03.- Accidentes

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¿Alguna vez hicieron algo, lo suficientemente malo como para que te regañen y castiguen todo el día? JiSung si lo hizo, y aunque prometió que había sido un accidente, en el que, por supuesto nadie salió herido, la supervisora no le creyó y el directos poquito menos.

JiSung tiene un historial bastante lleno, todas las cosas que hace, sobre todo las malas, son guardas ahí. De hecho, es el único alumno con un expediente tan grande. Jamás se había conocido un chico con esas habilidades tan grandes en destruir cosas o causar problemas. JiSung lo atribuía a su característica y muy notable manera de ser. Solía llevarle la contraría a todos los maestro en el internado en que estuvo desde los cinco, luego lo corrieron por desastroso y fue enviado a Canadá tres años a un internado de hombres. Ahí descubrió que le gustaban los hombres. Además de volverse todo un desastre con piernas.

Responder a los maestros era su especialidad, pelear con sus compañeros un acto de diario y romper ventanas, bueno, eso no era algo que hubiese echo antes, este realmente había sido un accidente y ni siquiera era su culpa. La ventana la había roto Renjun. Igual ya no importaba.

Estaba tan acostumbrado a las quejas, regaños, castigos y hasta suspensiones que ya no le interesaba mucho que digamos. Bueno, solo cuando se trataba de quedarse bajo el sol con libros en las manos como castigo.

-Dos horas aquí y cuando acabes vas a limpiar las gradas del gimnasio y ordenaras los balones también. - dijo la mujer de vestido azul mientras le ponía los pesados libros en las manos.

-¿Y no quieren que también le limpié el culo a los jugadores de fútbol de la preparatoria? - preguntó sonriendo haciendo que la supervisora lo mirará mal.

-¡¿En tu casa no te enseñan modales?! ¡Eres un grosero! - respondió la mujer.

-No tengo tiempo para ellos, ni ellos para mí. Me criaron las sirvientas de la mansión Kang.

Bueno, tan mentira no era. Sus abuelos maternos había decidido llevarlo a vivir con ellos cuando ninguno otro internado lo quiso recibir, no se había criado con las sirvientas, pero si lo había dejado hacer lo que quisiera, cuando quisiera. Estaba acostumbrado a ello, por eso su mala actitud y pésima conducta estudiantil. Pero a esa vieja que le importaba. JiSung no se quedaría a cumplir su castigo, ni limpiaria el gimnasio, nada.

No tenía porque hacerlo.

-Una cosa más. - dijo la mujer mirándolo. - Lee MinHo supervisará tu castigo. Así no te irás como todas esas veces pasadas.

-¡¿Lee MinHo el actor?! ¡Oh por dios que buena idea! - chillo emocionado, aunque claramente sabía que no se trataba del actor en lo absoluto y que ella hablaba nada más y nada menos que de Lee MinHo, el guapo capitán del equipo de fútbol de la preparatoria.

La mujer lo ignoró y caminó hasta el inicio de las escaleras que daban a la dirección, donde se encontraba aquel muchacho que traía verdaderamente mal al menor de grandes mejillas. Le sonrió y una vez desapareció, el mayor se acercó con una manzana en sus manos. JiSung intentó por todos sus medios ignorar la hermosa sensación que crecía en su estómago al verlo. Tan perfecto, guapo y hermoso. De verdad que él jamás había visto a nadie que tuviera esas características tan perfectas como Lee MinHo no actor las tenía.

Era guapo, inteligente, un modelo de la mejor empresa de Seúl, cantante juvenil cuando tenía tiempo, capitán de un equipo de fútbol, todo un chico codiciado y para terminar de decorar el pastel, era sumamente millonario. JiSung siempre había babeando por él, ni siquiera lo ocultaba. No había necesidad de hacerlo porque Lee MinHo tenía cosas más importantes que hacer, que preocuparse por un chiquillo de 16 años con las hormonas alborotas.

-¿Por qué te castigaron así, Han JiSung? - preguntó el mayor.

JiSung no quiso sorprenderse al darse cuenta que el muchacho sabía su nombre y que le estaba sonriendo de verdad, como había estado pidiendo que pasará desde que lo conoció. Su estómago estaba moviéndose como siempre que lo escuchaba y sus grandes mejillas estaban tan rojas como su cuello y orejas. Sus nervios eran tan fuertes que ni siquiera podía hablar. Había pasado desde los doce años enamorado de ese chico, sin recibir ni una sola mirada de su parte y ahora venía como si nada a sonreírle y mirarle como lo estaba haciendo.

En cualquier momento se podría desmayar. Primer aviso.

-¿Cómo sabes mi nombre? - preguntó bajando los libros de sus manos sin importar qué estos se cayeran.

-¿Quién no conoce a Han JiSung? - respondió mordiendo su manzana sin dejar de sonreír. - Eres el único estudiante de esta escuela que tiene la peor fama del mundo. Obviamente van a conocerte todos.

-Oh, es por eso. - dijo.

En su interior, deseo que MinHo lo conociera por sus excelentes calificaciones o por su amabilidad con algunas personas o tal vez porque era lindo y tenía grandes mejillas que lo hacían parecer una ardillita muy bonita, pero sabía que eso era imposible o cosas del diablo. Todas las personas que estuvieran desde los doce años con él sabrían quién es Han JiSung y obviamente hablarían mal de él apenas tuvieran oportunidad.

Solo los nuevos se atrevían hablarle antes de conocer sus historias escolares y azañas académicas.

-Entonces, como sabrás, me tengo que ir, MinHo. Si te preguntan puedes decir que peleaste conmigo hasta la muerte, en realidad no me importa.

-Espera. - JiSung detuvo su caminar apenas lo escucho. No quería deterse, no quería escuchar como le decía lo mismo que todos los idiotas le decían siempre que tenían oportunidad porque no quería dejar de sentir aquel intenso amor por él, aun lado. Quería conservar esa hermosa imagen que tenía de Lee MinHo no actor como hasta ahora, pero costó demasiado no deterse. Porque MinHo era la persona que más quería y con la que deliraba en las noches.

-Tengo que irme antes de que llegué el director o tendré que limpiar las estúpidas gradas y ordenar los balones por tu culpa. - respondió sin girarse.

-Yo... - JiSung se paso la mano por el cabello antes de bajar la cabeza. - no lo dije enserio.

-¿Qué cosa? - preguntó fastidiado.

-En realidad te conozco por el concurso de matemáticas del año pasado. Ni siquiera te esfuerzas en resolver los problemas, eres increíble en ello. Yo estuve ahí por mi hermano menor y créeme que jamás vi un chico tan bueno en todas las materias como tú lo eres.

-¿En serio? - preguntó asombrado después de escucharlo decir aquello. - bueno, eso fue lindo, pero aún así me tengo que ir. Lo siento, pero adiós.

-¡Espera!

Pero realmente era tarde, JiSung ya se había ido y MinHo solo podía sonreír como idiota al por fin, poder hablar con Han JiSung. El chico que probablemente fuera el mejor del mundo. Su mundo para ser más exactos.

Crazy Love #1 [CORRIGIENDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora