Mío

XVIII

Lottie estaba sentada junto con Fizzy en el sofá de su casa, ambas estaban viendo una serie de Netflix que habían empezado juntas y acababan de sacar la segunda temporada. Habían hecho palomitas y discutían cuando no estaban de acuerdo en algo, como ahora.

—Devi debería haberse quedado con Ben, es un mejor novio que Paxton—. habló Fizzy dando su punto de vista de la protagonista.

—Ugh, no. Ben es muy empalagoso, me recuerda a Daniel, además que solo usa el dinero y... que no que no, Paxton mejor—. Lottie asintió, como si estuviera totalmente de acuerdo con su propia opinión.

—¡Pero Ben es más romántico! Paxton es uno de esos fuckboys que fijo estaría con Devi por una apuesta, como es la nerd y eso.

—¿Por qué quieres algo romántico? Es vomitivo.

—Lottie eres muy desagrad-.— El sonido del timbre interrumpió su charla. Se miraron entre ellas, su hermano llevaba llaves y era bastante raro que a las 22:00 alguien llamase al timbre de su casa. 

Lottie se levantó del sofá mientras se encogía de hombros, dispuesta a abrir la puerta.

—¿Vas a abrir?— cuestionó la castaña con mueca preocupada.

—¿Entonces qué hago? ¿Lo dejo ahí en la puerta?—. Rodó los ojos y alcanzó el pomo, girándolo para dejar ver quien tocaba el timbre a las diez de la noche. 

—Hola, Charlotte. ¿está Louis?—. Lottie abrió los ojos sorprendida y miró de arriba a abajo el cuerpo de Daniel, iba vestido con una camisa blanca y unos pantalones de pana azules marinos, también llevaba entre sus brazos un ramo de rosas rojas envueltas en papel transparente con un lazo dorado.

—Que... ¿Qué coño?—. La rubia frunció el ceño, no sabía que decirle a su cuñado. La verdad le daba un poco de vergüenza que estuviera vestido como si fuera de boda con flores y todo para pedirle perdón por una discusión.— ¿Estás intentando que mi hermano te perdone con unas cuántas flores? No nos quedan jarrones de las veces que le has pedido perdón con cuatro flores mustias.

—Tan amable como siempre, que maja eres Lottie. No me importa lo que tú vayas a opinar de mi relación con tu hermano, asique dime si está y ya.

—No, no está.

—¿Y dónde está?

—Y yo que sé, ¿no se supone que eres el novio perfecto? deberías saberlo tú.

Harry y Louis volvían de camino a casa, iban con las ventanillas del coche bajadas mientras cantaban a todo volumen Wonderwall de Oasis, la canción favorita que ambos compartían. Más que cantando parecía que se estaban dedicando los versos de la pieza.

—Because maybe, you're gonna be the one that saves me.— Vociferó Harry ejerciendo fuerzas en sus cuerdas vocales mientras apartaba la vista de la carretera y miraba a Louis. Y el otro siguió con la frase siguiente, clavando sus ojos azules en el rizado.

—And after all, you are my wonderwall.— Se sonrieron entre ellos y Harry alargó su cuello para besar rápidamente los labios de Louis.

Cantaron tantas canciones mientras conducían, desde rock de Queen hasta pop de Spice Girls. Louis se puso a pensar mientras compartían sus gustos, y es que con Daniel nunca había podido hacer eso. Daniel siempre se apoderaba de la radio del coche y ponía únicamente sus gustos musicales y cuando alguna vez Louis había puesto alguna canción no había durado más de treinta segundos.