I

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Louis caminaba solo por las calles de Doncaster, agarraba entre sus brazos un par de carpetas que le serían necesarias para el primer día de instituto. Acababa de mudarse junto con su padrastro y sus hermanas, después de la muerte de su madre, tuvieron que hacerlo por temas del trabajo de Mark.

Llegó al instituto, era bastante grande con muchísimas clases, tuvo que preguntar a una conserje para encontrar la suya. Entró a la clase, que estaba casi vacía porque había llegado antes de tiempo, y se sentó en la última fila. La gente comenzó a entrar, pero se sentaban mayoritariamente en las filas del medio y adelante, por lo que seguía solo atrás.

Un chico rubio entró y miró a Louis para después sentarse a su lado, le sonrió amable y se presentó:

—Hola.— Ladeó la cabeza manteniendo su sonrisa y alargó su mano hacia el cuerpo de Louis.— Niall ¿y tú?

—H-hola, soy Louis—. Estrechó su mano con la del rubio y le sonrió tímidamente.

Niall le volvió a sonreír y volvió su cabeza a la pizarra, dónde ya estaba la profesora dispuesta a empezar a dar clase.

—Bienvenido a otro curso chicos, espero que hayáis pasado un buen verano, pero ahora toca empezar con física y quími- 

La puerta se abrió de repente, y un chico se dejó ver tras esta; alto, pelo moreno peinado hacia atrás, con unos rizos en su nuca. Ojos verdes oliva que miraban con superioridad de un lado a otro, mandíbula apretada con las manos metidas en los skinny jeans negros y brazos tatuados que se dejaban ver por las mangas inexistentes de su camiseta de manga corta.

Avanzó por la clase hasta sentarse en una silla de la parte de atrás, a la esquina de la clase, se sentó con las piernas abiertas y los brazos cruzados sobre su pecho.

—Harry Styles, ¿Qué le hace pensar que puede entrar a mi clase cuando le apetezca?

—Lo siento profesora, inconvenientes mañaneros.— Sonrió socarrón.

Louis se quedó mirando al chico con los labios entreabiertos, estaba anonadado ante su belleza, porque era extremadamente guapo aquel joven. Louis nunca se mintió en cuanto a su sexualidad, él era gay y bastante enamoradizo también, por lo que alomejor se quedó mirándolo más tiempo del debido. 

Harry se percató de que el ojiazul lo estaba mirando, y le pareció gracioso, alzó las cejas de forma inquisitiva y sonrió cuando Louis sacudió la cabeza con las mejillas sonrojadas y volvió a mirar al frente.


El timbre sonó indicando que era la hora del receso. Louis salió de la clase y se dirigió al comedor, los pasillos estaban abarrotados de gente caminando de un lado a otro por lo que tuvo que hacer verdaderos malabares con sus propios pies para llegar a su destino. Guio sus ojos de derecha a izquierda por toda la habitación, buscando con la mirada alguna mesa en la cual poder sentarse hasta que vio al conocido rubio haciéndole espavientos con las manos para que se sentara con él y un chico y una chica más.

Sonrió levemente y se acercó con pasos lentos hasta la mesa, que estaba casi al final del comedor y cuando llegó se sentó.

—Hola, estos son Kay y Lucas, chicos este es Louis, es nuevo y va a mi clase.

—Hola.— Saludó Kay, moviendo su mano con alegría y con una sonrisa encantadora. Su pelo rizado color chocolate caía despreocupadamente desde un lado de su cabeza y sus ojos cafés se fijaban en él con intensidad.

En cambio, el otro chico, solamente hizo un movimiento sutil con la cabeza en modo de saludo y siguió comiendo sin prestar atención a los demás.

MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora