▪️14▪️

882 77 6
                                    

Otro maldito día en esta maldita vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otro maldito día en esta maldita vida.

Debido a la situación de ayer le pedí a Deana que me asignara otra tarea o trabajo, dijo que buscaría algo perfecto para mí, aunque no entendí muy bien en lo que quiso decir con "perfecto".

Conocí a Olivia, y no me cayó tan bien. Una mujer que habla sobre su vida pasada, lo que hace ahora y lo que le gusta no es de mi interés. Tan pronto como entre con ella tuve que salir o si no le hubiera metido un cuchillo en la boca.

Aunque la vida aquí es tranquila, es algo aburrido. La rutina parece ser la misma de todos los días.
En la noche habría una cena y no estaba emocionada por ir, sin embargo tenía que hacerlo.

Escogí la mejor ropa que tenía, que consistía de un pantalón de cuero negro algo ajustado y una blusa de tirantes verde militar.
No quería llamar para nada la atención.

Ethan y yo acompañamos a Rick, los niños y a Carol. Tomé algunos tragos pero ya no quería más, ni siquiera estar ahí. Pasar demasiado tiempo con personas que solo se preocupan por el color de las paredes, las sábanas o algo así es horrible. Ellos no saben lo que han vivido otros allá afuera.

Me dirigí afuera, pero antes de salir observé a Ethan, y si él se divertía, entonces podía quedarse.
Salí de ahí sin que nadie lo notara y me coloqué en medio de la calle.

—¿Seguirás ahí o entrarás? —saqué de mi bolsillo un cigarrillo y lo encendí.
—La verdad no quiero entrar —Daryl salió de su escondite y se acercó a mí.
—Buena decisión. Supongo que tampoco te agradan las multitudes —le di una calada a este y mantuve el humo dentro de mi boca para después sacarlo por la nariz.
—¿Tienes otro?
—Corres con suerte —le tendí el segundo al arquero y el lo encendió.
—No sabía que fumabas.
—Hay muchas cosas que no sabes de mi.

El silencio reinó y ambos seguimos en lo nuestro.

—Supongo que no te agradó la idea de que Rick fuera el alguacil.
—No es eso —lo miré para que siguiera hablando— es lo que es...
—Tranquilo, tu secreto está guardado.
—No confío en las personas y este lugar no me agrada.
—Te entiendo. Supongo que tienes el alma de un lobo solitario —caminamos hacia las casas.
—Si, algo así.
—Ya veo. Y te entiendo completamente. Si estuviera sola también iría de sitio en sitio, hasta encontrar donde asentarme, pero lejos de todo. Sin embargo, por Ethan no lo hago.

Él sólo asintió.

—Hey —Aaron salió de su casa— ¿por qué no están allá?
—Me aburrí.
—Si me dijiste que fuera ¿por qué no estás ahí?
—Dije que probaras. Y estoy cuidando a Erick, por lo de su tobillo. ¿Quieren cenar? Prepare pasta deliciosa.
—Yo creo que pasó —quise sonar amable
—Vamos Hope, cena con nosotros.

Aaron fue muy bueno con todos, hasta conmigo. Supongo que es una forma de agradecerle.

—Bien.
—¿Qué dices Daryl?

Aunque él no diga nada, por sus acciones da a entender que si lo quiere.

Los cuatro estábamos sentados en la mesa comiendo la deliciosa pasta que el matrimonio preparó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los cuatro estábamos sentados en la mesa comiendo la deliciosa pasta que el matrimonio preparó.
Veía de reojo las miradas que Aaron y Erick se echaban luego de ver a Daryl comer.

—Gracias —dijo el arquero cuando acabó.
—Cuando salgas —dijo Erick— si pasas por una tienda o algo así, la señora Myers busca una máquina de pasta. La verdad es que todos queremos que deje de hablar de eso. Digo, aquí hay cajas de pasta seca, pero, ella quiere que sea casera, para mí, solo busca un tema de conversación. Entonces, si ves unas de esas nos harías un gran favor.

Aaron observó a su pareja y el espacio se tornó un poco incómodo.

—¿Aún no lo sabe?
—No.
—Crei que ya le habías dicho.
—Preguntarme qué —dijo Daryl.

Aaron y Daryl se pararon de la mesa y fueron a la cocina.

—¿Que hay de ti Hope? —Erick me miró.
—No hay mucho que decir —limpié mi boca con la servilleta de tela.
—Yo pienso que si, no eres exactamente un libro abierto,  pero si no quieres decirme está bien.

Asentí. Erick parece ser un buen chico, y de ser otra situación, quizás sería mi mejor amigo. Pero en estos tiempos, no tengo mucho que ofrecer ni mucho que pedir.
Cuando Daryl volvió ví en su mirada que quería irse y me puse de pie agradeciendo la cena y enfatizando que estuvo rica. Me despedí de la pareja y salí junto al arquero.

—Son buenas personas —dije rompiendo el hielo.
—Si, lo son.
—Las personas de aquí no entenderían lo que es vivir allá afuera —me puse a pensar en lo que dijo Erick acerca de la máquina de pasta— piensan que es muy fácil salir y arriesgar tu vida, pero no tienen ni remota idea de lo que sucede detrás de estás murallas.
—Por eso no entré a la fiesta.
—Yo si estuve ahí, pero de solo escuchar que les preocupaba el color de las cortinas, el tipo de vino que debían tomar y toda la demás porquería, decidí salirme para no matarlos.
—¿Te digo algo? —asentí y nos detuvimos frente a la casa— me agradas.

—¿Te digo algo? —asentí y nos detuvimos frente a la casa— me agradas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sonreí. Esto debe ser algo anormal para él. No ha de ser fácil confiar en alguien a quien llevas poco tiempo de conocer.

—Tambien me agradas.

Al fin se nos hizooooooo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al fin se nos hizooooooo

No hubo tanto de ellos, pero apenas es el comienzo de esta historia jajajaja *risa malévola*

Editado

𝗗𝗜𝗦𝗟𝗜𝗞𝗘; 𝖣𝖠𝖱𝖸𝖫 𝖣𝖨𝖷𝖮𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora