Marcados

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Como es costumbre ya, siento muchísimo la tardanza. Ahora mismo estoy en una etapa en la que los estudios que consumen y acaparan todo mi tiempo jajajaja
Cada vez consigo sacar menos ratos libres y apenas tengo inspiración para seguir, pero continuaré la historia tanto tiempo como sea posible.
Aunque pasen 100 años, prometo intentar acabarla.
He cogido mucho cariño a los personajes y ya son muchos años ideando y dando mil vueltas a esta historia. Espero poder organizarme mejor a partir de ahora, aprovechando que parece que he vuelto a encontrar la inspiración.

Aquí llega el último capítulo del verano eterno. Pronto volveremos al castillo y a la vida estudiantil, pero no sin antes un poco de drama.

Muchísimas gracias por seguir aquí, por cada voto y por cada comentario lleno de cariño, me animáis mucho a seguir con todo esto❤️❤️❤️❤️❤️❤️

El día en que se jugaba finalmente el último partido del Campeonato Europeo de Quidditch, un controvertido Italia-Austria, el camping se llenó por completo con todos los espectadores que habían decidido pasar únicamente aquella noche allí.
Aunque la mayoría de sus amigos se habían instalado días atrás, Regulus tenía ganas de ver finalmente a una persona: Lucrezia.

No había hablado con ella desde que se vieron todos en el callejón Diagon, y después de haber descubierto algunas cosas, ni siquiera había contestado a la chica, que no se daba por vencida.

El fatídico día en que Sirius le abandonó, no solo se sintió traicionado por su hermano, sino por ella. Su... novia, o lo que fuese.
Al parecer su familia llevaba años tratando de emparejarla con Sirius, y Regulus estaba seguro de que Lucrezia lo sabía. Tenía buena relación con sus padres, seguro que ellos ya le habían hablado sobre sus intenciones. ¿Por qué no le había dicho nada? ¿Y por qué seguían viéndose?

Estaba decepcionado, aunque también cabreado. No había sido consciente hasta ese momento, pero con el paso de los meses aquella chica había ido haciéndose muy cercana para él, había empezado a considerarla parte de su círculo de confianza, era un apoyo, una garantía de afecto... joder, había empezado a quererla, y ella le había traicionado.

No se podía decir que Regulus estuviese enamorado de Lucrezia Parkinson, pero esa chica castaña había acabado ocupando un lugar en su corazón, era una amiga de verdad para él, y ya no sentía que podía confiar en ella.

Tras el partido en cuestión, el Ministerio de Magia Italiano había organizado una elegante gala en una enorme tienda de campaña localizada cercana al estadio, y había enviado exclusivas invitaciones a familias mágicas con buenos contactos, populares, cercanas a las élites de todos los países.

Regulus, como invitado de Oliver Avery, iría con ellos; al igual que el resto de sus amigos, probablemente incluida Lucrezia, que había ido con su hermano mayor y sus amigas.
Había decidido que ese sería el momento ideal para hablar con ella, pues prefería no llevarse disgustos antes del partido.

Las horas se acercaban, y cada vez el ambiente estaba más agitado. Marcus le había contado que los de seguridad habían tenido que apagar un incendio provocado en la zona de los italianos, surgido de una bengala en mal estado; y también que dos grupos austriacos habían sido expulsados del lugar por "mala conducta"

A Regulus le parecía que aquello era demasiado. Sí, le encantaba el Quidditch, pero ese comportamiento era más propio de animales salvajes que de magos con dos dedos de frente.

La final en cuestión, Italia contra Austria, no le era excesivamente llamativa. Apoyaba a Austria, pero tampoco iba a llorar si Italia ganaba. Tal vez por eso, sus pensamientos estaban más pendientes de Sirius, que cruzaba el camping en ese instante, que en el Quidditch.

Elizabeth Potter | La hermana pequeña de James PotterTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon