|Capitulo 4: Amantes|

71 10 4
                                    

Narrador|

Chiara pasó el día con Christopher, un lindo día. Además Christopher hizo de todo para que ella se sienta muy bien junto a él.
En la noche hicieron el amor.

Por otro lado Joel estaba saliendo con una mujer hace tiempo, se llamaba Amber. Ella una chica pelirroja, tez blanca, ojos verdes y pecas. Era muy delgada, se conocieron en el trabajo. Ella era muy dedicada al trabajo igual que Joel.

Sin embargo Joel estaba a la vez con Chiara, o bueno, más bien sólo quedaban de verse para tener sexo. Eran amantes, Chiara lo tomó como un juego pero Joel no, él iba en serio con todo ésto.

Chiara despertó y observó a Christopher, lo tenía a su lado, estaba dormido aún.

Ella se levantó de la cama, se metió al baño a hacer la rutina de todas las mañanas. Luego bajó a desayunar, el desayuno ya estaba listo, ellos tenían una señora que les cocinaba y limpiaba.

-Buenos días señorita Chiara, ya le sirvo el desayuno. -dijo Lucinda.

-Bueno, gracias Luci. -le dijo Chiara.

En cuanto terminó de desayunar, bajó Christopher ya arreglado.

-_____, necesito que cuando vuelvas de no sé donde tengas cuidado, ¿sí? Quiero que tengas mucho cuidado a que no te siga nadie. -dijo Christopher.

-¿Me ha seguido alguien? -preguntó ella preocupada.

-Tan sólo asegúrate, no seas estúpida. -dijo él.

-Siempre me aseguro, sólo te pregunté, no me hables así. -le dijo ella levantándose de la mesa. -Me voy.

-¿Y dónde te vas?

-¿Tengo que darte explicaciones cuando tú no me las das a mí? -preguntó ella mirándolo. -Llegaré temprano, amorcito.

Ella se acercó a darle un beso pero él la rechazó.
Chiara subió por las escaleras, se arregló el cabello y luego salió. Iba a irse a verse con Joel.

En cuanto llegó al lugar del encuentro, Joel estaba allí esperándola.

-Hey. -le dijo Chiara.

Joel se volteó y sonrió.

-Hola hermosa. -le dijo Joel.

-¿Cómo estás? -se sentó al lado de Joel.

-Bien, muy bien. -Joel la miró. -¿Y tú? ¿Christopher fue? -su mirada estaba en el cuello de Chiara.

-¿Sobre qué? No me veo, no lo sé. -se rió ella. -Vamos. -ella se acercó a darle un beso pero él se alejó disimulando.

-Pueden vernos. -dijo Joel.

-Bueno, vámonos. -le dijo ella.

Se pusieron de pie, se dirigieron al auto de él y fueron para una cabaña que quedaba un poco fuera de la ciudad. La cabaña era de Joel, una cabaña pequeña para ir de paseo.

En cuanto llegaron, entraron y Joel la tomó por la cintura. Comenzó a besarla y ella pronto se alejó.

-Creo que Christopher está sospechando mucho sobre lo nuestro. -le dijo ella. -No quiero que te pase nada a tí.

-¿Sospechando por qué? ¿Te ha dicho algo?

_____|Rayita.

-No pero me insinuó algo y me está preguntando donde es que estoy en el tiempo que me voy de allí. -dije.

-Pues inventa que vas a ver a tu mamá o algo así. -dijo Joel.

-Ya se lo he dicho mil veces a ésa excusa. -le dije.

-Luego nos ocupamos de éso. -dijo Joel. -No te preocupes mucho.

-Obviamente me voy a preocupar, Christopher no es tonto y si se entera de ésto puede matarnos a los dos. -le dije.

-No va a enterarse, mi amor. Ven aquí. -se sentó en el sofá e hizo palmaditas a su lado, me senté allí y me abrazó con su brazo derecho. -No va a enterarse de nada.

-Espero que no. -le dije, lo miré y le dí un beso.

