Capítulo 61; Necesidad

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No supo que hacer cuando llegaron a San Mungo. A Lily se la habían llevado unos medimagos hacia una de las salas curativas mientras que a Draco lo llevaban al área de emergencias.

Había dejado a un grupo de aurores a cargo de la Mansión Malfoy. Ellos debían investigar sobre las cosas que se hacían en ese lugar. Y aunque había intentado evitarlo, no pudo detener a otros aurores de quedarse junto a él en San Mungo, esperando una señal para interrogar a ambas víctimas.

En esos momentos se encontraba esperando a Remus y a los Tonks, exceptuando a Nymphadora, que había pedido un permiso por chimenea para ir a visitar a los chicos en Hogwarts. Ellos también necesitaban saber lo que estaba pasando.

–¡Sirius!

Giro hacia la recepción, por donde pasaban dos de las personas que esperaba. Andromeda prácticamente corrió hacia él, abrazándolo fuertemente por su pecho. Ted la seguía de cerca, pero no lo suficiente para unirse a ese abrazo. Ambos parecían aliviados, pero no tanto como lo hubieran estado si Draco no estuviera en urgencias.

–¿Dónde está?– fue lo primero que soltó Ted, y no fue para nada necesario preguntar a quien se refería.

–En urgencias, podemos esperar noticias en el pasillo– suspiró, rodeando por los hombros a su prima.

Andromeda suspiró, aguantando las ganas de echarse a llorar ahí mismo, tomando la mano de Ted para comenzar a caminar rápidamente hacia aquel pasillo, seguidos por Sirius, que se sintió nervioso al ver a la mujer detenerse, observando al par de aurores que se encontraban junto a la puerta de urgencias, en donde se supone que debía estar Draco.

–¿Qué hacen ellos aquí?– preguntó en un murmullo hacia Sirius –No creo que quieran interrogarlos... ¿Verdad, Sirius?

–Bueno... Están esperando a que estén en buenas condiciones... ¡Andy, espera!

La mujer camino hacia ellos a paso firme, sobando sus ojos pata evitar que las lágrimas salieran en ese momento. Esos aurores eran los mismos que habían insinuado que Draco había escapado de casa por su propia cuenta hace un tiempo, en el primer interrogatorio.

–¿No creen que están faltandole el respeto a los heridos? Déjenlos descansar– dijo duramente, siendo sostenida por Ted para que no siguiera avanzando con el fin de intimidardos, cosa que hubiera logrado fácilmente si no le hubiera dado ganas de llorar al recordar el estado en el que se encontraba Draco –Me gustaría que no ahogaron a Draco ni a Lily con su presencia. Acaban de aparecer después de meses, ¡años en el caso de Lily Potter! No deben estar aquí.

–Lo sentimos, señora, pero necesitamos interrogarlos para llegar al fin de esto, lo creemos completamente necesario. No podemos tomarnos a la ligera todo esto, debería poder entenderlo– dijo el más alto, inclinándose hacia ella con una sonrisa fingidamente profesional –Debemos comprobar que ese chico realmente fue secuestrado como dicen.

Andromeda pareció estar furiosa después de que aquel hombre soltara esas palabras. Pero, afortunadamente para ellos, Sirius intervino, posicionándose entre ellos para detener cualquiera cosa que quisieran decir.

–Creo que hay demasiadas personas en este pasillo, así que ustedes dos irán afuera y esperaran a que el niño Malfoy y la señora Potter tengan la suficiente fuerza para hablar– habló, enpujando levemente a ambos aurores. El más bajo obedeció de inmediato, aunque el más alto se sintió obligado, solo porque estaba hablando con el actual jefe de aurores es que hacia caso, por nada más.

Sirius los acompaño hacia la salida mientras que Ted seguía intentando calmar a su esposa, tanto por las ganas de llorar como por las ganas de ir a golpear a ese idiota auror, en palabras de ella.

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