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— Lo siento.

— Tae, ya te dije que no tienes porqué preocuparte por eso — mencionó Rose besando su frente.

A la hora de cenar, despertaron a los menores y se sentaron a la mesa.

Pero Tae definitivamente no pudo probar un solo bocado sin querer vomitar, llenó su estómago de fresas mientras veía a la omega pelirosa con un puchero.

— Oye, deja que papi coma — había murmurado NiKi mirando el vientre plano de su padre.

El omega se disculpó mil veces con Roseane mientras ella toda sonrisas y cariños insistía en que lo entendía y no importaba.

Finalmente TaeHyung se resignó.

— Rosie — llamó.

Ambos se encontraban en la habitación donde Tae y YoonGi se quedarían esa noche, ya todos los cachorros se habían despedido y el alfa los estaba acostando.

— ¿Por qué todos lucían un poquito tristes? — preguntó, la omega se recostó en su hombro y suspiró.

— Jinie, nos contó de tu embarazo.

Y entonces Tae estaba llorando.

— Oye, oye, tranquilo huracán — murmuró pellizcando su mejilla — no le pasará nada al cachorro ni a ti, cariño, todos te cuidaremos.

Después de un ratito, Roseane salió de la habitación y entró YoonGi en su lugar.

— Alfa, te dije que no quería que mis hijos lo supieran — murmuró con un puchero cuando el pelinegro se sentó junto a él.

— Solo JiHoon y Hyun lo saben.

— Tampoco quería que Koo y DaHyunie lo supieran.

— Un, bueno...

— Ni mis hermanos.

— TaeHyung.

— Mucho menos Rosie.

— TaeHyung.

— Me siento pequeño, YoonGi, indefenso, me siento tan débil, no quiero sentirme así.

Y el llanto volvió, esta vez, más desesperado y doloroso. Preocupado, YoonGi lo afirmó de la cintura y se acostó dejando al menor reposar sobre él.

— Hey, bonito, no — susurro subiendo una de sus manos para apartar los rizos castaños que cubrían su frente y tapaban su vista — eres la persona más fuerte que conozco, solo es precaución corazón, quiero que ambos estén bien.

TaeHyung se encontraba negando.

— No soy fuerte.

— Cielito, criaste a cinco cachorros desde muy joven, cinco embarazos, te ocupas del hogar y tienes tu propia empresa — le sonrió — eres fuertísimo.

— Pero Yoon, YeonJun...

— No cariño, tenemos que hablar con él, tarde o temprano — suspiro — piensa en lo bueno, mira a NiKi, es super protector y mega inteligente, es más inteligente que todos nosotros juntos ¡Tiene cuatro añitos!

Y Tae carcajeo estando de acuerdo, sus ojitos azules iluminándose al estar hablando de sus hijos.

— YeJi, woa, es una chiquita astuta, tiene tu actitud, toda terca y bonita — dio un toque en la nariz del castaño haciéndolo sonreír — ahora que lo pienso bien, es como tú cuando tenías esa edad, súper consentida.

TaeHyung carcajeó de nuevo un tanto avergonzado.

— Jun, sé que algo le pasa, pero bebé, es todo sobreprotector con sus hermanitos menores y siempre ha sabido cómo hacernos reír, también es igual de terco que tu — el omega sonrió nuevamente sonrojado — Hyun es tan tranquilo y callado, pero sigue siendo un cachorro buscando los mimos y cariño de ambos, JiHoon, cariño, es un excelente hombrecito y respetuoso, siempre trata de ayudarnos.

— Yoon, lloraré y no tienes fresas para contentarme — reclamo haciendo reír al alfa.

— El punto, cielo, es que son personitas fantásticas gracias a ti

— Y a ti.

— A ambos, pero ya ves mi punto, ¿verdad?

TaeHyung asintió cerrando los ojos y dejándose arrullar del alfa.

— Ya vas a ver que todo saldrá bien, muy bien, tu y ese bebé serán las personas más sanas del mundo — susurro.

Un suspiro.

— Canta para mi, alfa.

— Tae, no sé cantar — murmuró divertido.

— No importa, me gusta tu voz.

Y YoonGi concedería cualquier deseo de su omega.

those crazy are my family  - YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora