llámalo como quieras - fred weasley fanfiction

56. pociones

Louise miró a Fred al otro lado del salón, tratando de decidir si estaba siendo responsable o infinitamente egoísta.

Tenían que avanzar en la poción para Snape. Esa noche había luna llena, lo que significaba que era el momento de sacar el caldero al patio y revolver media hora en sentido contrario a las manecillas del reloj.

Necesitaba ayuda de alguien. Snape les había prohibido el uso de encantamientos para elaborar la poción, es decir que no podía hechizar el caldero para flotar hasta el patio ni podía encantar el cucharón para que girara solo.

Podría habérselo pedido a alguien más, era verdad, pero también era verdad que Fred era su compañero, y era tanto su responsabilidad como de ella. Lo correcto era que él se esforzara tanto como ella.

Pero ¿qué era lo que la motivaba? Fred nunca había sido conocido por ser responsable con sus deberes, y Snape no tenía forma de enterarse si ella hacía la poción sola. Ademas, se sentía tan culpable que casi sentía que se lo debía.

Pero era una excusa perfectamente inocente y razonable para pasar tiempo con él. Era una tarea. Eran equipo. No había motivo para levantar sospechas.

Tenía que reconocer que también tenía miedo de su respuesta. No habían hablado desde la última clase de Pociones, y eso a penas se podía considerar una conversación. No sabía cuál sería la reacción de Fred si intentaba hablarle en la Sala Común.

Su ojo morado ya había cambiado de color, y estaba ligeramente verde amarillento por las esquinas. Fred leía una revista sobre Quidditch y a Louise se le apretó el estómago al pensar que esa era la única forma que tenía ahora de disfrutar el deporte que tanto le gustaba.

Desvió la mirada. No le diría nada a Fred. Ya encontraría la forma de sacar la poción al patio para revolverla bajo la luna llena. No iba a seguir importunándolo. Se dijo a sí misma que ya había hecho suficiente

"¿Estás ocupada?"

Louise miró hacia la butaca del lado. Oliver se había tomado la libertad de ocuparla mientras Hope había subido a buscar su esmalte de uñas.

"De hecho, sí" le respondió sin ganas de nada.

"He estado pensando" dijo ignorándola por completo. "Si quiero ser tu amigo, debería comportarme de manera más amigable"

"No, Oliver, deberías conseguirte un giratiempo"

Oliver sonrió. De verdad estaba empeñado en ganársela de nuevo.

Louise puso los ojos en blanco.

"Te he traído una oferta de paz" anunció.

"¿Es tu cabeza en una bandeja de plata?"

"No, es algo más útil" le dijo dejando una taza humeante frente a ella. "Sé que te gusta beber té mientras estudias"

Louise hizo una mueca. Odiaba que Oliver supiera cosas de ella. Odiaba que no podía simplemente arrebatarle esos datos de su mente. Pero ahí estaban. Un año juntos, y ella no podía borrar lo aprendido aunque quisiera.

El té olía bien. Earl Grey, como solía tomarlo, y había una nota de cítricos extremadamente sutil.

"No dejes que se enfríe" le sonrió y cuando vio que Hope estaba llegando, se puso de pie y le devolvió el asiento.

"¿Y ese qué hacía aquí?" preguntó extrañada mientras Oliver salía por el agujero del retrato.

"Perder su tiempo" le contestó Louise.

Una vez que Oliver se había ido, Louise no se resistió a darle un sorbo al té. Maldición, estaba delicioso.

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