MADDISON
Me sorprendió bastante lo que vi nada más salir por la puerta. Había unas flechas dibujadas en el suelo que llevaban hasta una habitación, y comencé a andar intentando no hacer demasiado ruido, aunque poca gente estaría durmiendo, adolescentes, sin padres, y en un campamento de dormir, Dios sabe qué estaría sucediendo.
Poco a poco me iba aproximando a la habitación pensaba si esto sería un error, pero luego recordé mi frase de vida "Life goes on. Let's live on." Así que llegué decidida a la habitación, y antes de poder tocar a la puerta se abrió y un sonriente Cameron apareció.
- Ho-Hola. - Dijo sin retirar la vista de mis ojos.
- Hola. - Contesté.
- Pensé que no vendrías. - Fruncí el ceño.
- ¿Y eso?
- Da igual, pasa. - Al segundo de entrar por la puerta me di cuenta que no llevaba nada más que unos shorts y una camiseta oversize.
La habitación se encontraba iluminada por una luz tenue.
Cerró la puerta de la terraza y me adelantó para sentarse en la cama, y a continuación tocar un espacio a su lado.
- No muerdo. - Dijo.
Me acerqué y me senté por el otro lado dejando un espacio considerado.
- Que te parece si jugamos al juego de la última vez. - Comencé a decir. - Al de una pregunta cada uno. - Y sin dejarle responder lancé la primera pregunta. - Comienzo yo, ¿Quién era esa chica? Y lo digo para saberlo por que yo no me lío con cualquiera y si veo que alguien juega conmigo me alejo de esa persona para que no me vuelvan a hacer daño. - Lo sé, lo dije de una manera un tanto borde, pero lo dije en serio.
- Lo entiendo y lo siento. Déjame porfavor explicarme.
- Adelante. - Me acomodé para escuchar lo que sea que fuera a decir. Se aclaró la garganta y comenzó.
- Hace unos cuántos años me enamoré de una chica, y estuvimos casi un año juntos, pensaba que todo iba bien pero resulta que llevaba siéndome infiel casi desde que comenzamos a salir. - Okay, no me esperaba que me fuera a decir esto. - En fin básicamente fue eso, acabé mal y no volví a confiar en nadie por lo que decidí que a partir de ese momento no iba a tener ninguna relación con nadie.
- Simplemente ligues. - Continué yo.
- Exacto. Pero joder contigo. - Se quedó a medias mientras trataba de acabar la frase. - Contigo es diferente, no sé, no caes rendida a los pies de alguien y he visto como te miran todos y joder, pareces diferente a todas las demás, y eso es lo que hace que me sienta así contigo. - Wow.
- Pero entonces si es así como te sientes porqué trajiste hoy a tu ligue.
- Porque no quería caer contigo como lo hice con esta chica de la que me enamoré, pensé que si lo hacía acabaría igual de mal, y necesitaba una distracción. Pero no fue nada más, le pedí que se marchara, y no volverá a pasar te lo juro.
- Está bien, a ver, en verdad no soy nadie para decirte con quién te juntas o no, ni que fuera tu novia o algo. - Nada más pronunciar lo último Cameron levantó la mirada y se produjo ese silencio extraño e incómodo. Creo que debí decirlo de otra manera.- Pero como justo unas horas antes había sucedido eso, en fin, lo del..
- El beso - Contestó.
- Em, si, eso. - Dije mientras bajaba la vista y me ruborizaba. Él hizo lo mismo y una pequeña risa se escapó de su boca.
- Bueno que, ¿continuamos el juego? - Dijo mientras me acomodaba y apoyaba mi respaldo en la cabecera de la cama.
- Claro. Déjame empezar de nuevo, ¿Cómo has conseguido mi número? - Dije divertida.
- Tengo contactos... - Se rió mostrando esa dentadura perfecta.
- ¡No! En serio! Quiero saberlo, que yo sepa no puse mi número ningún momento en el informe.
- Me lo dio Ashley.
- Espera, ¿Qué? Será cabrona! Y no me dice nada.
- Le pedí explícitamente que no te dijera nada, pensé que si te lo contaba ya no querrías salir.
- Pues has tenido suerte porque Ashley es de las que no calla. - De nuevo reímos los dos.
- Mi turno. ¿Qué significa tu tatuaje? - La pregunta iba a llegar tarde o temprano así que ya estaba preparada. Creo que notó que me puse algo tensa.
- Emm, mi... - Me dolía decirlo.
- No tienes que responder si no quieres.
- No, está bien. - me aclaré la garganta y cogí todo mi valor y mis fuerzas y expulsé algo que nunca había sido capaz de contar a alguien no cercano. - Hace 6 años mi padre y mi hermana pequeña tuvieron un accidente de coche... y pues ninguno de los dos logró salvarse. Lo significaban todo para mí, y para no perderles nunca me tatué el "Siempre" con la letra de mi hermana Rose y mi padre Jeff. - A continuación levanté levemente mi camiseta y bajé un poco mis shorts para que se pudiera ver bien claro.
Él se acercó y acarició el tatuaje. Mi piel se erizó y me miró fijamente a los ojos.
- No sabes cuánto lo siento. - dijo incorporándose.
- No te preocupes, fue ya hace tiempo. - aclaré bajándome la camiseta.
- No me imagino lo que debe ser, si pierdo a mi hermano pequeño me derrumbaría.
- ¿Es el de la foto? - Pregunté.
- Sí. Es un amor de niño.
- ¿Por qué no está aquí?
- Tiene Síndrome de Down, y en verano siempre va a una especie de escuela donde es tratado por especialistas.
- Entiendo.
- Suelo ir una vez a la semana a verlo, está a 1 hora de aquí, le encantaría conocerte, te puedes venir a visitarlo si te apetece.
- Me encantaría. - dije sonriendo.
Me encantan los niños y perder a mi hermana fue la peor cosa que me pudo pasar, le tenía un cariño especial, pues ya sabes, el cariño que se le tiene a una niña pequeña que trata de imitarte todo el rato. Pero esa sonrisa que llevaba a todos lados, y esa alegría que recorría tu cuerpo nada más verla, su simple presencia, es lo que más se echa de menos.
Tras el incidente mi madre y yo nos aislamos del mundo durante casi 2 años. Poco a poco nos fuimos recuperando pero mi madre nunca llegó a ser la misma de antes. Perdió al hombre de su vida y a su hija pequeña, lo pasó realmente mal.
Pero gracias a eso aprendí que la vida sigue. Que por muy mal que vayan las cosas siempre va a salir el sol, que el pasado pasado está, y que como no podía hacer nada al respecto, no podía traerles de vuelta, debía seguir adelante, echándoles de menos cada día un poco más pero sabiendo que siempre estarían a mi lado que joder, vida solo hay una sabes y no se puede perder ni un solo segundo.
- Bueno venga continuamos o que? - dije animando un poco la cosa. si seguíamos hablando de cosas tristes lo que faltaba eran las lágrimas.
- Venga va y subimos más la intensidad de las preguntas.
- Me parece bien. - dije sonriente. - Y en vez de quitarnos una prenda de ropa, como sería injusto, - señale que solo llevaba una camiseta. - si alguien no responde a alguna pregunta, debe darle un beso al otro en cualquier parte del cuerpo.
- Desde cuando eres tan payasa? - dijo vacilándome.
lisstoo.
lo siento por como acaba este jajaja mañana subo otro!
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El verano que nunca esperé
RomanceMaddison Davis, una chica de 17 años, alegre, positiva, atractiva, soltera, y con muchas ganas de vivir, acaba el instituto, y piensa hacer este verano memorable, hasta que su mejor amiga Ashley consigue que se vayan a un campamento en Tulum, donde...