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Me observo en el espejo y no me reconozco, el cabello sobre el hombro, las ojeras de tres días y la cara ahuecada por que hace dos días que no logro tragar nada. ¿Y cómo hacerlo? Recordar me hace convulsionar, pensar me mata a cada segundo ¿Esto terminará alguna vez? No, no debo engañarme a mí misma, sé que para esto no hay salida, no hay un final. Mis acciones me llevaron a morir de a poco cada día. Voy al lavabo y tomo agua con mis manos mientras intento no pensar, cosa que no logro. Vuelvo en mis pasos hasta mi habitación y me siento a esperar una respuesta, algo. Como siempre nada llega, quizás pueda lograr un final definitivo ¿Acaso no es lo que quiero? Sí, pero no de este modo. Las cajas de pastillas están a mi lado y parecen sonreírme, me llaman con pequeñas vocesitas !Tómate!
!Tómanos! Quiero hacerles caso, pero no puedo. No puedo. Quiero creérmelo, quiero pensar que en mí todavía hay una luz de lucha, algo. Me miento a mí misma ¿Cómo no? Llevo años mintiéndome, pensando que las cosas irían mejor, cuanto me he equivocado. Llevo cinco años luchando con un mounstro, yo misma.

Agarro mi cabeza ¿Debería tomarlas? ¿Debería? ¿Sí? ¿No? Mi mente es un torbellino, son apenas las tres de la tarde y sé que estoy acabada, todo se derrumbó a mi alrededor, absolutamente todo. Quizás espero una señal, el destino que me hable y me diga !No lo hagas! ¿A quién quiero engañar? No tengo a nadie, todos han muerto, todos ya estan en otro lugar, nací sola y moriré de las misma forma, polvo eres y polvo serás. Me repito esas frases varias veces antes de tomar la primera caja. La hago dar vueltas entre mis dedos temblorosos, casi inconcientemente tomo la primera pastilla y la dejo reposar en la palma de mi mano mientras me digo que es una sabia desición, más bien una correcta. Voy nuevamente hacia el lavabo y me miro al espejo una última vez, dejo la pastilla en mi boca, es el momento, ya no hay vuelta atrás. Suena el teléfono.

Me vuelvo a mirar al espejo ¿Es el teléfono? ¿Si? Aún no me lo puedo creer. Me observo ante mi reflejo aún perdida ¿Es el jodido teléfono? La maquina suena sin cesar al otro lado de la habitación, de un momento a otro mis pies han comenzado a caminar, mi cerebro aún no hace la conexión, camino hasta la máquina y antes de tomarla algo en mi se quiebra, quizás si es el destino.

-¿Sí?-hablo con voz temblorosa y me reprendo mentalmente por ello.

-¿Hablo con Emma?-una voz fría suena al otro lado del teléfono.

-Sí..-contesto después de unos segundos, aún no puedo tragar que el teléfono sonara.

-Hablas con Jeanne Nizzari, soy...

-Sé quien es usted-hablé sorprendida, mi cerebro hace conexión en cosa de segundos. La voz de la otra línea no responde por algunos segundos y lamento haber arruinado la conversación.

-Muy bien, mañana en mi residencia a las siete, detesto la impuntualidad-dice neutra y luego cuelga. ¿Me ha cortado la línea? Han pasado varios minutos y todavía sigo con el auricular en mi oído escuchando una línea muerta. Consigo salir de mi leve paralisis y dejo el auricular donde estaba, aún no puedo creerlo, segundos antes de que tragara la primera pastilla el teléfono suena. Aún puedo seguir tomando las demás, dice un lado oscuro de mi mente, pero mi otro lado es el que gana, no puedo seguir con mi acometido, no si el teléfono ha sonado, no. Vuelvo en mis pasos hasta el lavabo y me observo fijamente, hay cosas que me cuesta procesar y esta es una de esas. Si el teléfono hubiese sonado una hora después, todo sería diferente.

Me mente comienza a recordar ¿Por qué me ha llamado Jeanne Nizzari? Hago un esfuerzo mental para recordar mi día, mi semana. Pero solo a mi mente vuelven los recuerdos de ir a la farmacia, comprar las pastillas. Mirar las pastillas durante días y tomar la desición hoy en la mañana de ponerle un fin a mis días. Vamos, recuerda. Recuerdo estar en casa el día antepasado, una persona de edad me llama y me dice que vaya hacia una dirección, dice que es la entrevista para el empleo ¿Qué empleo? Voy hacia la casa, una señora de sonrisa alegre me recibe, recuerdo haber estado impresionada por la casa, era bonita, la casa era bonita. La mujer me lleva hacia un salón y me da un vaso de agua, comienza  hacerme preguntas ¿Qué empleo es? La mujer se presenta, dice ser la ama de casa de la señora Jeanne, dice que debe irse y no puede cuidar más a la pequeña ¿Qué pequeña? Mi cerebro vuelve a hacer conexión, es un empleo de niñera, fui a una entrevista para ser niñera.

Divina VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora