Zzz...

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CAMERON

- No seas cabrón. - Dije fulminando a Steve con la mirada.

Observé como Maddison se levantaba y llegó hasta Steve, no creería que lo fuera hacer pero lo hizo, le besó delante de todos y delante mío. Me jodió por lo que me largué. No entiendo que coño me pasaba, nunca me he interesado por nadie, nunca he tenido ninguna relación seria con nadie y nunca me he puesto celoso.

Pero con Maddison era diferente. Por una vez me preocupaba por alguien, y no quería que la hicieran daño ni que cabrones como Steve se aprovecharan de ella, no la conocía casi, sólo por lo que habíamos charlado, pero me transmitía una buena sensación. 

Fui a mi habitación y me tumbé en la cama, estaba cabreado, muy cabreado. ¿Por qué coño había ido a defenderla y le había besado delante de mis narices? ¿Lo había hecho a posta para darme celos? Agh. Joder, y ¿qué coño me importaba a mi con quién se había liado alguien?

Salí a la terraza a fumarme un cigarro.

Me volvi a meter dentro para intentar dormirme pero fui incapaz. Odio las noches de verano, te inunda el calor y te deja despierto toda la noche.

Salí de nuevo y me acomodé en el sillón, era el único sitio donde se podía dormir en condiciones.

Oí una puerta abriéndose a unos metros míos. Me encantaba la terraza pero lo malo era eso, que era compartida y todos podían acceder sin ningún impedimento. Le repito todos los veranos a mi padre que me haga una valla para tener al menos una parte con algo de privacidad pero nunca lo consigo.

Hasta que salió ella, Maddison.

Ahora que lo pienso dos veces no está tal mal que la terraza sea compartida.

No me vio por la oscuridad pero desde donde yo estaba se la veía a ella perfectamente.

Se apoyó en la barandilla y contempló el mar. Llevaba una camiseta grande blanca que le cubría por debajo de la cintura. Se dejaba al descubierto sus piernas largas y morenas. Al cabo de unos minutos se subió las manos al su largo cabello y se lo recogió en una trenza. La observé cada movimiento, pero no me pude resistir.

- Qué haces despierta tan tarde?

- Joder! - Gritó dándose la vuelta y llevándose la mano al pecho. - Serás gilipollas! Me has dado un susto de muerte. - No me di cuenta que ella no sabía que yo estaba ahí.

- Perdón. - Me disculpé incorporándome.

- Da igual, pero para la próxima intenta que no me muera del susto.

- Hecho. - Sonreí

- Qué haces aquí? - Preguntó.

- Y tú?

- No consigo dormir, hace demasiado calor.

- Yo igual, siempre vengo aquí, se duerme mucho mejor.

- ¿En serio? ¿Y más tarde no refresca?

- Si, pero nada que no pueda arreglar una sudadera. - Contesté.

Se sentó al lado mío, con los pies sobre el sofá.

- ¿Llevabas todo el rato aquí? - Preguntó.

- Eem si.- Contesté tímido

- ¿Me estabas observando? - Me encanta la soltura que tiene para preguntar estas cosas.

- Ya te gustaría. - Mentí.

Hubo ese silencio incómodo hasta que por fin habló.

- Oye... En respecto a lo de antes...

El verano que nunca esperéWhere stories live. Discover now