Al principio sólo cogí con él porque sentí el deseo de estar con él, porque me parecía atractivo. En cuanto lo hice con él, lo hizo tan bien e hizo cosas que a mí me encantaron, quería volverlo a ver siempre.
Chris durante el sexo se centraba sólo en él y en cuanto él llegaba al orgasmo todo se terminaba, yo quedaba con muchas ganas y con Joel fue muy diferente, él se enfocaba en mí, sólo en mí y yo en él, así era algo mutuo.

Y sólo era por placer el estar con Joel pero ahora que comenzamos a hablar mucho cuando nos veíamos sentía que ya no era solo por placer. La pasaba muy bien con él, me hacía reír mucho a veces, me hablaba bien, me trataba bien.
Tenía miedo de estarme enamorando de Joel.

-¿Quieres tomar un café o algo, bebé?

-No, gracias. -le dije, le dí un beso en la mejilla y él sonrió.

-Me gustas mucho, Chiara, me gustas más de lo que me gustabas antes. -dijo él, no era la primera vez que me lo decía, en el último encuentro también me lo dijo. -¿Yo no te gusto a ti?

-Uhm... un poquito. -le dije, su celular comenzó a sonar, él se puso de pie y salió afuera para responder.

Me ha dicho tantas veces que yo le gusto que la palabra ya perdió su magia.

Me puse de pie, me acerqué a la ventana y observé los árboles. Estaba todo tranquilo.

–Ya. –dijo Joel entrando.

–¿Quién era? –lo miré.

–Trabajo, pero ya está resuelto. –se acercó a mí y me dió un beso.

–Bueno, creo que hoy mismo regresaré a casa. –dije.

–¿Por qué? –me miró.

–No lo sé.

–Quedate a dormir conmigo, por favor. –dijo él tomando mi cintura, alcé mi vista para mirarlo a la cara y como era de esperarse estaba haciendo carita de niño berrinchudo.

–No lo sé, Jo, si me llama Christopher debo irme. –le dije y lo besé. –¿Por qué me quieres aquí?

–Porque la paso bien contigo, porque me gustas, porque me siento feliz cuando estoy contigo, ¿acaso eso no te pasa a ti conmigo que te quieres ir antes?

–Pues no, estoy enamorada de Christopher. –le dije, él se quedó mirándome.

–¿Y entonces por qué cada vez que te llamo aceptas venir? ¿Tienes miedo de que yo haga algo en tu contra? –me preguntó y negué con la cabeza. –¿Entonces? ¿No quiere que atrape a Christopher y por eso siempre accedes a venir conmigo?

–No Jo, no es éso. –le dije.

–¿Qué es entonces? Yo no quiero que pienses que te quiero para tener sexo o algo así, ya que la mayoría de veces nos vemos para tener sexo.

–Yo te quiero para tener sexo, me encanta como me lo haces. –le dije, me apretó un poco contra su cuerpo y le cambió la cara muy rápido, era una cara seria.

–¿Tu novio del que estás tan enamorada no te cumple? –me miró.

–No, él no lo hace como tú. –dije mirando sus labios. –Ya quisiera que lo haga como tú, pero yo no estaría aquí en ésta habitación contigo esperando que empieces a besarme y tocarme.

Cada vez él me apretaba un poco más a su cuerpo y podía sentir su amiguito cerca de mi vientre.

–¿Y que se supone que es lo que yo hago bien? –me preguntó.

–Todo, desde el principio al final lo haces bien, además... la tienes un poco más grande que mi novio. –le dije y él se rió pero cada vez su amiguito estaba más duro. –Hasta tu lengua es mágica.

–¿Éso crees? –comenzó a repartir besos en mi cuello. –¿Qué tal si comenzamos ahora ya que no te quedaras a dormir?

–Por favor, la última vez que nos vimos me quedé con muchas ganas de ti. –dije, lo senté en la cama, me senté en sus piernas y comencé a besarlo con desesperación.

Lucifer || Christopher Vélez, Joel Pimentel.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن