Capítulo 26

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Todo había... sucedido con extraña rapidez y facilidad para su propio gusto.

Había muchas cosas en las que Jeon Jungkook había pensado y cuestionado cuando decidió tercamente subirse a ese avión con destino a París. Y, aún con la cámara entre sus manos, el show a punto de empezar, el Omega que tanto amaba y había extrañado a solo unos metros de distancia, las preguntas seguían volando en su cabeza.

¿Vale la pena? ¿Es correcto lo que hago?

¿Saldré herido de nuevo?

Mucha gente tenía una imagen muy incorrecta de los Alfa, los trataban como seres sin corazón, fríos, de los que no podrían soltar ni una sola lágrima, mucho menos sentir un corazón completamente roto. Los trataban como los más fuertes de la jerarquía, cuando los Omega, quienes eran muchísimo más valientes, hacían muchas más cosas que ellos cuando se trataba de cuidados de las tradiciones de su raza, del valor de la marca, del cuidado de las crías; los trataban como los más inteligentes, cuando había mucho más Betas dentro de ese rango. Pero ellos seguían siendo los insensibles, los que nunca habían soltado una lágrima, los que nunca su Lobo había sentido verdadero dolor.

Y estaban tan equivocados

Porque Jungkook, como varios Alfa jóvenes de su tiempo, tenía pavor de volver a sentirse herido por el mismo Omega.

Estaba tan angustiado, su lobo tan agitado, por el simple hecho de fallar, de no lograr nada, de quedarse como una paleta helada en su lugar y ni siquiera poder dar el primer paso para su última oportunidad de volver a estar con Taehyung. O para al menos intentarlo.

Respiró profundo, tomando una que otra fotografía del lugar para al menos tener un poquito de material para llevar a su trabajo en caso de que todo se fuera a la mierda. Miró cada lugar, buscando con un poquito de ansiedad a esa cabellera rizada, a ese rostro delicadamente tallado.

Y su lobo agitó su cola, dando leves saltos de alegría cuando por fin lo encontró, vestido elegante y poderoso, sentado de esa manera que solo el Omega conocía, como si lo único que valiera la pena fuera su opinión y su presencia, Jungkook inconscientemente sonrió, sus labios tirando sin siquiera darse cuenta o permitirlo. Había caído duro de nuevo, años habían pasado desde la última vez que se había sentido feliz, lleno de euforia y cariño.

Y se sentía tan bien de haber tomado la decisión de volver para recuperarlo.

Pero, había un problema de distancia, porque, faltaban solo pocos minutos para que el show comenzara ¿Cómo lo llamaría? ¿Cómo se acercaría sin quedar como un torpe e imprudente?

¿Cómo podría llegar hasta él?

Y cuando todo comenzó, la música se hizo levemente más fuerte, las luces se opacaron un poco solo para resaltar la de la pasarela, y Jungkook observó casi como en cámara lenta como Park Jimin se acercaba, el Omega haciendo todo de forma perfecta como siempre lo había hecho, camita perfecta, rostro, cuerpo, maquillaje, ropa.

Perfecto, perfecto, perfecto.

Pero, como Alfa, no tenía ojos para él. Park Jimin no era alguien que pudiera seducirlo, no era para nada su tipo, no tenía una sonrisa cuadrada, y mucho menos tanta altura, no tenía cabello rizado, ni una risa escandalosa como solo un Omega podía tener.

Kim Taehyung.

Suspiró, sus dedos ajustando el lente de la cámara, apuntando directamente al Omega que había vuelto su mundo de cabeza. Dejando de lado sus tomas de trabajo, que con gusto podría hacer después.

Just Us |KV| |YM|  /Omegaverse/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora