7. the thruth untold

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El resto de la velada Jeongguk se la pasó llorando en brazos de Yugyeom. Quien detestaba consolar a las personas, pero no podía quitarse al niño de encima así que hacía lo que podía para que este dejara de lloriquear. Admitía que Jeongguk era guapísimo, pero no estaba seguro de cuánto tiempo podía soportar sus actitudes infantiles.

—Lo arruiné, Yugi. Lo arruiné—Jeongguk se lamentaba.

—Por supuesto que no. Él es el que lo arruinó, pareciera que no quiere verte feliz.

—Pero debí decírselo, es solo que me costaba tanto.

—Seokjin es un tonto. Siempre lo ha sido. Ya no llores por él, cariño.

—Estoy muy enamorado de él.

Yugyeom rodó los ojos y abrazó más a Jeongguk.

—Solo estás ilusionado, ya lo olvidarás. Puedes encontrar a alguien mejor.

Jeongguk deshizo el abrazo y negó con un puchero en los labios. Sus ojos estaban hinchados y su nariz roja de tanto llorar.

—Estoy cansado, creo que es mejor que me vaya.

—Tienes razón, Kookie. Estos días se irán volando. Debes estar en óptimas condiciones para tu viaje— le dio un beso en la mejilla— Te iré a dejar.

—Gracias, eres un gran amigo—Yugyeom forzó una sonrisa—Pero no te preocupes, traje a la mamalona, puedo irme solo.

—Como quieras... Descansa—Yugyeom iba a inclinarse, buscando los labios del pelinegro pero él solo se limitó a abrazarlo y luego se fue a paso lento hacia el pick up.

Yugyeom suspiró exasperado. Odiaba que Jeongguk se hiciera el niño bueno. Pero ya tendría tiempo para hacerlo cambiar de opinión.

A la mañana siguiente Jeongguk se levantó temprano, dispuesto para hablar con Seokjin. Necesitaba explicarle bien las cosas. Necesitaba decirle que no se iba a ninguna parte. Y necesitaba pedirle que fuera su novio. No podía resistirlo más, tenía que sacar lo que tenía en su corazón. Si Seokjin lo aceptaba estaría estupendo, pero si no lo aceptaba también estaría bien. O intentaría estarlo. Lo que importaba es que no se iba a quedar callado. Ya no más.

Estacionó a la mamalona y se bajó lo más rápido que pudo. Tocó la puerta desesperadamente, gritando el nombre del rubio.

Kibum fue el que abrió la puerta y vio a Jeongguk con pena.

—Tengo que ver a Seokjin.

—Oh, Jeongguk. No será posible.

—¿Eh?— Jeongguk estaba contrariado. Kibum solo lo miraba con el ceño fruncido—Dile que baje, por favor, no me puede hacer esto.

—Seokjin se fue para Seúl en la madrugada.

La expresión de Jeongguk se quedó estática. No podía creer lo que estaba escuchando. Se esperaba cualquier cosa, menos que Seokjin se hubiese marchado así por así.

—No juegues así conmigo, Kibum.

—Esta vez no estoy jugando, Jeongguk. Ni siquiera se despidió de mí. Solo habló con papá. Yo me quedé ordenando algunas cosas en la fiesta y para cuando vine él ya no estaba.

Jeongguk se dejó caer, derrotado.

—Me odia.

—No. Jeongguk— Kibum se puso en cuclillas frente a él—, Seokjin jamás te odiaría. Eso ni siquiera lo pienses. Solo... dale tiempo...

El mayor en el fondo se sentía culpable de toda la situación. Él le había enviado una invitación a Yugyeom para la fiesta y jamás se imaginó que todo aquello iba a pasar, pero conocía a su primo menor, debió intuir sus intenciones y evitar aquel embrollo.

My strawberry boy [JinKook]Where stories live. Discover now