Capítulo 21; Tercer año.

1K 156 43
                                    

Ir a Hogwarts no era tan increíble como lo fue hace dos años. Ahora iba con la esperanza de no tener Pociones y de que fuera un año completamente normal, sin un basilisco merodeando por todo el castillo.

Peter aun se encontraba desaparecido y, según lo que había escuchado en las llamadas de su padre, los aurores a cargo del caso comenzaban a desesperarse.

–Remus ira contigo en el tren– dijo Lily, abriendo la puerta de su habitación.

Harry la miro, aun teniendo algunas prendas de ropa en sus manos.

–¿Por qué?– preguntó, volviendo a ordenar, de una forma no tan ordenada, su maleta.

–Será tu nuevo maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Harry titubeo. –Creí que era auror...

–Dice que tenia prefería un lugar de trabajo más tranquilo, uno que conociera– Lily se escogió de hombros.

Dejo caer sus prendas en la maleta, sin ningún tipo de cuidado, y se giro lentamente hacia su madre.

–¿Hablas de que...– suspiró. –tendré a un merodeador como profesor?– retuvo el aire durante unos segundos. La pelirroja le vio de una manera extraña antes de asentir.

–No hagas escándalos, por favor– suplicó su madre en el momento de verlo con los brazos alzados.

Harry vio a su madre irse susurrando cosas que él no pudo oír. Luego comenzó a tirar la ropa dentro de la valija, sin poder esperar a ya poder irse a Hogwarts.

Soltó un chillido de emoción cuando volvió a recordar las palabras de la pelirroja.

°°°

–Lily me pidió que le dijera cada vez que hicieras algo... fuera de las reglas– dijo Remus cuando ya estaban en un vagon del tren. –ya sabes, saltarte las reglas como lo hiciste en segundo.

Harry asintió, riendo cuando volvió a recordar a Sirius abrazándose a Remus, casi llorando, suplicando que no lo dejara solo. Remus estuvo una hora explicándole que volvería en la tarde a través de la chimenea de su oficina.

–He visto tus calificaciones en Defensa Contra las Artes Oscuras, son bastante buenas– dijo el mayor, guardando su portafolios en la parte de arribe del vagon, y dejando la jaula de Hedwig a un lado de él.

–¿De verdad?– preguntó Harry, abriendo una barra de chocolate que Remus le lanzo.

Remus asintió mientras tomaba asiento a su lado.

–Espero que sigan así– dijo, ocultándose debajo de su abrigo. –Si Padfoot estuviera aquí, probablemente me hubiera obligado a ponerme mas de un abrigo.

Harry le sonrió, sabiendo que si Sirius le hubiera dicho a Remus que se pusiera quince capas de ropa encima, Remus lo hubiera hecho sin chistar.

–¡No puedo creerlo!

Ambos voltearon deprisa al escuchar la puerta abrirse, no tan delicadamente, por Ron Weasley, quien iba seguido de Ginny Weasley y de Hermione Granger.

Los tres se quedaron parados en la puerta del vagon. Harry pudo percibir el miedo de Ron al darse cuenta de que Remus Lupin estaba ahí dentro. Las chicas, igual de nerviosas, giraron a mirar la puerta, la cual estaba completamente abierta, y con uno de los cristales apunto de romperse. 

Maybe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora