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Mi nombre es Suppasit Jongcheveevat, mejor conocido como Mew. Amo la música. Soy cantante y empresario, CEO de Mew Supppasit Studio.

Mis personas más preciadas en el mundo son mis padres, mi hermana y Gulf Kanawut, porque él es mi familia, mi hogar, mi lugar seguro, mi todo.

Tengo un perruno hijo llamado Chopper, es muy lindo y bien portado.

Hace unos meses terminé mi relación con Gulf, pese a todo el dolor que me causaba hacerlo. Lo amo, pero no quería verlo sufrir por mi culpa. Mi abuelo y mi padre padecen la enfermedad de Huntington, la cual es un trastorno genético en el cual las neuronas en ciertas partes del cerebro se desgastan o se degeneran, y esta se transmite de padres a hijos. Ni siquiera sé si yo la he heredado de mi padre, porque estoy tan asustado que no he ido con el medico. Lo sé, soy un tonto. Papá ni siquiera me habló de esto, pero yo escuché que él lo hacia con mi madre. Nunca me mencionaron a mí, pero decía que su enfermedad estaba empeorando y que no quería terminar como el abuelo. Al abuelo ni siquiera lo conocí, murió antes de que yo naciera.

Una semana atrás de terminar mi relación, fue que escuché la conversación de mis padres. Investigué en internet sobre dicha enfermedad y leí que generalmente comienza a los treinta o cuarenta años de edad.  Yo acabo de cumplir 30 hace dos días. 

Han pasado más de cuatro meses desde que sé de la condición de mi abuelo y padre, pero no me he atrevido a hablar con mis progenitores, ni con un medico.

No sé qué hacer, estoy tan asustado. Si tan sólo Gulf estuviera conmigo... Pero yo fui quien tomó la decisión de dejarlo, quien se alejó sin dar una explicación, quien lo hirió a la vez que me hacia daño a mí mismo.

Estar sin él, es como estar muerto en vida.

Hoy Gulf estaría en la empresa para una sesión de fotos ya que es la imagen de la marca de ropa que estoy por lanzar

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Hoy Gulf estaría en la empresa para una sesión de fotos ya que es la imagen de la marca de ropa que estoy por lanzar. No es necesario que yo esté presente ya que tengo gente muy confiable y profesional a cargo, pero quiero verle aunque sea de lejos. No puedo evitarlo.

Me dediqué a admirarlo mientras arreglaban su maquillaje. Desde que entró al lugar no pude apartar mi vista de su persona, aunque él ni siquiera me haya notado, lo cual era bueno, así podía llenarme de él sin ningún obstáculo.

Después de un rato mis pasos me guiaron hacia él sin detenerme a pensarlo.

¿Está listo el señor Kanawut?—pregunté al maquillista, aunque mi vista estaba dirigida a Gulf.

Gulf se giró a mirarme, estaba tan hermoso como siempre. ¡Dios, cuánto lo amo! Le sonreí sin poder evitarlo, él provocaba tantas cosas en mí.

Sí señor, sólo necesitamos cubrir mejor sus ojeras—me respondió el maquillista. Dirigí mi mirada a dichas ojeras que mencionaba.

El corazón se me estrujó ¿A caso no estaría durmiendo bien? Era posible, pues yo dejé de tener un buen sueño después de marcharme. La cama era tan fría y vacía, todo a mi alrededor lo era, sin él.

¿Pasaste una mala noche, Gulf?—quería preguntar si me extrañaba como yo lo hacía, pero no tenia ningún derecho.

Noté que se desconcertó un poco, pero finalmente hizo un sonido de afirmación y asintió.

Tenía un dolor de cabeza que no me dejaba dormir—fue su respuesta.

Eso hizo venir a mi mente todas aquellas veces en que Gulf enfermaba y debía hacer circo, maroma y teatro para lograr que tomara su medicamento o algún remedio.

 ¿Habrá siquiera tomado algo para el dolor?

