|Capitulo 5: Primera vez|

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[Meses después]

Chiara|

Christopher no era el mismo ya.
Anoche lo ví con otra, me dolió muchísimo al principio pero luego recordé que lo merecía, yo lo engañé con Joel y hasta ahora lo sigo haciendo.

Se lo reclamé, sólo recibí un golpe de su parte. No sé que le pasaba, todo el tiempo estaba buscandome pelea.

-Oye mi amor, perdóname. -dijo Christopher entrando a la habitación.

No le respondí, no lo quería ni ver, era la segunda vez que me golpeaba. La primera vez fue cuando me agarró del cuello en casa de su hermano.

-Perdón, Chiara. -se acercó a mí, mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. -No sé que me pasó, perdóname por favor.

-Dejame. -le dije. -No quiero que me toques.

Aún me dolía el golpe, me dió una bofetada tan fuerte que me hizo sangrar el labio.

-Mi amor, perdóname, no lo haré más. -dijo él. -Mirame a los ojos, te juro que estoy arrepentido, no quiero que me dejes, tú eres mi vida entera.

-¿Por qué lo hiciste? Además me engañaste, Christopher, ¿así dices quererme? -lo miré.

-Te amo demasiado, mi reina sólo que estaba tomado, tú sabes que no me controlo a veces, no volverá a pasar, lo prometo. -me dió su dedo meñique.

-No lo sé Christopher, mejor déjame sola. -le dije.

Él se quedó en silencio, me recosté, me tapé y se escuchó que él salió de la habitación.
Lloré y lloré, no sabía que hacer, quería agarrar mis cosas e irme pero también yo lo amaba muchísimo, él me hacía feliz.

[...]

Me desperté porque escuché una voz muy familiar, la de mamá. Me levanté y corrí hasta la sala, de ahí venía su voz.

Ella estaba allí sentada tomando un café.

-¡Mamá! -exclamé y corrí a abrazarla, dejó su café en la mesita y yo la abracé.

-Hola mi reina, ¿cómo estás? -dijo ella.

No la veía hace tiempo, estaba vigilada por policías y por eso no podía venir, tampoco podía ir yo a verla.

-Te extrañé muchísimo. -le dije.

-Y yo a tí, mi niña, ¿qué tal? ¿Cómo estás?

-Muy bien, feliz de verte. -la miré con una gran sonrisa, ella sonrió y volteé a ver a Christopher, él estaba parado mirándonos con una sonrisa. Mi sonrisa se fue al verlo, estaba enojada aún con él por obvias razones.

-Que bueno mi niña, que hermosa estás. -dijo ella. -Y que cómoda vives aquí en ésta casa, me encanta.

-Aunque casi nunca está en casa, no sé por donde está. -dijo Christopher mirándome. -Aun así, todas las comodidades para mí reina.

-¿Cómo que no estás aquí? Esto es un palacio, me encantaría vivir aquí. -dijo mamá sentándose nuevamente en el sofá.

-Ay mamá, es muy peligroso que vengas a vivir aquí con nosotros. -le dije. -Tranquila que ya te regalaré una súper mansión, mejor que esta.

-Uy, espero que pronto. -se rió ella.

-Aun estoy ahorrando. -le dije, me senté a su lado y Chris se sentó a mi lado dejándome en el medio.

-Yo puedo comprarle la casa, suegrita. -dijo Christopher. -¿Verdad, mi amor?

Él acercó su cara a mí y me dió un beso en la mejilla, lo cuál me hizo palpitar a mil mi corazón.

-No, yo se la compraré. -le dije.

-Como sea. -dijo mi madre. -¿Cómo va el negocio?

-Bien, bastante pesado. -dijo Christopher. -¿Cómo está mi cuñado?

-Michael está allí, se quedó en la casa, no quiso venir porque anda con su noviecita de barrio. -dijo mamá.

-¿Cómo no va a venir? Hoy mismo lo mando a buscar, le voy a presentar las mejores chicas. -dijo Chris. -Para que ya sea todo un hombre, ¿cuánto tiene?

-Por favor, me harías un favor. -dijo mamá. -A ver si madura de una vez, tiene diecisiete años, los cumplió hace un mes.

-Ay no mamá, él tiene su novia, déjalo.

-Pues el sueño de todo adolescente es estar con una mujer madura, con los pechos súper grandes. -dijo Christopher.

Me acerqué a él y en el oído le susurré:

-No estoy hablando contigo.

Él se me quedó mirando, me puse de pie y volví a subir a la habitación.
Me dí un baño, me arreglé y volví a bajar.

Pasamos el día genial, Christopher ordenó que hagan mis comidas favoritas, mis postres favoritos y hasta me regaló unas cuantas cosas que me encantaron. Todo para que lo perdone pero pues no, aún no lo perdonaría, que sufra un poco más.

A Joel no lo veía hace una semana y ya lo extrañaba, la mayoría del tiempo estaba pensando en él, ¿qué estará haciendo? ¿También pensará en mí? Mi mente era Joel, Chris, Joel, Chris... y así.

En la noche me dí un baño, me acosté y tomé mi celular. Joel me había escrito por mensaje de texto.

"Holaa, ¿cómo estás bebé? Espero que estés bien, ya te estoy extrañando muchísimo :(. Quiero verte, dime en donde nos vemos y cuándo, yo ahí estaré. Te amo, preciosa, no sé por qué razón ésta semana te extrañé mucho más de lo normal. Cuídate mi amor."

Sonreí y le respondí rápido: "Holi guapo, en donde siempre mañana en la tarde, ¿sí?"

Borré todo y dejé el celular a un lado.
Christopher entró a la habitación.

-Bebé, ¿sí me perdonas? -me preguntó, se sentó en la cama y tomó mi mano.

-Ajá, pero no significa que no estoy enojada. -le dije y él sonrió.

-Te amo. -dijo. -¿Puedo dormir contigo?

-No. -le dije, él asintió con la cabeza, me dió un beso en la frente y salió de la habitación.

Me recosté y me dormí muy rápido.

[...]

Me desperté a las once de la mañana, era temprano. Me dí una ducha y cuando salí del baño estaba mi desayuno en mi cama.

Había una notita la cual decía: "Buenos días mi reina, te espero ésta noche en el patio. Allí te dejé un vestido fabuloso en el que te verás hermosa, te amo. Chris."

En la cama había una caja, era el vestido. Diablos, no puedo ésta noche, quedé con Joel.

Me senté en la cama, desayuné y entró Christopher.

-¿Vendrás ésta noche? -me preguntó.

-No, basta de hacer todo este show.

-Sólo quiero que me perdones.

-Ya te perdoné. -le dije.

-Pero quiero que ya no estés enojada y me dejes darte besitos.

-Pues así no logras nada, Christopher.

Lucifer || Christopher Vélez, Joel Pimentel.Where stories live. Discover now