Latidos~Hyunminin (Omegaverse)

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8. Starry hotel

Hyunjin y Seungmin decidieron que no querían ver triste a Jeongin, por lo que pidieron la cuenta y pagaron enseguida. Miraron al mismo tiempo al omega y le extendieron su mano, sonriéndole.

—Olvídate de los demás, estás con nosotros y es lo que importa— dijo Hyunjin.

—Nos miran porque nos envidian por compartir compañía con un omega tan bonito como tú— dijo Seungmin después.

Jeongin sintió sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente, pero de alegría, aceptando las manos de los alfas y saliendo escoltado por ellos. Estaba viviendo como en un cuento de hadas, pero más bonito.

Los tres salieron ignorando a todos los presentes y cuando salieron a la calle, Hyunjin pidió un taxi mientras que Seungmin le daba su chaqueta a Jeongin, ambos deseosos de llegar a su destino final. Querían complacer a Jeongin y esta cita la habían planeado muchísimo y con esmero.

Cuando su taxi llegó, los dos alfas se sentaron a los lados del omega, Seungmin le dio un papelito al conductor con la dirección y Hyunjin empezó por acariciar al omega, quien apenas había hablado en lo que habían salido del restaurante.

Sus feromonas de tristeza lo delataban, pero se habían disminuido un poco gracias a los mimos que había estado recibiendo y por la curiosidad que tenía sobre el siguiente plan que tenían sus amigos. El dulce corazón del omega se sentía cálido cuando veía cómo lo cuidaban.

Jeongin no los merecía, Hyunjin y Seungmin eran lo mejor que tenía en su vida.

Cuando subieron por una colina, Hyunjin se quitó la cinta que sujetaba su coleta y envolvió los ojos de Jeongin, alegando que era para dar más emoción a la sorpresa. Salieron del coche y el menor era guiado por los dos alfas, disfrutando del aire fresco de la naturaleza y noche. Cuando sintió que entraban en un edificio, le quitaron la venda y se sorprendió por lo elegante y sofisticado que era el hotel.

—¡Qué omega más hermoso!— gritó el hombre muy atractivo que estaba de recepcionista—. Ha valido la pena conducir hasta aquí para datos personalmente la llave, qué bonito omega tenéis, si hasta parece mentira. Por cierto, soy Kim Seokjin, dueño de los hoteles Kim y amigo de estos alfas payasos.

Jeongin se sonrojó por la vergüenza y por los halagos tan bonitos que le daba ese alfa tan guapo. Era alto, con el pelo oscuro y un rostro tallado por los dioses. Pero su risa fue lo que más le gustó, junto a su sonrisa, ya que lo hacía lucir natural pero sin perder su belleza.

—Gra-gracias....— susurró el menor, mientras se ocultaba detrás de Hyunjin.

—Qué bonito es por favor— dijo Seokjin encandilado, apoyando su rostro en sus manos.

—Que sí, ya lo sabemos, ahora hagamos todo el papeleo que queremos subir ya— dijo Hyunjin impaciente, sacándole una risa a todos.

Los tres alfas se pusieron a hablar sobre su reserva y firmaron los papeles.

—Perfecto, aquí tenéis vuestra llave jovencitos— dijo el recepcionista—. Disfrutad de la suite pero cuidad mucho de ese omega. Y usad protección.

—Claro claro Seokjin hyung, pasa la factura a mi primo que ya te pagará— dijo divertido Hyunjin, mientras alcanzaba la tarjeta.

—Bueno, no tengo prisa— habló Seokjin mientras una joven también hermosa aparecía por una puerta y se acercaba a él—. Tengo planes con mi hermosa esposa Kim Jisoo.