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—Bueno Taehyung, no sé qué hiciste, pero te debo la vida por traerme a mi hijo de regreso

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—Bueno Taehyung, no sé qué hiciste, pero te debo la vida por traerme a mi hijo de regreso.

Yuna apoyó su codo en el sofá y su barbilla suavemente sobre su mano, observando a Jungkook jugar con Jimin, dándole tiernos besitos en la pancita, mientras el pequeñito de ojos bicolor lo observaba y sonreía cada tanto, estirando sus manitos pequeñitas para tener contacto directo con el rostro de Jungkook, acariciándolo, llenándolo de las pocas caricias que podían dar esos deditos tan delgaditos. Según lo que Jungkook había sospechado, los hombres no se llevaron a Jimin por lo mismo que llenaba la gorrita de lana impidiendo que sus orejas se notasen, además de que su cuerpo estaba cubierto, por tanto su larga cola no se notaba, así que ellos fueron directo a su Hoseok, sin tomarle importancia al bebé que en realidad, si lo veían, debía de ser una mina de oro para ese desgraciado.

La idea de que Jinki no supiera de su hijo, significaba que la persona que fuera que le había dado la información, no tenía entre sus planes hacer prosperar a Jinki, de lo contrario le hubiera pedido más dinero a cambio de esa información adicional. Jungkook besó con ternura los labios de su pequeño en brazos, cuando escucharon el timbre de la casa de Yuna, y todos se pusieron alerta. Yoongi gruñó en el regazo de Taehyung, mientras Yuna se fue a abrir, sorprendiéndose de la chica que vio parada justo frente a sus ojos: Naeun, Naeun.

—Buenas. —Murmuró ella, claramente dudosa, jugando con la tira de su cartera. — ¿Se encuentra Jungkook? Yo, uh, apenas llego de un viaje que tuve, recién me enteré de lo ocurrido por mi madre y tengo información que seguro él querría saber, claro... Si me permite pasar, lo busqué en el hospital pero me dijeron que ya le habían dado de alta y...

— ¿Qué sucede?

Detrás de Yuna apareció Jungkook, con sus dos muletas, ayudándole a no apoyar su pierna en el suelo, observó a Naeun, eso no le hizo ningún bien, en los ojos almendras de la chica pudo encontrar la hermosa mirada que aún recordaba de su niño, fue demasiado para él. Evitó la mirada de la joven, que ahora tenía el cabello de color rubio. Ella mordió su labio, sin saber bien que decir o hacer, aparte de entrar a la casa cuando Yuna le cedió el paso.

Junghope_Neko Corporation🐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora