9. the sun and the moon

141 15 1
                                    


Una semana pasó y Seokjin seguía con sus sentimientos hechos un lío. Veía a Jeongguk casi todos los días pero no se atrevía a acercarse y hablarle y Jeongguk unas veces no lo veía y otras veces solo pasaba de largo con sus amigos, quienes le fulminaban con la mirada sin falta.

Luego pasó otra semana y pese a los muchos consejos de Namjoon de resolver sus sentimientos y decidirse de una vez por todas, él no estaba muy seguro de por dónde empezar, así que una vez más no hizo nada más que verlo de lejos.

A veces acompañaba a su mejor amigo al estudio de danza, pues por el club de poesía se había vuelto cercano a Hwasa y Hyeri, chicas que habían forjado su camino hasta ser aceptadas en el club de danza, que por años había sido dominado por chicos.

Cuando llegaba, Bangchan ya no estaba ahí para hacerle comentarios coquetos y Jooheon tampoco estaba para reírse de la situación, pues ahora parecían querer conquistar a los nuevos. Eso incluía a Jeongguk, por lo que Seokjin tenía que apretar la mandíbula para evitar decir algo como " Aléjense de mi chico".

El único que parecía quedarse a su lado era Kino, quien trataba de animarlo mostrándole las coreografías en las que había estado trabajando. Y pese a que Seokjin parecía no prestarle atención, el más pequeño no se desanimaba y seguía bailando, pues era su pasatiempo favorito.

Así pasaron los días y Seokjin no encontraba en ninguna parte dentro de él el valor para dejar sus inseguridades a un lado y acercarse a Jeongguk y decirle que ahí estaba, que después de todo no había podido luchar en contra de lo que sentía por él y que lo amaba cada día un poco más. Porque aunque no se hablaran más, Seokjin podía ver lo mucho que Jeongguk se esforzaba por hacer las cosas, la pasión que ponía en todo. Claro que todo esto lo había notado desde el primer día en que lo vio trabajar en los campos de fresas, pero ahora se habían vuelto en una razón para caer por el pelinegro. Porque cada cosa que hacía tenía el poder de enloquecer a Seokjin.

Porque la realidad era que se arriesgaba a escaparse de clases solo para verlo bailar, porque fingía ir al baño para escucharlo cantar y porque cuando Jeongguk reía por alguna estupidez que Bangchan decía, Seokjin sentía que moriría en ese exacto momento.

La realidad era que no entendía por qué le era tan difícil aceptar que estaba completamente enamorado de Jeongguk. Pero mentiría si dijera que no sentía una punzada de celos cuando el chico reía y bailaba y se divertía junto a sus amigos del club de danza.

—Ni siquiera sé por qué estoy aquí—murmuró y se levantó para irse, luego le inventaría a Namjoon una excusa.

—Hyung pero no te he enseñado mis pasos favoritos— Kino dijo desanimado al ver que el mayor se iba.

Seokjin suspiró, estaba siendo grosero con quien menos se lo merecía.

—Lo siento, Kino. Honestamente no tengo cabeza para pensar en bailes ahorita, prometo venir a verlos para la Fiesta de disfraces.

—No te preocupes hyung, practicaré duro hasta ese día—Kino sonrío totalmente comprensivo y luego agregó un poco avergonzado- Espero que puedas convencer a tus compañeros de literatura a que vengan también...

—Hmmm— Seokjin entrecerró los ojos, entretenido- ¿A quién tengo que traer exactamente?

—Ya sabes... el chico de lentes... que canta bonito...

—¿Jinho?—preguntó Seokjin, sonriendo, incrédulo, a lo que Kino asintió, tímido.

—Me aseguraré de que vaya—Seokjin sonrió gentilmente y le desordenó el cabello para luego salir del lugar, dejando a un Kino emocionado y dispuesto a esforzarse más para que el baile quedara perfecto.

My strawberry boy [JinKook]Where stories live. Discover now