El verano que nunca esperé

ups, accidente de última hora...

este cap lo tenía medio hecho así q os lo publico así jeje a ver si sacó tiempo para continuar la historia!

MADDISON

Cuando nos despertaron las monitoras a la mañana siguiente sobre las 8am, me costó levantarme por lo tarde que me acosté ayer. Siendo sincera siempre me cuesta levantarme, sea la hora que sea, pero cogí y con todas mis fuerzas me levanté de un brinco.

Ashley como cada día no abría ni los ojos, y tuve que despertarla de la manera que a ella le gustaba.

- Tengo cotilleos. - la susurré al oído.

- Dímelo ahora. - dijo con voz de dormida.

- Levántate. - dije mientras me alejaba para ir al baño.

- Capulla. - contestó bajándose de la cama para seguirme.

15 minutos después, Abby y Ashley ya sabían qué había sucedido, y las dos estaban boquiabiertas.

- No conocía este lado tuyo amiga, proponer dar besitos uno al otro en cualquier parte del cuerpo si no contestan a una pregunta, qué orgullosa estoy de ti. - dijo Ashley.

- Y no te ha vuelto a decir nada? - preguntó Abby.

- Que va, a ver cuando me lo encuentre ahora, sinceramente no sé qué esperarme. - contesté.

- Joder no tenemos papel higiénico. - dijo Ash mientras buscaba por los armarios.

- Voy a por él. - dijo Abby.

- No tranquila voy yo que ya estoy preparada, terminaros de vestir. - añadí.

- Sí, mejor. - contestó Ashley.

Al salir de la habitación anduve hasta girar a la derecha en dirección a la recepción, donde se encontraba allí en un cuarto todo lo necesario para el baño.

Pero nada más girar alguien estampó mi cuerpo contra el suyo haciendo chocar mi espalda contra la pared.

Al mirar hacia arriba vi esos ojos verdes.

Estaba demasiado pegado y de nuevo nuestros rostros se separaban por apenas centímetros.

- Buenos días payasa. - me susurró.

- ¿Que tal con tu padre ayer? - pregunté pero antes de que respondiera nada escuchamos unos pasos venir por lo que nos separamos tan rápido como pudimos. Cameron se aclaró la garganta y se dispuso a cambiar de tema.

- Emm, pues sí, hoy creo que habrá buenas olas. - dijo disimulando mientras un chico pasaba al lado nuestro.

- Genial gracias. - le seguí el rollo. Cuando vimos que ya se había ido lo suficientemente lejos y volví mis ojos a los de Cameron me di cuenta de que tenía una marca en el cuello.

- ¡Cameron! - grité demasiado alto.

- Shh quieres no gritar! ¿Qué pasa? - intentó tranquilizarme.

- Tu cuello.

- Qué pasa con mi cuello.

- ¡Que te dejé marca!

- No me jodas Maddison.

- Calla y ven. - dije agarrándole el brazo y llevándole hacia mi habitación.

- ¿Qué pretendes hacer?

- ¿Quieres que todo el mundo te vea así?

- Me da un poco igual la verdad.

- ¿Tu padre?

- Eso me da menos igual.

- Pues entonces.

Nada mas abrir la puerta Ashley, que estaba en el baño habló.

- Joder tía ya iba a llamar al 112 a que te rescataran.

Abby se giró y se quedó plasmada con lo que veía.

- Perdón chicas, emergencia de última hora.

Nada más soltar eso Ashley salió del baño y se quedó mirando a Cameron con los ojos como platos.

- Hola. - dijo Cameron.

- Ella es Ashley y ella Abby - dije presentándolas.

- Yo Cameron, encantado.

- Si hijo, lo sabemos. - dijo Ashley, la fulminé con la mirada.

- Venga, entra, rápido. - empujé a Cameron para que entrara en el baño.

- Porfavor es un baño compartido, no hagáis nada raro. - dijo Abby.

- Emm, bueno os calláis ya? - las dije con tono borde.

A continuación cerré la puerta y me puse a buscar base de maquillaje entre todas las cosas que tenía Ashley en su bolsa del maquillaje.

- Siéntate. - le ordené señalándole el váter.

- A sus órdenes.

Cuando ya encontré la base me senté a horcajadas encima de él.

- Bueno Maddison, que es un baño compartido.

- Calla. - le dije mientras ponía base en mi mano. - Gira la cabeza. - le indiqué y le comencé a aplicar base en la parte del morado. Noté que me estaba mirando de reojo y me puse más nerviosa.

- ¿Qué? - le pregunté.

- Nada. - y sonrió.

- ¡MADDISON! - gritó de repente Abby. - Teníamos que estar desayunando hace ya 15 minutos.

- ¡Ya voy, ya voy! - dije más nerviosa aún. Le terminé de cubrir el morado lo más deprisa que pude y salimos del baño.

Cameron se fue a desayunar con su grupo y nosotras con algunas chicas más.

Hoy tocaba, como todas las mañanas, surf, pero hoy íbamos a un nuevo sitio, era una cala, que estaba como a unos 3 kilómetros, por lo que fuimos andando, y las tablas las llevaban en una camioneta. De nuevo me alucinaba estar en este paraíso, disfrutaba de cada pequeño momento del camino