CAPÍTULO 3

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Akutagawa estaba cepillando a Atsushi, al parecer al chico le gustaba recostarse en las piernas del mafioso y que esté le pasara un cepillo por su cabello, Atsushi se relajaba completamente, sacaba su cola de tigre y sus orejas de tigre ― ¿recuerdas ese último video que vimos?

― ¿la película?

― No, el video de porno de animales

― Oh, los chicos vestidos de animales

― Si, esos... Justo ahora, pareces uno de ellos.

Atsushi abrió los ojos y miro al mafioso ― no

― Vamos

― No

...

― Pero que adorable te vez – menciono alegre Akutagawa. Atsushi llevaba su habilidad activada a medio cuerpo, sus piernas, sus brazos, sus orejas y su cola de tigre. Como ropa interior llevaba peluche de tigre encima (Akutagawa sabía conseguir trajes rapido) ― di "nyaah"

― Yo no digo nyaa – se quejó el albino

― Entonces rúgeme

― N-no hago esas cosas...

― ¿Cómo te da vergüenza hacer esto? Vamos, si seré el veterinario debo cuidar de ti - se quejo ajustando su vata de medico veterinario. 

― E-es mi ha-habilidad

― Vamos solo hazlo – pidió cruzándose de brazos. Atsushi subió sus garras hacia su cara

― Wa-waaoh

― Eso no asusta Jinko

― Akutagawa - le llamo quejándose, no quería seguir con eso

― ¿te incomoda?

― Es vergonzoso

― Ya que, tendré que conseguir un gatito que me gruñe – menciono sarcástico.

La verdad Akutagawa no quería seguir el juego, habían acordado jugar mientras ambos estuvieran cómodos, y no obligarse a nada.

Pensaba en que hacer, se quitó los guantes de latex ¿pues qué? Akutagawa era un médico veterinario, imaginar a Atsushi como animal le había excitado, y de la nada le sorprendió tener al agente encima de sus piernas ― ¿Ji-Jinko? – le llamo y el albino le miro con aquellos ojos completamente amarillos, su iris fina, era un cazador. Akutagawa trago saliva

Atsushi no llevaba la ropa interior de felpa, y tenía su media habilidad aun. El azabache simplemente estaba encantado por aquellos ojos. El tigre pasó su lengua por su cuello, aquella áspera lengua que le hizo temblar, Akutagawa comenzó a gemir por aquello. ― Jinko, tu no... qu-querías

― No dije que no – menciono lamiendo los labios del azabache – dije que no digo nyah

― Jinko...

Atsushi comenzó a ronronearle al oído al mafioso, aquello lo excitaba más ― comencemos tu chequeo – menciono alegre y Atsushi le miro sonriente.

Cargo al albino hasta la mesa que usaban para comer, había que improvisar su juego. Dejo a Atsushi en la mesa recostado, ― ahora levántate – el albino comprendió, el juego había comenzado y él era un tigre. Se quedó encima de la mesa, sus rodillas en ella y sus manos también, estaba en cuatro y eso hizo al azabache sonreír mientras volvía a ponerse sus guantes de látex. ― Eres un buen tigre – tomo la boca del albino apretando sus mejillas con dos de sus dedos. Esto hizo a Atsushi abrir la boca. Akutagawa puso su dedo sobre la lengua del albino aplastándola ligeramente ― pareces ser un tigre sano – menciono divertido, pues comenzó a jalar la lengua del albino mientras acariciaba su paladar. Atsushi con ello comenzó a sentir como era acariciado, estaba comenzando a excitarse.

Akutagawa acariciaba dentro de la boca del albino, sacaba y metía sus dedos, el látex hacia al albino sentir más la suavidad, estaba tan excitado que apenas podía respirar, y con su boca abierta no podía evitar gemir. Akutagawa vio al albino cerca del abismo de emociones y sonrió. – Bien, seguiré revisando – menciono divertido. Atsushi lo miro confundido ¿Qué podría revisarle? Así que miro su mano pensando "revisará mi pata". El tigre fue sorprendido cuando el mafioso hizo que su cuerpo bajará pero solo su pecho, su trasero había quedado alzado, Atsushi volteo a verle. Akutagawa jugaba con los glúteos del felino ― bien, veamos cómo estas por aquí, ¿te preparas para tener crías? – pregunto sarcástico. Atsushi iba a responder – es una lástima que no puedas responder, ya que eres un tigre. Uno hermoso. – agrego.

Atsushi mordió sus labios y se acomodó en la mesa, Akutagawa había tomado los glúteos del albino para separarlos, se entretenía bien el ano del albino, era rosadito. Y se divertía escuchando a Atsushi gemir cada que tomaba los bordes del aro y lo estiraba ― aaah ¡aaah! – gemía Atsushi

― Haces sonidos adorables, definitivamente serás una linda mami – agrego divertido. Atsushi le había vista molesta. Al parecer no le gustaba ser tomado por chica

― ¡Aaah! – gimió con más fuerza

Akutagawa había abierto el aro de Atsushi, esto tenia a Atsushi temblando, la sensación estaba matándolo y su miembro no le engañaba, estaba duro y nervioso. No podía ver que hacia el azabache, y tenía su trasero a lo que él quisiera. Atsushi cerró los ojos, sabía que el mayor iba a meterlo, y lo metió pero lo que sintió fue diferente. Se alzó rápido y lo miro exaltado. ― ¡A-A-AAH RYUNOSUKE! – grito. El mafioso había metido su lengua dentro del albino. Atsushi apretó la mesa, su saliva estaba saliendo por su boca ¿era por el látex que uso antes? No lo sabía, solo sabía que estaba lleno de saliva en su boca y no podía retenerla, la sensación de tener la lengua dentro estaba excitándolo en grande. El mafioso termino por darle una fuerte nalgada al albino con la que lo hizo gritar. – parece estar en perfecto estado, ahora, el tigre se puede cruzar.

Atsushi lo miro cansado, excitado. Simplemente se levantó abrazando al mafioso y esté sonrió - ¿te gusto ir al veterinario Jinko? – cuestiono sarcástico

― "¡Nyaah!" – pronuncio para gracia del mafioso

Akutagawa golpeo a Atsushi contra el suelo, y metió su miembro, ― ¡vuelve a decirlo! – ordeno en un grito. Atsushi gemía por el miembro dentro

― Nya-nyaah

― Oh Jinko... usarás silla de ruedas

El mafioso arremetió contra el albino en el suelo, Atsushi estaba siendo movido por el mafioso, sus estocadas eran tan fuertes que desde la cocina estaba por llegar a la sala. Le dolía la piel donde había sido arrastrado o más bien empujado pero no podía evitarlo, estaba tanto o más excitado que el mayor. Akutagawa termino antes de llegar a la sala y el albino también. Respiraron cansados. El mafioso se dejó caer al suelo también. Atsushi se voltio mientras recuperaba su respiración. ― ¿te lastimaste? – pregunto el mafioso mirando los brazos rojos

― Es-e-estaré bien – menciono el albino

― Hay crema, curare las rozaduras – menciono y el albino sonrió

― Te amo

― También te amo

Atsushi lo abrazo, de verdad eran felices. 



...

Espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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