Mío

XX

Habían pasado dos semanas desde que Daniel y Louis ya no eran novios, pero aún así, el rubio quería algún tipo de explicación por parte de Louis, y que no dejarán las cosas como enemigos por haber discutido en caliente. Y como nuestro castaño siempre había sido un chico amable y simpático aceptó.

Por lo que se dirigía camino a una de las plazas de la pequeña ciudad, en busca de su exnovio para tratar de explicarle la situación y acabar como amigos, porque siempre era bueno ser amigo de tus exs ¿no?

Iba andando mientras jugaba con sus dedos, tenía que admitir que volver a ver a Daniel después de haberle pegado un guantazo y entrar junto a Harry a su propia casa dejando al otro fuera como un perro callejero que tus padres no te dejan meter en casa, le ponía muy nervioso y ya se podía imaginar lo incómoda que iba a ser esa conversación.

Aún así siguió caminando y cuando estuvo a unos cien metros de la plaza pudo ver al chico rubio sentado en uno de los bancos. Iba vestido diferente a lo que solía hacer, no llevaba unos vaqueros sin agujeros ni un polo de Álvaro Moreno, sino una camiseta de algún jugador de baloncesto y unos pantalones de chándal de color gris. Nunca había visto a Daniel vestido de esa manera, frunció el ceño confundido.

—Hola.— saludó con una tímida sonrisa cuando estuvo frente al destartalado banco de madera, estaba claro que el ayuntamiento tenía sus preferencias a la hora del mantenimiento de la ciudad.

—Hola.— dijo Daniel como respuesta, guiando sus ojos por todo el cuerpo de Louis y siguiendo todos sus movimientos cuando el castaño se sentó junto a él.

—¿Cómo... estás?— preguntó Louis intentando ser amable, recibiendo únicamente un levantamiento de hombros para su pregunta. Infló sus cachetes, ahí estaba el momento incómodo.

—¿Me vas a dejar preguntarte una cosa?— El rubio clavó su mirada dura en los ojos azules de Louis, intimidándolo con su mirada. Louis asintió levemente.— ¿Harry es el chico por el que me dijiste que habías llorado cuando nos conocimos?

La respiración de Louis dejó de llegar a sus pulmones, no se acordaba de todo lo que le había contado al chico cuando se vieron en el concierto y tomaron esa confianza. Y efectivamente, le contó lo que Harry le había hecho con detalles.— Sí—, habló casi en un susurro y mirando sus muslos, moviendo una pierna en signo de ansiedad.— pero... no fue del todo así.

Daniel rio en una exhalación, inflando nuevamente sus pulmones para seguir hablando.— ¿Qué se puede malinterpretar de, según tú, 'solo era follar y ya lo hemos hecho'? Yo no sé el qué.

—Claro que no lo sabes, fue un malentendido entre nosotros.— Louis frunció aún más el ceño, permitiendo que dos arrugas se formaran en este.— Dani mira, yo... te tengo mucho cariño pero...

No pudo terminar, el otro lo cortó.— Pero me pusiste los cuernos igualmente.

—¡No lo hice! No me acosté con él mientras estaba contigo, Daniel. 

—¿Por qué fingiste que tú y yo estábamos bien si te gustaba otra persona? Podrías haberlo dicho antes.— cuestionó, poniendo a Louis en una situación incómoda, no sabía que responder.

—Yo... lo olvidé mientras estaba contigo, me hiciste olvidarlo pero en el fondo seguía ahí y... cuando tu me dejaste solo en la fiesta él estaba en el baño y yo entré, me sigue gustando, Daniel, y no puedo hacer nada.

—¿Y yo? ¿Yo no te gustaba? Me decías te amo pero se te olvidó en cuanto un cani se te puso delante.— Daniel tenía los ojos rojos, él si se había enamorado de Louis.