Lucifer || Christopher Vélez, Joel Pimentel.

|Capitulo 14: |

[Una semana después]

–Señorita, ¿por qué no mejor deja a Christopher que sea parte de la vida de la niña? Él la quiere muchísimo, se ve muy feliz e ilusionado. –dijo Vara mientras manejaba. –Y la niña es muy bonita, se parece a usted, ella también se ve muy feliz con el señor Christopher.

–No lo sé, Vara, es difícil.

–¿Por qué?

–Porque él seguirá en todo ésto y no me gusta.

–El señor no la deja sola con nadie, está todo el tiempo con ella y cuidandola. –dijo él.

En cuanto llegamos a la casa, bajé y ví a Chris allí jugado con ella. Ella estaba feliz con los juguetes que le dió Christopher.

–¡Mamá! –exclamó.

Corrió a mí y me abrazó las piernas.

–Hola hija, ¿todo bien? –la cargué.

–Sí. –me sonrió.

–Hola linda. –dijo Chris.

–Hola Christopher. –le sonreí. –Dale un besito a mamá. –le dije a Khai, ella me dió un beso en la mejilla y ví a Christopher sonriendonos.

–¿Se quedan a comer? –me miró Christopher. –Oye, entró una mujer nueva a la vecindad, ¿podrías ayudarme? Necesito saber si es policía o algo así, quizá la reconoces.

–¿Cómo se llama? –le pregunté.

–Su nombre es Elisa. –dijo. –Ve con Vara, que te presente con ella.

–No, mira si es policía y yo la conozco, hombre, me va a agarrar otra vez.

–Ya, ella es alta, ojos verdes, rubia, tiene pecas, es súper bonita, no más que tú y... pues ya. –dijo él. –En su mejilla izquierda tiene un lunar, cerca de la nariz.

–No pues no sé, dile a Vara que me traiga una foto de ella.

–Y siempre anda con un niño, es pequeño como Khai, yo no he ido a verla en persona porque pues están las dudas. Además rogó para quedarse por aquí.

–¿Un niño? ¿Cómo se llama?

–No lo sé, oye Vara, ¿cuál es el nombre del niño? –Chris volteó a ver a Vara.

–Ella se llama Elisa y el niño se llama Oliver. –dijo Vara.

–Oye Vara, ¿me haces el favor de traerme una foto de la mujer? No sé como harás para conseguirla pero no puedo ir a verla cara a cara.

–Vamos pero tú quédate en el auto, ella no te verá, los vidrios están polarizados mi señora.

–No me digas señora, no estoy casada. –me reí y él asintió. –Vamos, Khai quédate aquí un momento, ya vuelvo, ¿sí?

–Ven con papá. –Chris la cargó y yo me subí al auto.

Fuimos hasta donde se quedaba esa mujer y pues salió un poco arreglada. El niño no estaba con ella.

Se me hizo muy conocida pero no recordaba de donde.

Vara le sacó conversación y yo pues me quedé pensando. Luego Vara se subió al auto y conducio otra vez a la casa.

–¿Y señorita?

–Pues se me hace conocida pero no sé de dónde.

–¿Será policía?

–Tiene cara de policía, supongo que lo es.

–Mhm... Tal vez has visto a alguien parecida a ella.

–No, sé que la conozco, Vara.