¡Qué mala suerte be...—estuve apunto de decirle bebé ¡Demonios!—Gulf!—Traté de arreglarlo, ojalá que no haya notado mi desliz.

Gulf de pronto pareció encontrarse demasiado dentro de sí mismo ¿Qué estaría pasando por su mente? De un momento a otro comenzó a llorar y eso me partió el alma.

Señor está llorando... Está arruinando su maquillaje—fueron las palabras del maquillista.

 ¡Una  mierda el maquillaje! ¿Qué no se daba cuenta que algo estaba mal con mi bebé? ¡Estúpido!

Gulf... ¿Qué te sucede? ¿te sientes mal? ¿Te duele algo? ¡Habla Gulf! ¿Qué está mal?—pregunté sumamente preocupado, pero no había reacción alguna de su parte.

El manager se acercó con un vaso de agua mientras le hablaba y buscaba acercarse, pero lo alejé. 

Tomé a Gulf con delicadeza de los hombros y lo zarandee con cuidado.

To... todo está... mal—respondió Gulf en un murmullo apenas perceptible. Me alejó y salió corriendo de allí.

Me tomó algunos segundos asimilar lo que había sucedido. Detuve al manager que quería ir detrás de él después de pedir una disculpa y le dije que yo me encargaría.

Me dirigí a la azotea. Sabía que lo encontraría ahí, y no me equivoqué, después de todo fue el lugar donde nos conocimos, tres años atrás en el día de mi cumpleaños. El mejor regalo que me dio la vida.

Gulf estaba echo un ovillo en el sucio suelo.

Aquí estás—hablé lo más suave posible—¿Te encuentras bien?

Hubo silencio, pero después de un rato fue roto por él.

Mira, en este momento no estoy en condiciones para hacer el trabajo ¿Vale? Perdona.

—Entiendo Gulf, no te preocupes, lo pasaremos para otro día—de verdad que lo entendía, pero aunque yo podía esperarlo toda la eternidad, el trabajo no, y había un compromiso que cumplir. El lanzamiento de la marca no puede ser retrasado—Pero sabes que necesito las fotos y además el comercial para esta semana ¿cierto? Tú eres la imagen y ya lo hemos anunciado oficialmente.—no quería presionarlo, pero él debía estar consiente de la realidad.

Lo sé, no te preocupes. Mañana mismo podemos hacer todo eso, pero hoy... Hoy no.

Quería darle palabras de aliento, quería consolarlo, quería abrazarlo. Estaba a punto de avanzar hacia él, pero fuimos interrumpidos por una voz.

—¡Hey Gulf!

Ambos giramos hacia esa persona. Era Bright, uno de los amigos de Gulf,  aka "el cara de pedo".

Bright... llegaste. Vámonos—Gulf se puso inmediatamente de pie.

Bright y yo nos dedicamos unas cuantas "dulces miradas", hasta que él decidió marcharse detrás de Gulf quien ya había comenzado a caminar.

Adios Jongcheveevat—dijo el imbécil, mientras alcanzaba a Gulf y ponía su sucia mano en la cintura de mi bebé.

La sangre me hirvió y quise matarlo, pero quién era yo para hacer eso. Sólo conseguiría que Gulf se enojase conmigo por atacar a su amigo.

Los vi marcharse y me quedé un poco más de tiempo en ese lugar. Cuando bajé anuncié que la sesión de fotos sería aplazada para dentro de dos días y le informé al manager de Gulf que este ya se había marchado, ya que seguramente él no le dijo nada.

Me marché a mi despacho con la intención de trabajar, pero no lograba concentrarme. En mi cabeza se repetía cual película, la imagen de Gulf. Pasaba de una donde sonreía, a él llorando ese día; después a una imagen de la azotea, para finalizar con él yéndose mientras era tomado de la cintura por Bright.

¡Demonios!

Sería un largo día...

Ex de verdadWhere stories live. Discover now