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Tierra 50

Lo habían atrapado como cualquier presa, se sentía confiado por toda la situación, pensaba que el abuelo Max lo sacaría de aquel problema, hasta que sintió una fuerte turbulencia, era la primera vez que lo habían llevado al espacio, y cuando observó la tierra alejarse ahora si entró en pánico.

Apenas era un niño de 10 años.

-¿Qué sucede? – se sobresaltó al ver a su alrededor, encadenado de las muñecas a una mesa, solo había visto un cometa que se convirtió en un meteorito desviando su trayectoria hasta el, encontró un extraño reloj, esos alienígenas no tardaron en aparecer y llevárselo.

Parecía que iban a interrogarlo y que no iba a ser bueno mientras más se alejaban de la tierra.

Apareció lo que parecía una chica de piel verde.

-¿Cómo pudiste sacar ese reloj? – había perdido la nave de Vilgax segundos antes de entrar en la trayectoria de la tierra, pero no debía haber caído en las manos de un niño.

-No lo sé, miré que solo era un meteorito – sonó más seguro de sí mismo.

-Devuélvemelo, no era para ti – le comentó ella de manera firme.

-No sé cómo hacerlo – respondió intentando quitárselo sin éxito, ella se mostraba un poco comprensible con él, pero no como los demás guardias alrededor, daba la sensación de que sabían que no podía quitárselo, pero les importaba poco – no me corten la mano... realmente no sé porque...

-No vamos a hacer eso pero no puedes regresar a la tierra hay alguien muy peligroso que lo quiere – le comentó ella mientras salía, quizás sus intenciones era realmente tenerlo a salvo, pero Ben miraba como que fuera un prisionero.

Nunca había utilizado aquel dichoso reloj, y ellos pensaron que si no le decían que era no podría presionarlo para descubrirlo, le habían dicho que era una bomba que podía destruir todo el universo.

Pero el después de un mes, accidentalmente estaba en su pequeña habitación cuando hizo que su muñeca pegara en la pared, haciendo que el reloj mostrara muchas opciones, alienígenas diferentes.

Ben pensaba en su mente de 10 años que seguramente eran diferentes bombas, pero no le importó mucho y la presionó con un poco de miedo, convirtiéndose en fuego, su ADN cambió pero no el y su consciencia, logró utilizar aquellos poderes con facilidad y hacerle un agujero para escaparse de la habitación.

Tenía que haber una manera de poder salir, muchos guardias lo persiguieron, intentando detenerlo, hasta que por fin encontró una capsula para poder irse al oscuro espacio.

El tiempo del reloj se detuvo pero él pudo salir lo más rápido posible, no entendía las coordenadas, la capsula lo llevó al primer planeta que encontró, uno donde estaba en guerra.

Tuvo que adaptarse a estar en diferentes planetas y conocer diferentes cosas de cada raza, aprender a defenderse por si solo, hasta que conoció su esperanza de poder llegar a la tierra cuando se rumoreaba que había otro terrícola en un planeta desértico.

Kevin Levin.


...

Cuando Max aceptó la petición de Ben sobre querer aprender sobre enfermedades alienígenas, el no mostró resistencia ni curiosidad del saber porque.

Solo lo llevó donde el doctor que trabajaba con ellos en la base de los plomeros, y así solía estudiar y trabajar, se convirtió en un investigador que le gustaba indagar más de lo que debería, quizás después de tanto tiempo iba a convertirse en el primer medico interestelar terrícola, solía ir a visitar a su abuelo Max en la base de los plomeros al menos 3 veces a la semana, Max al principio le pareció solo una pequeña pisca de curiosidad por ser médico, pero cuando lo encontraba durante horas leyendo y durante días encontrándolo que había estado allí toda la noche, literalmente se preocupó, ¿no decía que aquel no era su mundo?

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