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Aquella tarde en la mansión Jongcheveevat se encontraban cuatro integrantes de la familia en living, tomando el té.

Gracias por estar aquí hijos.—Mencionó la señora Jongcheveevat sentada al lado de su esposo mientras ambos se tomaban de las manos.—La razón por la que les pedimos venir sin sus respectivas parejas es porque queríamos primero hablar con ustedes, para que posteriormente ustedes lo hagan con ellos.

Entiendo mamá—Sonrió Mew sin poder controlar su nerviosismo—¿Qué es eso que querían decirnos?—preguntó impaciente.

Queremos hacer un viaje familiar—esta vez fue el turno para hablar del señor Alec—Ustedes, Gulf, Amp... Y nosotros, claro.

¡Me parece perfecto! Nosotras encantadas—Miriam chilló emocionada, sonriendo felizmente y "bailando" desde su asiento.

Si bien todos estaban desconsolados a causa de la decisión del señor Alec, no podían hacer nada, sólo les quedaba disfrutar al máximo de los últimos momentos junto a él. Así que definitivamente lo harían, y le darían al señor Jongcheveevat grandiosos momentos para atesorar y que ellos también atesorarían con todo su ser. Aquel viaje en familia era una magnífica idea para hacer aquello; crearían hermosos recuerdos.

Mew ni siquiera se preocupó por los negocios, sabía que podía confiar en Max, él era absolutamente capaz de llevar todo al pie de la letra durante su ausencia.

Nos iremos en unos días, por mes y medio aproximadamente. El primer lugar al que iremos será Japón...—habló Nami—Ojalá que sus parejas puedan tomarse todo ese tiempo... El viaje no sería lo mismo sin ellos.

No creo que haya algún problema con mi novia.

Tampoco con Gulf.

¡Perfecto!—asintió complacido por las respuestas de sus amados hijos—Por cierto Mew, estoy realmente muy feliz de que tú y Gulf hayan vuelto...—le dedicó una dulce sonrisa—No todos tienen la dicha de encontrar el amor, así que no suelten sus manos. Mientras se mantengan juntos podrán superar cada obstáculo que se presente es sus caminos. Lo mismo va para ti cariño—se dirigió a Miriam—Defiendan su amor de todo y de todos.

—Por supuesto que sí papá.

—Nunca volveremos a separarnos, téngalo por seguro. No soy tan estúpido como para volver a dejarlo ir.

—Yo digo que sí eres muy estúpido hermanito. Pero bueno... Haré de cuenta que no.

—¡Hey! Respeta que soy tu hermano mayor.

El lugar se llenó de risas.

Incluso en momentos donde la oscuridad parece prevalecer y llevarse todo a su paso, siempre permanece una pequeña luz encendida... Sólo hay que centrarnos en ver ese rayito de luz y no dejar que la oscuridad nos consuma. 

 

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Ex de verdadWhere stories live. Discover now