llámalo como quieras - fred weasley fanfiction

25. un divertido viaje en tren

Advertencia: contenido sexual explícito

.　 　 ✧

Fred estaba agotado. Las vacaciones no se habían sentido como un descanso precisamente. Entre el delicado estado de salud de su padre, la inesperada visita sorpresa de Louise y las conversaciones sobre el riesgo que representaba su relación para la Orden, Fred no había podido descansar mucho.

Cuando llegó a la plataforma, Louise ya estaba ahí. Se veía preciosa, pero triste. Su cabello caía al rededor de su rostro y su mirada estaba fija en el piso. Su padre, un hombre alto y casi calvo, hablaba tranquilamente y con una expresión de advertencia en el rostro. Su madre parecía mirar en todas direcciones como si esperara que alguien intentara robar su bolso en cualquier momento. Louise asentía lentamente. Fred pensó que así, sumisa y apagada, Louise jamás se había visto menos como ella misma.

Con el temor de inmiscuirse en asuntos privados y quedar como un fisgón, Fred subió al tren. Él y George se sentaron en el primer vagón vacío que encontraron. Acomodaron los baúles y se dispusieron a revisar el listado de productos que planeaban vender ese trimestre. La puerta se abrió y Hope, con sus rizos rubios cayendo sobre su pecho, entró en la cabina y se sentó junto a George.

"¿Haciendo planes?" preguntó cuando George devolvió inmediatamente su atención a su gemelo luego de besar a su novia.

"Estamos repasando el inventario" respondió George con la mirada fija en la libreta que sostenía entre las manos.

"¿Algo nuevo?"

"Tendrás que esperar como el resto de nuestro público para saber" George se volteó para dedicarle una sonrisa burlona.

"Oh, no seas así" se quejó Hope, acercándose a George para mirar por encima de su hombro.

"¡Nada de espiar!" advirtió el pelirrojo, tratando de alejar la libreta de su novia. Hope le siguió el juego y se colgó de su cuello para quitársela.

"¡George!" reía Hope casi encima de su novio.

Fred puso los ojos en blanco. Hope y George eran ridículamente cursis. Le daban ganas de vomitar.

Entonces, como si hubiese escuchado sus pensamientos pidiendo rescate, Louise abrió la puerta.

Hope y George se giraron. Fred no tuvo que hacerlo, tuvo su mirada fija en ella desde que la puerta se movió para abrirse.

"Hola" la saludó tímidamente.

"Hola" lo saludó de vuelta, moviéndose nerviosamente todavía en el marco de la puerta. "¿Podemos hablar?"

"Claro" respondió, pero no se movió del asiento. Louise dirigió una mirada nerviosa a sus acompañantes.

"¿A solas?"

"Por supuesto"

Fred se puso de pie e inconscientemente se pasó las palmas por el pantalón, limpiándose el sudor de las manos.

Louise caminó delante de él buscando un compartimento vacío para hablar tranquilos. Llegaron al final del tren sin encontrar un solo vagón desocupado.

"Louise, ¿de qué quieres...?"

"Aquí no" lo detuvo poniendo una mano sobre su pecho. Fred miró hacia abajo tratando de
no pensar mucho en el contacto de Louise. Ella miró a ambos lados antes de abrir la puerta del baño y empujarlo dentro.

El espacio era minúsculo.

"¿Qué es tan importante que no puede esperar a encontrar un lugar lo suficientemente grande..."