quedaba desprotegida sin mi muro alrededor. Su apodo me recordó aún más esos momentos felices de años, donde los tres teníamos juntos noches de juegos y risas, y aquellos días donde no podíamos dar más de nosotros.

EL VUELO [ 18+]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora