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Otro maldito día en esta maldita vida

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Otro maldito día en esta maldita vida.

Está mañana el grupo de recolección comandado por ambos idiotas —Aidan y Nicholas— saldría en busca de unos aparatos para reparar la red eléctrica.

Le había pedido a Deana que me cambiara de trabajo, pero ella me pidió que por última vez los acompañara hoy, y la verdad acepté porque no confío en esos chicos y menos dejando que mis amigos vayan con ellos.

Y para colmo, no me sentía del todo bien, tenía algo de jaqueca.

Al llegar al lugar todos bajamos de la camioneta y nos preparamos con nuestras armas

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Al llegar al lugar todos bajamos de la camioneta y nos preparamos con nuestras armas. Ahora sí me dieron una.

—¿Es ahí?
—Es el almacén. Esa puerta parece el acceso más conveniente.
—Hay que revisar todas las salidas, primero. Con un plan es más seguro.
—Ya tenemos uno. Salir por el frente.
—Noah —dijo Tara— atento.

Un caminante se acercó y él disparó dando en la cabeza.

—Buena puntería —felicitó Aidan— tienen razón. Revisemos el perímetro y busquemos salidas.

Nos dividimos en 3 grupos. Tara, Eugine y yo íbamos juntos. La castaña y yo nos encargamos de los muertos.

—Para que lo sepan, yo dije desde un principio que no debía estar aquí. Saben bien que no soy bueno en el combate.
—Siempre se puede cambiar. Pero debes hacer lo tuyo, yo ya lo hice.
—¿Qué? —ambos se detuvieron.
—Estamos igual, yo ya cumplí con traerlos a Washington. Que en mi humilde opinión es un Nirvana dada la situación.
—Exepto que no nos trajiste aquí. Te trajimos aquí.
—Eso es cierto.

Cuando todos nos reunimos, Glenn abrió una puerta, de la parte de atrás, y entramos en guardia y con linternas.

—¿Tara?
—Si, yo cubro ese lado.

Al seguir avanzando, Glenn nos hizo guardar silencio y los gemidos de los errantes no tardaron en oírse.

—Deben de estar atrapados —murmuró.
—¿Cómo lo sabes?
—No lo sé. Pero no están aquí.
—Bien, sigamos.
—Atentos.

𝗗𝗜𝗦𝗟𝗜𝗞𝗘; 𝖣𝖠𝖱𝖸𝖫 𝖣𝖨𝖷𝖮𝖭Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu