CAPÍTULO XI (2)

1.2K 96 69
                                    

BPOV:

--Betty, Beeetty... ¡Beatriz!-- dijo Armando mientras me tocaba el hombro un poquito brusco-- Beatriz, por dios, qué tienes, ¿te sientes mal?

Al fin logre salir de mi cabeza. Sus ojitos estaban preocupados y su entrecejo fruncido a modo que sus cejas, eran una sola.

¿Cómo así?

¿Qué es lo qué pasa?

Logré reaccionar e inmediatamente me di cuenta que estábamos en presidencia, pero en mi nuevo escritorio, con la luz encendida y...

¿Perfectamente vestidos?

Mi mirada dio un lento y tortuoso recorrido. Mi antigua oficina cerrada, el brazo de Armando sosteniendo mi hombro... el baño cerrado, la pequeña TV en el mueble... la puerta principal entre abierta... ¿el cuartel en el sillón?

--¡Ay, Betty, amiguita!-- dijo Mariana tomando mi otro hombro

--Beeeeetty, qué es lo que le pasa, mija, reaccione-- dijo Aura María agitando sus dos manos frente a mí y dando brinquitos de desesperacion.

--¿Muchachas?-- dije mirándolas a todas, por la cara que pusieron, me pude imaginar la que yo tenía.

--Betty, mi vida, ¿qué tienes?-- dijo Armando mirándome y tomando mi cara en una de sus manos... me recorrió un escalofrío al ser consciente de su tacto.

--¿Doctor?--

--Armando, Betty... soy Armando--

--¿Armando?...-- Suspiré y me relajé-- Armando...--

--Ajá... su amor...-- dijo sin inmutar el tono

--¿Mi amor?-- pregunté y lo mire, queriendo corroborar que era esto real y que no iba a volver a desvariar...

El cuartel completo se rió, contagiando a Armando y a mí misma... esto último tranquilizando a todos, haciéndoles notar que solamente estaba pensando... bobadas.

--Muchachas, buenas tardes. Ya salgan a almorzar, que la doctora y yo tenemos que pasar a hacer unas cuestiones con Catalina Ángel y después vamos a almorzar.-- dijo Armando, mientras me pasaba la mano por la cintura y me apretaba un poquito.

Demonio de hombre que me tiene que acariciar después de lo que hizo imaginarme.

El cuartel salió, y Armando y yo pasamos a ocupar el sillón donde ellas estaban sentadas. Por la forma en que me tenía abrazada, supuse que me sentaría al lado, pero rápidamente me sentó en sus piernas.

--Mmmhh, mi presidenta, ahora si salude a su novio como Dios manda...-- dijo mientras me pasaba un mechón por la oreja y me miraba como corderito Degollado.

Me acerqué despacio, mientras en mi pequeña cabeza pasaban en cámara rápida mis escenarios imaginarios de mi antigua oficina.

Lo quise besar despacio, para frenar mis... pensamientos.

Su mano recorrió de mi rodilla a mi cadera, despacio, al ritmo que sus labios me iban mojando los míos. Cuando finalmente todos sus dedos estaban en mi cadera, hizo una leve presión que me estremeció con mucha fuerza. Hice un movimiento muy brusco sobre él y abrí los ojos de golpe.

Ninguno supo qué hacer o decir.

--Perdona, Beatriz, ¿te apreté muy fuerte?-- preguntó mientras me tomaba de las manos

Locura Mía (1)Where stories live. Discover now