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Tierra 245

Le parecía sorprendente como las cosas hubieran cambiado, un Ben adulto estaba viendo el cielo, hace aproximadamente un mes todo estaba totalmente normal, pero fue decidido a darle el omnitrix a su único hijo con la esperanza de que este pudiera tomar exactamente sus mismos pasos.

Tenía la misma edad cuando él lo había encontrado, pero de un momento a otro el apareció con algunas manías de parte de su otro papá que no le gustaban para nada.

Devin Levin Tennyson podría lucir diferente a Kevin, con los ojos verdes, y un peinado un poco más juvenil, pero muy en el fondo eran exactamente iguales. A estas alturas cuando lo buscaban para reprenderlo por buscarse problemas a Ben le daba la sensación de volver a verse al mismo cuando tenía 10 años y haber conocido a Kevin.

Ahora él y Kevin solían pelearse muchísimo más, Kevin alegando que es su culpa por darle un omnitrix y Ben porque Devin se comportaba así por el ADN de delincuente que su esposo tenia.

-Lo siento por ti haberme escogido entonces – eso ultimo le dolió, segundos antes de que Gwen entrara.

-No es de mi incumbencia entrar y escuchar su pelea, pero su hijo los necesita unidos más que nunca y no separados – les afirmó – fue detenido por algunos plomeros por andar peleándose en unos video juegos en otro planeta.

Ella los dejó solos de nuevo, no quería continuar escuchando peleas entre la pareja.

-No quise decir eso – Kevin se disculpó.

-Gwen tiene razón como siempre tenemos que ayudarlo en esta etapa de rebeldía.


...

Eran las 2 de la mañana, Ben arrojó todas las cosas que tenía sobre el escritorio de su habitación al suelo de mala gana, después de casi un año la investigación llegó a su punto final mostrándole un ambiente totalmente desalentador.

Tanto para nada. Dar su mejor esfuerzo no eran palabras que Kevin se merecía.

Repentinamente su teléfono celular sonó, andaba tan cansado que no pensó en esos momentos quien llamaba tan temprano.

Sus parpados estaban pesados, así que utilizó el brazo izquierdo para sostenerse del escritorio y no caer desplomado.

-Ben, ¿te desperté? Lo siento, sé que no nos llevamos del todo bien, pero tengo una emergencia, ¿podrías venir al garaje de mi casa? – era Gwen.

-Claro.

-Ahorita, y no le digas a nadie...

-Sí, ya voy – cuando colgó se percató de la hora, tenía que ser un verdadero problema para llamarlo. El sueño, la decepción y el cansancio le hicieron que tardara en entender todo lo que acababa de escuchar.

Observó su cama con desdén, quería dormir hasta mañana, se rascó el cuello, tomó del refrigerador una bebida energética y condujo en su auto hasta la casa. Ambos estaban en la universidad porque lo que no Vivian más con sus padres, por lo que era extrañó que Gwen le dijera en el garaje de su casa, ocultaba algo, podría ser una especie de trampa, algo malo podría estar sucediendo, pero como estaba no podía pensar del todo bien.

-Gwen estoy aquí – le susurró en frente del garaje donde este medio se abrió y Gwen lo entró para cerrar la puerta de nuevo tan rápido como sus manos le permitieron.

-¿Qué sucede? – allí también estaba Sunny, ambas primas parecían ocultar algo, ambas levantaron el suéter que traían puesto para mostrarle marcas fucsia en sus brazos, respondiéndole a su pregunta sin decir palabra.

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora