27

7.3K 533 102
                                    

Observo a Jeanne mientras agarro con fuerza mi toalla, es lo único que cubre mi cuerpo y Jeanne Nizzari lo nota, pese a ello me observa de pies a cabeza por unos segundos antes de hablar.

-Te espero en mi oficina-diciendo esto y lanzándome una última mirada cierra la puerta y yo me quedo aún en mi posición pensando ¿Qué me quiere decir Jeanne? Decidí por mi bien no darle mas vueltas al asunto, escogí una sudadera negra y abajo me puse jeans que moldeaban mi figura, por último me solté el cabello y lo dejé mojado, dándome una última mirada al espejo salí de la habitación y caminé a pasos lentos hacia la oficina de Jeanne. Antes de entrar respiré fuertemente y entré sin más. Debía aceptar las consecuencias de mis decisiones.

Al entrar Jeanne estaba apoyada en su escritorio, podía estar en la pose más simple pero Jeanne Nizzari podía verse magnífica de cualquier modo, su cabello caía hacia delante y su traje estaba liso y perfectamente detallado a su cuerpo, aquello me dejó sin aliento pero intenté disimularlo lo más que pude hasta llegar a un metro de su posición. Cuando sus ojos dieron con los míos sentí un subidón de energía, su mirada penetrante era demasiado para mi y bajé mis ojos en respuesta.

-¿Qué quieres decirme?-pregunté en tono neutral y Jeanne se removió incómoda.

-He meditado sobre todo lo que me dijiste aquella noche-esta vez Jeanne bajó su mirada- y la verdad como te lo dije aquel día entiendo por qué lo hiciste, pese a ello creo que desde que aceptaste juntarte con Beatriz debiste hacérmelo saber y no ocultármelo, una parte de mí siente desconfianza hacia ti desde entonces y detesto sentirla pero es así, cuando confío en alguien espero que sea mutuo y lo que hiciste demostró todo lo contrario...-Jeanne había alzado su mirada mientras hablaba y yo la seguía en silencio, aceptando cada una de sus palabras- quizás hemos ido muy rápido en...esto que tenemos, y por lo mismo quiero pedirte ir más lento, necesito darme el tiempo para pensar y creo que si las cosas van mas lento entre nosotras serviría...

Recibir aquello de Jeanne me dio como un balde de agua fría, pero lo acepté en silencio mientras Jeanne terminaba de hablar, algo en mi interior me decía que me lo merecía, por ser tan inconsecuente, pero también deseaba muy en el fondo que Jeanne me perdonase y todo siguiera igual, obviamente esa opción ya estaba sepultada. Nada de eso evitó que me sintiera mal, asentí con mi cabeza cuando Jeanne dejó de hablar y desde entonces su mirada clavada en la mía me estaba matando.

-Lamento haberte ocultado la verdad-dije luego de algunos segundos- entiendo por qué me pides aquello y lo aceptaré, solo espero que algún día vuelvas a confiar en mí-dije dando un paso hacía atrás.

Jeanne aún con su mirada clavada en mí se levantó para acercarse, pero una llamada un teléfono hizo que dejase de caminar y volviera en sus pasos para contestar. Decidí irme de su oficina entre tanto.

Caminé hacia mi habitación y cerré la puerta, mi pecho estaba contraído por toda la anterior situación y decidí prender un cigarro en la ventana para calmarme, un mal que había adquirido en mi adolescencia. Le dí calada tras calada hasta que comencé a sentirme mas tranquila, Jeanne Nizzari me perturbaba hasta lo mas mínimo de mi ser y cuerpo ¿Cuando había sucedido eso? ¿Desde qué momento dejé que Jeanne calara tan profundo dentro de mí? Nos habíamos besado, acostado juntas y hasta hace unos días dormíamos juntas, todo ello sin ser claras respecto a lo que teníamos, quizás estaba comenzando a sentir cosas por Jeanne que no quería aceptar, y por lo mismo su decisión de tomarse un tiempo y que las cosas fuesen mas lento me dolía tanto. Decidí prender otro cigarro.

La noche ya caía sobre la cuidad y las estrellas comenzaban a aparecer, desde mi ventana podía ver el jardín delantero, los arbustos y las plantas apenas iluminadas por la luz de la luna daban un aire lúgubre al ambiente. Algo dentro de mí no estaba bien, no me sentía bien pero el cigarro me calmaba y así estuve por lo menos durante una hora hasta que decidí no bajar a cenar y acostarme directamente en la cama para dormir. Por esta noche deseaba desaparecer.

Divina VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora