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Otro maldito día en esta maldita vida

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Otro maldito día en esta maldita vida.

Gabriel nos guío al lugar exacto dónde están los bancos de comida.
Al llegar Rick abrió la puerta y todos entramos con las armas en alto.
Caminé hacia el centro donde algo llamó mi atención y al mirar hacia abajo noté que había un agujero lleno de agua con una docena, o quizás más caminantes.

—Vaya, aquí apesta —Bob se movió a mi lado y segundos antes de que diera un paso y cayera coloqué mi mano para bloquear el paso.
—No creo que quieras darte un chapuzón —dije arrugando mi nariz por el olor.
—Si el Diablo vomitara, así es como oleria.
—Por este techo entro demasiada agua —dijo Michonne— inundó todo el lugar.
—Podemos cubrirnos con las estanterías.
—Si, así es Sasha. Eso haremos. Bajaremos por ahí.

El padre tuvo miedo.

—Ey, dije qué vendrías con nosotros.

Todos bajamos por los niveles de las estanterías y nos introducimos al agua. Jalamos estás para usarlas como escudo contra los caminantes.

—Aqui vienen. Todos listos. A la derecha —nos movimos todos juntos y saqué de mi mochila, la cual se coloca en la pierna, un cuchillo, y con este comencé a atravesar los cráneos de los muertos.
Poco a poco atacamos a los que se acercaban y empujamos a otros para despejar el camino.
Al padre le dió miedo y se alejó pegándose a la pared, intentó subir por la escalera de madera pero esta se rompió.

—Hay que ayudarlo —dijo Rick.
—¿Que pasó?
—No lo sé.
—Tiremos el estante sobre los tres.

Fue más difícil llegar al sacerdote sin ser interceptados por caminantes. Noté que Michonne estaba en problemas pues luchaban con uno de ellos sin traer armas. Intenté llegar a ella para auxiliarla, pero un caminante me sorprendió por un lado lanzándose encima mío.

—Maldición —el cuchillo se me cayó. Tenía que tomarlo. Inhale con profundidad y me sumergí. Con una mano sostuve al caminante que estaba casi totalmente encima de mí y con la otra tomé el cuchillo.

Cuando sentí el mango de este, lo tomé y mientras salía del agua atravesé el cráneo del muerto que me jodió.

—¿Estás bien? —Rick me preguntó y asentí, un caminante te acercó a él sin que lo viera así que lancé el cuchillo atinando en la nariz, de todos modos no estaba tan lejos, y aunque no lo maté, Rick pudo defenderse.

El apocalipsis, además de enseñarte a sobrevivir con poco y a utilizar armas, salen a la luz habilidades que jamás creíste que dominarias como usar las cabezas de caminantes como diana de dardos.

Cuando acabamos con los caminantes, Michonne y Sasha subieron para que nosotros pudiéramos pasar todas las latas y demás alimento.

Era hora de volver.

Era hora de volver

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𝗗𝗜𝗦𝗟𝗜𝗞𝗘; 𝖣𝖠𝖱𝖸𝖫 𝖣𝖨𝖷𝖮𝖭Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin