Prefacio

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 Solía leer bastantes libros, demasiados para una persona normal que también tenía que sacar tiempo para estudiar. No tenía un género favorito, en cuanto llamara mi atención leía cualquier cosa. Eso cambió cuando me topé por casualidad con su primer libro y me obsesioné con un autor llamado James Leywin.

Era difícil encontrar sus obras, no podía comprar sus libros en las librerías como hacía normalmente, solo me topaba con sus libros en las bibliotecas que solía frecuentar, era como si ellos me encontraran a mí. De a poco fui leyendo cada libro suyo y lo seguí por años hasta que encontré aquel libro.

Libro que me llevaría a la perdición.

20 de febrero del 2020

Era un día nublado y frío, el suelo estaba húmedo porque había llovido recientemente y las calles estaban tan vacías que podía escuchar el viento mecer las ramas de los árboles. Era el clima perfecto para las personas que amábamos el frío. Por fin podría disfrutar de este sin la molestia del ruido producido por el tránsito.

Me encontraba recostada a los barandales de un puente leyendo un libro. Uno que encontré de casualidad en la biblioteca de mi ciudad. Caminaba entre los estantes rozando mis dedos por los lomos de los libros. Y solo uno entre miles logró llamar mi atención por completo, más porque era de ese misterioso autor que seguía. La única diferencia entre ese y sus demás libros era que este estaba hecho a mano. Su letra era hermosa, pero, ¿qué hacía un libro como este en una biblioteca?

No encontré ni una sola información sobre ese libro en internet, pues su cubierta era negra y no poseía ningún título. La cubierta era de cuero y no poseía nada más que el nombre del autor. Después de una exhaustiva investigación, intenté contactarme con él. Cuando supe de su paradero, un hospital de Londres, dijeron que había muerto unas semanas antes.

Como forma de agradecimiento por su trabajo, comencé a leer ese extraño libro del cual solo yo conocía.

Y aquí estaba. Metida por completo en el libro que narraba sobre como dos personas que se encontraron a causa de la muerte de otra, terminaron enamorándose. Hasta que llegué a lo que parecía ser el final. Era extraño, ese final carecía de sentido, debería continuar. Seguí hojeando, pero únicamente había páginas en blanco.

Cerré el libro y me acerqué más a los barandales, no tenía planes de saltar. Tan solo quería sentir la fuerte brisa golpear mi rostro y despejar mi mente. De pronto sentí una fría mano rozar mi espalda, lo que causó que me espantara y me diese la vuelta rápidamente.

Fue justo en ese momento en el que inicié una conversación con alguien, no recuerdo su rostro, su voz, y mucho menos lo que hablamos.

Cada vez que intentaba recordarlo mi cabeza dolía tanto que podía estallar. Lo único que venía a mi mente era esa mezcla de añoranza y dolor en las palabras del ser desconocido. Me distraje por un momento y caí...

Caí de espaldas al mar. Mientras caía logré presenciar su rostro por una pequeña fracción de segundo, sonreía con amargura y pesar.

Nos volveremos a encontrar —Fue lo último que escuché antes de caer al agua y perder el conocimiento por completo.

Al abrir los ojos estaba en un lugar totalmente diferente a mi mundo, ¿por qué?

«¿Por qué sigo viva?»




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¡Hola!

Espero y te haya gustado.

La única advertencia que tengo es que no pago terapia, yo también la necesito. 🙃

Vivir por siempreWhere stories live. Discover now