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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR

-Resiste amor mío-le dije entre lágrimas y observándole a los ojos- resiste por favor, ya vamos camino al hospital...-Jeanne comenzó a cerrar sus ojos y la obligué a observar me- Jeanne por favor, si sales de esta nos iremos a una playa afrodisíaca como dijiste, tomaremos agua de coco todos los días y seremos felices con Marie a nuestro lado, resiste...

Jeanne parpadeó un par de veces y afirmó mi mano con fuerza. Estaba luchando y lo sabía. El hospital estaba a una cuadra pero Jeanne ya no podía mantener sus ojos abiertos. Cuando llegamos de inmediato la bajaron con rapidez y corrieron con la camilla a la sala de urgencias. Solo pude seguirle antes de que entrase por la puerta hacia el pabellón y le di un beso fugaz en su frente antes de verla perderse ante mis ojos.

No creía en ningún Dios, pero en este momento les rezaba a todos. Comencé a llorar desesperadamente cuando la perdí de mi vista y no dejé de hacerlo hasta que un oficial de la policía tocó mi hombro.

-Señorita, lamento lo sucedido pero debemos llevarla a la comisaría para tomarle la declaración....

-NO IRÉ A NINGÚN LADO-dije férrea y el hombre bajó sus hombros en rendición. Caminé hacia la sala de espera y allí me quedé, esperando lo inevitable.

Pasaron al menos cuatro horas hasta que el médico cirujano salió por la puerta donde había entrado Jeanne. Algo en su rostro me indicó que algo no iba bien.

-¿Señorita Emma?-preguntó cordialmente y yo me levanté de inmediato.

-No tengo buenas noticias...

Mi corazón se detuvo en ese instante.

**

EN LA IMAGEN: KATHLEEN NIZZARI.

Tenía mi corazón en el pecho desbaratado, el médico se acercó hasta mi posición observándome con el ceño fruncido.

-¿Qué sucedió...?-cuestioné con mis lágrimas asomándose por mis ojos.

-Jeanne está en estado grave, si bien el chaleco antibalas protegió su torso, 2 balas dieron directo en uno de sus vasos sanguíneos mas importantes de su pierna derecha. Perdió mucha sangre en el traslado y cuando sacamos las balas aún mas. Entró en un paro cardíaco y durante un minuto de reanimación pensamos que ya no iba a reaccionar. Hasta que su corazón comenzó a latir de nuevo -en ese momento me di cuenta que estaba conteniendo la respiración- Su arteria femoral fue dañada por los dos impactos y ahora nos encontramos intentando contener toda la sangre, vine aquí para informarle su situación, la cirugía continúa y tememos que en cualquier momento pueda entrar en estado de paro, le iré informando cada ciertas horas su estado, si me disculpa, debo volver a la cirugía con el médico a cargo.

El médico se fue en ese instante y no pude decir palabra alguna. Jeanne había entrado en paro cardíaco. Su corazón había dejado de latir por un instante... Fue demasiado para mi, mi cabeza comenzó a dar vueltas y tuve que sentarme un momento para poder calmarme. Imaginar a Jeanne perdiendo sangre justo a unas habitaciones de distancia me hizo perder la poca cordura que me quedaba. Comencé a llorar sin darme cuenta y lo hice durante largos minutos, no podía creerlo, Beatriz, los disparos, la sangre de Jeanne... Mi cabeza no paraba y tuve que pedirle a uno de los guardias del hospital un vaso de agua.

-Se ve pálida señorita ¿Quiere que le traiga algo para comer?-negué con mi cabeza, no podía pensar en nada mas que Jeanne. Pensar en perderle producía un enorme vacío en mi estómago, que nadie podría llenar, ni siquiera la comida- aunque me diga que no de todas formas le traeré un café, necesita comer señorita sino puede desmayarse...

Divina VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora