64.- Cuidados de novio

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No podía creerlo, realmente no podía. Había pasado por muchas cosas en sus vida, desde expulsiones tontas hasta órdenes de alejamiento de bailes, pero nunca una fractura. Jamás se había roto un hueso del cuerpo ni siquiera cuando jugaba con su primo favorito en Estados Unidos y eso que el chico es más grande y fuerte que él.

JiSung siempre presumió de una salud física impresionante y muchas personas lo odiaban por ello, porque era el único que podía correr por horas y no cansarse, porque sabía jugar fútbol, basquetbol, vóleibol y hasta bádminton, incluso de porristas se veía hermoso. Pero ¡diablos! ¡¿En serio fue a caerse desde las grandes solo por pisar mal?!

¡¿En serio prefirió mirar la perfección de Lee MinHo antes que el suelo donde debía pisar?!

Tenía un tobillo hinchado que según el doctor necesitaba operación, las rodillas hechas mierda y una fractura en la muñeca que lo obligaba a llevar yeso, además de que, por la caída, también traía un collarín y algunas curaciones en la cara y los brazos. Él, en serio, ¡en serio! Se había puesto la golpisa de su vida por mirar a su novio en short deportivo al otro lado de la reja.

Tampoco es como que arrepintiera de caerse porque sería estúpido si ya estaba todo moretado y jodido. Es mas, quería burlarse de si mismo apenas lo dejaron en su habitación porque su abuela sólo podía repetir una y otra vez lo torpe que también había sido ella en el pasado.

JiSung no le creyó, esa señora podría decir cualquier cosa con tal de hacerlo sentir mejor. Pero lo que no se espero, es ver a Lee MinHo entrar en su habitación con una bandeja de comida y una bolsa en sus manos mientras le sonreía. Lee MinHo había sido el culpable de su accidente, pero si lo pensaba mejor, en realidad todo lo que ahora tenía encima era únicamente por su torpeza. Así que sonrió, muy a pesar de su dolor en todo el cuerpo y la exasperación que le causaba estar quieto en esa cama por lo menos dos meses, quizás más.

Tal vez seis o siete.

-Te traje de comer, dulces y una película romántica. También te compre unas pastillas y un popote flexible, te gusta la fresa, ¿cierto?

MinHo dejo todo en el escritorio al lado de la cama de JiSung y después de desocupar sus manos, se subió en ella para besar al menor en la frente y luego en los labios de manera fugaz. JiSung nunca aceptó ese tipo de besos de parte de MinHo, pero ahora no podía hacer nada si una de sus manos, la izquierda tenía yeso y su tobillo derecho estaba más inchado que nunca.

-¿Te duele mucho? - preguntó MinHo acostandose a su lado en la cama para acariciarle el cabello y las mejillas que tanto le gustaban.

-Con el medicamento no tanto, pero si hay mucha molestia porque no puedo hacer nada y estoy artandome de esto porque necesito moverme o voy a explotar y...

-¿Quieres que te besé? - interrumpió el mayor haciendo que JiSung girará la cabeza para mirarle. MinHo tenía una bonita sonrisa en sus labios ocultando sus ojos. Era hermoso, bastante guapo y encantador con ese gesto. JiSung solo podía mirarle.

-Que buena idea, besarnos cuando no puedo tocarte sin sentir que me clavan miles de cuchillos en el cuerpo, dime ¿te levántate sintiéndote payaso?

La risa de MinHo se escucho poco después, haciendo que JiSung lo ignore durante uno minutos que para MinHo fueron bastante tiernos. Porque, que importa si JiSung se enoja con él por aquel pedido, que importa si no quiere besarlo porque de alguna forma siempre terminaba haciéndolo. MinHo solo quería estar ahí, cuidándolo y dándole besitos en los mejillas hasta artarlo, aunque eso fuera imposible.

Pasaron toda la mañana acostados mirando películas en Netflix, MinHo dándole de comer en la boca a JiSung mientras esté se encontraba recostado casi sobre él sin emitir sonido y pudieron seguir así todo el día, pero sus amigos querían verlo y saber como está y él no era tan insensible como para negarles verlos.

-Honnie, ¿me ayudas a bañarme? - preguntó sentado al borde de la cama esperando a que MinHo terminará de buscarle ropa dentro de su closet.

MinHo salió con un pantalón deportivo negro y una camisa blanca sin mangas, además de unos bóxer grises. Le sorprendió bastante que JiSung le pidiera eso porque, bueno, ellos realmente no había visto mucho de ellos como para que JiSung se lo pidiera. Así que lo miró unos segundos.

-Amh, ¿no quieres que le diga a tu abuela? - preguntó MinHo dejando la ropa sobre la cama.

-Se podría infartar si ve lo que esconde mi pantalón, evitemos muertes, ¿me ayudas?

La respuesta desde luego lo hizo reír demasiado y después de mirarse uno segundos más, aceptó. Lo ayudó a levantarse y cuando estuvo en el baño le ayudó a quitarse la ropa. JiSung se sento en aquella silla que su abuela le había comprado para eso exactamente y espero a que MinHo preparará el agua de la regadera. Lo miró moverse de aquí para allá, acercando los botes de jabones para el cabello y cuerpo además de la esponja. Y le pareció tan hermoso.

Sí solo eran novios y era un ángel, ¿qué sería si llegaban a durar tanto como para casarse? ¿Qué le hacía pensar que siquiera podrían hacerlo? Su cabeza era tan traicionera y desgraciada que llegaba a hacerle sentir una mierda por cosas sin sentido. Aunque vamos, ¿Qué de malo tendría soñar con tener un futuro con MinHo? Después de todo, era su destino ¿cierto?

-Listo Sungie. - dijo MinHo girandose para mirarle y encontrándose con el ceño fruncido de su lindo novio. - ¿Qué sucede?

-Amh, ¿crees que duremos tanto como para casarnos y vivir juntos? - preguntó cuando MinHo lo levantó de la silla abrazándolo por la cintura con algo de fuerza.

Entonces MinHo detuvo todo sus movimientos para mirarlo. JiSung tenía los ojos grandes llenos de confusión, sus mejillas estaban levemente rojas y había algo que MinHo no entendía en su expresión, no sabía si era miedo o preocupación, pero no quiso verlo en esa bonita cara. Él había esperado a JiSung 13 años, ni de broma dejaría que se fuera de su lado así como así. Menos si él lo tenía contemplado en su futuro totalmente. Como su esposo, su amante y la persona con la que quería tener hijos.

-Vamos a estar juntos hasta que tú quieras, no importa si eres viejito y me odias, no importa si tienes planes de ir de Corea, yo te voy a esperar siempre y de alguna forma nos casaremos y tendremos hijos. Todos los que quieras, ¿de acuerdo?

-¿En serio lo crees? - preguntó JiSung ahora algo emocionado por la respuesta.

-Claro que lo creo. De hecho ya tengo planeado como pedirte matrimonio y en dónde.

La risita de JiSung lo hizo un poco más feliz y después de ayudarle con su baño, también le ayudó con su ropa y a que se recostara en su cama esperando a sus amigos. MinHo llenando de mimos a JiSung, besitos en la frente y en los labios, uno que otro en el cabello, pero sin duda cuidando de él. Algo que nunca había pasado antes.

Porque, bueno, él sólo tenía a sus abuelos y sus amigos y ellos normalmente no iban a verlo a su casa porque prefería mil veces salir que estar ahí.

Para cuando sus amigos llegaron, MinHo decidió ir por su comida a la cocina para dejar a JiSung a solas con sus amigos los raros.

-¿Y te está cuidando bien? - preguntó Felix sentándose a su lado en la cama. JeongIn a sus pies junto a Nana y SeungMin en la silla del escritorio, pero cerca de él.

-Sí, es muy lindo. Me trajo dulces y unas pastillas para el dolor. - respondió.

-Un ángel, pero ¿si te besa o no?

JiSung asintió antes de escuchar su puerta ser empujaba con brusquedad y luego el grito de HyunJin.

-¡Hannie, ¿cómo estás, ángel?!






















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¿Cómo están?
¿Cómo les fue en su regreso a clases?
¿Ya entraron o nel?

Crazy Love #1 [CORRIGIENDO] Where stories live. Discover now