CAPÍTULO 54.

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Capítulo 54. Ougai quiere dulces

Ranpo estaba consumiendo mucho dulce, demasiado, provocando que Fukuzawa le quitara varios pasteles y barras, terminó llevándolo a casa con esperanza de alegrarle las noches a Elise. Pero...

— Ougai, ¿te terminaste todo?

— Rintarou tenía mucho apetito — mencionó Elise sonriente

— Todavía hay algo de chocolate

— Ya veo... ¿me dejaste uno?

— te digo que todavía hay

— lo dejó porque le duele la panza, si no, no te deja nada

— Elise-Chan eso se llama traición

— gracias Elise.

Elise, Fukuzawa y Ougai cenaron después de eso, en la noche, ya solo habían quedado Mori y Fukuzawa. Ougai había tomado un baño primero, terminaba de poner crema en su rostro cuando miró al platinado salir del baño con una bata de baño. — oye Yukichi... hoy te vez muy dulce

Fukuzawa sonrió ligeramente — créeme que si — mencionó sentándose a la orilla de su cama. — ven aquí.

Ougai se acercó curioso y pudo ver el miembro erecto de su pareja batido en chocolate — ¿Quieres más dulce?

— YUKICHI~ ¡si!

El gran jefe de la mafia se había arrodillado frente al presidente de la agencia armada de detectives. Amablemente sostuvo la base de su miembro y llevó su boca al miembro.

Fukuzawa cerró los ojos y alzó el cuello — eso se siente bien — dijo el mayor

Ougai lamia el miembro de arriba abajo — sabe tan rico... — añadió besando al miembro — quiero más Yukichi

— ¿más chocolate?

— si, más, más

Sacó el bote de chocolate derretido de su bata. Ougai sonrió, el chocolate caía sobre el miembro y un poco en la mejilla del azabache. Ougai estaba excitado y continuó lamiendo. — se me antoja con leche — mencionó alegre

— entonces, chupa la pajilla

El azabache tomó el miembro y comenzó a absorber. El platinado tomó su cabeza acariciandolo — Que bien lo haces... mu-muy bien...

— aaah... Quiero más Yukichi...

— ¿más?

— pero no en mi boca — dijo levantándose — Yukichi, ponme el chocolate dentro, quiero ser un canelon relleno

Fukuzawa sonrió — vamos a hacer postrescitos

Tomó a Ougai de los brazos como si de un tierno gatito se tratara. Lo dejó sobre su cama — Yukichi... otra vez me tratas como un felino — se quejó inflando sus mejillas

— eres mi lindo gatito, vamos Rintarou~ dame un maullidito

Ougai se sonrojó — me gusta cuando me hablas así... miauu ~ — Fukuzawa lo besó.

Sus lenguas se juntaban, se enredaban y succionaban — aaah... aah Yukichi... mete tu mano a mi pantalón

— eres un gatito bastante demandante

— lo sé, vamos, hazlo.

Fukuzawa fue directamente a su objetivo, metiendo su mano al pantalón del azabache y buscando su apreciado agujero. Ougai aprovechó para abrazar su cuello y besarlo mientras los dedos entraban en el para abrir paso.

Mori sonrió al sentir los dedos abrirse dentro de él, este llevó su mano al miembro del mayor — Yukichi, dame tu canelón, lo quiero ya

El mayor sonrió — comprendo. — bajo por su cuello, el azabache se dejó, incluso, also su rostro dando más espacio.

Fukuzawa se entretenía un rato con los pezones del azabache, pero Ougai no se quedaba quieto, mientras había bajado su pantalón y se lo había quitado, todo para abrazar la cadera del presidente de la agencia — Yukichi — se quejó tiernamente — ya mételo. Es necesidad para mi edad una dosis de leche.

El mayor intento no reír al escuchar sus excusas

Volvían a besarse mientras Fukuzawa sacaba sus dedos el jefe de la mafia se quejó por ello mordiendo el labio del presidente de la agencia — grosero

— cruel y ruin, por favor

Fukuzawa volvió a besar únicamente para entrar en el también, soltó sus labios escuchando el gran gemido que salía de su pareja. — cru-cruel — se quejó Ougai

— discúlpeme, jefe de la mafia.

Comenzó a embestir haciéndole gemir, disfrutaban del sus cuerpos, claro que... Ougai aún quería dulce. Tomó el chocolate para ponerlo sobre los labios del platicado y lamer con lentitud — n-no hagas eso Ougai. Intento

— solo dame, y dame lo más duro que puedas~ mi precioso y dulce canelón

Sonrió amplio entrando con rudeza — ¡aah! Si, ¡así!

Las embestidas eran más rudas y frecuentes. Fukuzawa comenzaba a sudar mientras miraba a Ougai bajo de él gimiendo lleno de placer. — está vista es aún más dulce — exclamó alegre.

Continuó embistiendo hasta que lograron terminar, respiraban agitado y Fukuzawa besó su mejilla — ¿po-porque no en los labios?

— tenias dulce en la mejilla

— mi amado dulce precioso — mencionó besando al platinado.

Al dia siguiente en la agencia, Fukuzawa se tomó con el pequeño Atsushi y Ranpo en una pequeña disputa — Atsushi, los canelones son más deliciosos y dulces

— creo que los caramelos con chocolate derretido son aún más dulces

— esté Niño, ¿como te hago entender que siempre tengo la razón? — se quejó tomando su oreja — ven acá, iremos a la tienda y comeremos canelones y chocolate derretido también

— Ranpo-san, no puede llegar allí sin mi

— por eso me llevas, gato.

Fukuzawa solo tapó su rostro, no podía evitar pensar en Ougai — no debemos hacerlo con dulces... — se quejó avergonzado.

Pues con Ranpo como amante de los dulces y Atsushi como un perfecto pervertido. Solo podía mal pensar sus conversaciones. — si sigo así estaré acabado

— presidente tenemos una reunión — habló Haruno quien llegaba

— correcto. Vamos.

La agencia se mantendría segura un rato más.

...
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