two: henderson, you are back!

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- Una bola de chocolate. —Dijo Steve sirviendo la bola de chocolate en la barquilla— Es un dólar veinticinco. ¿Algo más? —Preguntó recibiendo el dinero— ¿Vas a Purdue? Que nivel. —Dijo, claramente coqueteando con las chicas— Si, yo pensé en ir, a Purdue, pero luego decidí, que quiero experiencia en la vida real antes de la universidad, ver cómo es. —Mintió mientras sacaba el cambio, Ángela estaba en la otra caja registradora, escuchándolo todo y sorprendida de todo lo que estaba escuchando— Esto fue divertido, ojalá se repita otra vez.

- Ese habra sido el peor coqueteo que e visto en la historia. —Rio Angela desde la caja registradora— Como tu novia, da vergüenza.

- Es tu culpa. —Dijo Steve tomando de la cintura a Ángela, dandole un beso a la pelirroja en sus tiernos labios— Perdí todas mis habilidades por tu culpa.

- Piensalo, la estas usando conmigo. —Rio Angela para luego mirar hacia las ventanas de la tienda— ¿Cuanto lleva, Robin?

- Seis a cero, Popeye. —Contestó Robin abriendo la ventana de la tienda, trayendo una pizarra con unos datos. Ningún palito en la parte que decía "Galán" y seis palitos en la parte que decía "Fracaso"— Significa que eres un fracaso.

- Si, también se leer. —Contestó cruzando sus brazos, para luego mirar a Ángela— ¿Como es posible que estés del lado de ella?

- Porque es divertido. —Rio Angela terminando de comer un helado de vainilla— Además, tienes que admitir que te encanta la competencia. Solo, te advierto, Lincoln te va ganando por  ocho puntos.

- Es este estúpido sombrero. —Se quejo mientras se acercaba a Ángela y a Robin— Me tapa lo mejor que tengo.

- Créeme, —Río Ángela con la mirada baja, amaba molestar a Steve— No es el cabello.

- Si, aunque el uniforme es molesto. —Contestó Robin cruzando sus brazos— Te parecerá una locura, pero, ¿no se te ocurrió decir la verdad?

- ¿Cual de las dos? —Preguntó Steve alejándose un poco de Ángela y Robin— ¿Que tengo pareja y estoy haciendo esto por competencia o que no entre al instituto técnico y el idiota de mi papá desea darme una lección, gano tres dolares por hora y no tengo futuro? ¿Esa verdad?

- Viene una linda por ahí. —Dijo Ángela para luego mirar a Robin— A las doce.

- Mierda, esta bien... —Dijo volteando hacia las chicas que venían entrando— Ahí voy, ¿Y sabes que? —Se Quito el gorro y lo tiro al piso— Al diablo el uniforme.

- Por Dios. —Dijo Robin sarcásticamente

- Eres otro hombre, mi amor. —Río Ángela acercándose a la caja registradora

(...)

Ya era de noche, Ángela se dirigía a su casa. Bueno, Ángela y Steve se dirigían a la casa de la pelirroja. Últimamente pasaban mucho tiempo juntos, si no iban a la casa de Ángela, iban a la de Steve. No podían hacerlo mucho, después de lo que pasó el año pasado y que Ángela y Max no aparecían, los padres de estas se pusieron muy protectores de la situación, y ahora las vigilaban un poco más. Aunque no lo suficiente para que no supiesen que estaba metiendo un chico a su casa casi todas las noches.

Pero no todo el tiempo iban a poder ser efectivos con eso. Muchas veces se olvidaban de pasos, para poder meter a Steve. O se les olvidaba cerrar el cuarto con seguro, y cuando se les acordaba, ya es demasiado tarde.

- ¡Ángela! —Gritó Max abriendo la puerta, sin tan si quiera tocarla— Necesito que me ayudes... ¡Oh por Dios! —Exclamó al ver a Ángela y a Steve dándose unos cuantos besos en la cama de Ángela, ambos ya con la mitad de ropa fuera— Mínimo si van a hacer sus cosas aquí, pónganle seguro a la puerta.

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